Cusco: Arzobispo envía mensaje de primer domingo del año 2019

Perú Católico, líder en noticias.– Muy queridos hermanos y hermanas, continuamos cantando con los ángeles el coro de “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”, nos encontramos en este hermoso tiempo de Navidad, donde nuestro corazón permanentemente debe estar centrado en la contemplación del nacimiento del Hijo de Dios, que viene a traernos el amor, la paz y la unidad entre todos los hombres.

Hemos celebrado su nacimiento, el Misterio de la Sagrada Familia, y ahora vamos a unirnos a toda la Iglesia universal, en la fiesta de la Epifanía del Señor, la Epifanía es una palabra griega, que significa la manifestación de Dios a los hombres; entonces vamos a tomar en cuenta los detalles que nos trae el relato del Evangelio de San Lucas, donde se nos refiere la visita de los magos de Oriente al Niño Jesús, nacido en Belén.

En este relato encontramos nosotros algunos elementos muy importantes para nuestra Fe; vamos a poner en primer lugar nuestra mirada en la estrella que condujo a los magos, desde los lugares tan alejados donde ellos vivían, hasta la ciudad de Belén, donde según las predicciones de los profetas iba a nacer el Mesías.

¿Qué significa esa estrella para nosotros hoy día? Es la Fe hermano y hermana, la Fe es la que nos lleva a buscar a Jesús, a encontrarlo y a reconocer en ese Niño la presencia del amor de Dios; es  muy importante mantenerla viva, siempre alegre, dinámica, esa Fe maravillosa que hemos heredado de nuestros padres, que la vivimos en la familia, y alimentamos en nuestra vida y en la Iglesia; esta Fe representa esta hermosa estrella que apareció en el momento del nacimiento de Jesús y que condujo a los magos de Oriente a buscar al Salvador.

En segundo lugar, los magos de Oriente, en ellos están representados toda la humanidad de todos los tiempos, ahí estamos tú y yo, estamos representados en esos magos que salen a buscar al Salvador pasando miles de peripecias con el objetivo de llegar a encontrarse con Él, porque ellos tenían la certeza de que había nacido el Señor, nosotros estamos llamados también a caminar, a salir.

El Papa Francisco nos invita permanentemente a no ser cristianos cómodos, detenidos en un solo momento, sino a ser cristianos en salida misionera, lo que significa salir a buscar al Señor, a encontrarnos con Él; esa actitud de salir de nosotros mismos, rompiendo muchas veces nuestro egoísmo, nuestra comodidad, para poder ser testimonio de nuestra Fe.

Los magos nos dan un magnífico ejemplo de ese modelo de cristiano, de ese modelo de Iglesia que hoy más que nunca necesitamos, un cristiano que este siempre buscando a Jesús y a los demás.

En tercer lugar, las ofrendas que llevan los magos al Niño Jesús, es hermoso, nos refiere el Evangelio, oro, incienso y mirra; estos tres elementos que llevaban los magos de Oriente nos simbolizan la Fe expresada en estos elementos. Con el oro estos magos reconocían que Jesús era el Rey del mundo, con el incienso reconocían que Jesús era el sumo y eterno sacerdote, ya que el incienso es un elemento que se utiliza en el culto; y por último la mirra, que era un elemento que nos dice que Jesucristo es humano como nosotros, comparte nuestra humanidad en todo lo semejante a nosotros y despierta esa sensibilidad de saber que tenemos un Dios que se hace hermano nuestro, la mirra aquel elemento que utilizaban para poder mantener estas relaciones de fraternidad, de atención a los demás.

Estos tres elementos nos invitan también a preguntarnos a nosotros que vamos a llevarle al Niño Jesús, que ofrenda le podemos dar. El Papa Benedicto XVI en una oportunidad hizo una comparación muy bonita, decía: Al niño Jesús llévale el oro de tu amor, el incienso de tu oración y la mirra de tu solidaridad por los más pobres.

Creo que estos tres elementos es el regalo más hermoso y el niño Jesús te lo agradecería; tu amor, tu oración y tu solidaridad con tus hermanos más necesitados.

Estoy seguro que tanto José, María como el Niño Jesús estarán contentos con tu presencia y tu ofrenda.

Que el Señor te colme de muchas bendiciones, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

+ Richard Daniel Alarcón Urrutia

Arzobispo Metropolitano del Cusco