Cusco celebró Solemnidad de Corpus Christi con fieles y religiosos en Plaza de Armas

La Plaza de Armas del Cusco, fue escenario de la Solemnidad del Corpus Christi, dónde, para la celebración de la Santa Eucaristía, se acondicionó el Altar Mayor en el Atrio de la Catedral, con todas las santas imágenes de los santos y vírgenes que participan de esta celebración. La Solemne Eucaristía para esta ocasión tan especial, fue presidida por Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, y concelebrada por Mons. Fredi Aparicio Quispe, Vicario General de la Arquidiócesis del Cusco, y todo el Clero cusqueño.

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En esta Santa Misa, participaron también, los religiosos y religiosas de nuestra Arquidiócesis, autoridades civiles, militares y policiales, así como instituciones educativas y feligresía en general, quienes escucharon atentamente la homilía de Mons. Richard Daniel Alarcón, en cuyo contenido, preponderó: “que Jesucristo es pan de vida, que se multiplica para alimentarnos y dar vida al mundo”. Dijo, que Jesucristo, el pan vivo bajado del cielo, está presente y vivo en la Santa Eucaristía; señaló que Jesús tiene en frente hoy a todos nosotros reunidos, para celebrar el Misterio de su Cuerpo y Sangre. Asimismo, recordó a los presentes que Él nos ve, conoce nuestro corazón y la fe que nos mueve, para estar hoy ante presencia divina. Concluyó su homilía, haciendo una invitación a las autoridades y a la feligresía en general a aunar esfuerzos, para evitar que el mensaje de vida que nos da el Señor Jesús en esta fiesta se vea enturbiado por la mala costumbre del consumo excesivo de bebidas alcohólicas, que nada tiene que ver con nuestra fe cristiana y católica. Exigió respeto a la Santa Eucaristía, antes, durante y después de esta Fiesta Litúrgica; pues es tarea de todos mantener el buen prestigio de nuestra fe ante nuestro pueblo y ante todos los visitantes que participan de esta celebración que enorgullece la Fe Católica de nuestro pueblo.

Finalizada la Santa Eucaristía, se dio paso a la procesión del Santísimo Sacramento, por el perímetro de la Plaza de Armas, acompañado por las diversas autoridades, religiosos, religiosas, escoltas de las diferentes instituciones educativas de la ciudad y feligresía en general. Terminada la procesión, el Arzobispo del Cusco, elevando con sus manos el Santísimo Sacramento, impartió la bendición a la población cusqueña, que con profunda fe, participó de esta celebración. Nota: Arzobispado del Cusco / Fotos: Fredy Medrano.