19.- Iglesia ante el Bicentenario: Padre Pedro Marieluz (1780-1825), mártir de la confesión en el Real Felipe

Perú Católico, líder en noticias.– Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Pedro Nació en Tarma en febrero de 1780. A los 16 años profesó en el Convento de la Buena Muerte el 7 de agosto de 1796. Hizo dos años de noviciado y en el último capítulo para su admisión a la Profesión el 20 de julio de 1798 fue reprobado por un voto, parece ser que por formar parte del “partido de los querellosos”. Muy apenado por ello, recurre al Dr. Aniceto Cuaro, jurista, quien logra que en un segundo capítulo le admitan a la profesión el 10 de agosto de 1798. Fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1806 en la iglesia de San Agustín y pasó a la Comunidad de Santa Liberata.

En la emancipación fue siempre realista y el 6 de julio de 1821 con el P. García Rafael y dos religiosos con dos camilos más fue a servir al ejército real como capellán castrense. Regresó en junio de 1823 a Lima con los realistas y participó en el saqueo de la sacristía, procuraduría y repostería antes de retirarse de la ciudad. El humanista Luis Antonio Eguiguren, biógrafo de José Olaya, afirma que el P. Marieluz fue el confesor de la madre del héroe patriota Olaya.

El 18 de junio de 1823, el general realista José de Canterac ocupó Lima y el Ejército, el Congreso, el Ejecutivo, así como los funcionarios públicos, se trasladaron al Callao, instalándose en el Real Felipe. El Callao fue entonces la Capital de la República. El 31 de agosto de 1823, llegó al Callao el bergantín “Chimborazo” trayendo al Libertador Simón Bolívar, quien hizo su entrada apoteósica el 1º de setiembre del mismo año.

El 5 de febrero de 1824 se produjo la sublevación del Sargento Dámaso Moyano y los Castillos del Real Felipe son entregados a las fuerzas del Virrey La Serna, asumiendo el comando de la Fortaleza el Coronel José María Casariego, que se hallaba prisionero.

Por su parte, nuestro protagonista Pedro Marieluz colaboró en diferentes campañas y con la división de Ramón Rodil volvió a Lima en 1824 donde tomados los castillos de Callao por los realistas, se encerró el 7 de diciembre de 1824 con el camilo Marieluz como vicario castrense. Tras la rendición de Ayacucho por La Serna el 9 de diciembre de 1824 los ocupantes del Callao no la aceptaron y se defendieron en el Fuerte esperando refuerzos españoles por el mar.

En el fuerte la vida se convirtió en un infierno donde nadie se fiaba de nadie. Tras 9 meses de asedio, algunos hicieron un complot para capitular o salir. Rodil apresó a los denunciados y los mandó fusilar no sin antes dejarles que se confesasen. Rodil, cruel, nervioso y violento le pidió al P. Marieluz le revelase el secreto de confesión. Como se lo negase, el 23 de septiembre de 1825 lo fusiló. El célebre literato Ricardo Palma recrea el luctuoso evento en una de sus inmortales tradiciones.

En el Archivo Arzobispal de Lima se custodia “El expediente del Proceso de Beatificación y Canonización del P. Pedro Marieluz”, introducido en Lima por petición del Vicario General y Postulador General, P. Joaquín Ferrini en 1887. Dios quiera que los PP. Camilos “despierten” y cursen el deseado expediente para verlo elevado a los altares.  Uno de los testigos, Mateo Martínez dice que lo conoció en el convento por estar con su batallón y que sabía que “era un verdadero sacerdote y cumplía con su ministerio y…lo tenía como santo pues así lo reputaban muchos por la caridad que hacía como verdadero apóstol en deber de su estado sacerdotal”. Oyó decir que era de Tarma y conoció a su tío del expresado Padre, era teniente de la escolta del Virrey Pezuela.

Por su parte, Manuel Odriozola, con 82 años, oyó decir que era “un sacerdote ejemplar y cumplía con su ministerio. Era vicario castrense de los fueros y que en fuerza de su ministerio había oído en confesión a dos jefes revolucionarios cuyo sigilo exigió Rodil con pena de muerte”. Pedro Pablo Marieluz, natural del Callao, de 78 años, casado, oriundo de Tarma, sobrino, conoció a su madre y a él mismo en el convento ; confesará que “era muy virtuoso” y que “su vida ejemplar servía de edificación a sus compañeros y sobresalía de una manera especial en la caridad con los pobres y los enfermos y que conoció a su hermana Marcelina […] monja en el convento de las Trinitarias Descalzas”  El 25 de febrero de 1993 los Religiosos Camilos erigieron la Casa Noviciado de Chaclacayo bajo su nombre y protección.

Foto del autor de esta sección y de este artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

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