¡Fieles lloran al abrirse templos en Argentina!

El arzobispado de Buenos Aires difundió recomendaciones para el retorno a la celebración pública y comunitaria de los sacramentos, que ha empezado el 21 de septiembre bajo protocolo biosanitario.

Muchas personas ya han acudido con todas las medidas de seguridad, y la gran mayoría mostró su alegría y emoción derramando lágrimas al volver a participar de la Eucaristía.

El arzobispado de Buenos Aires dio a conocer “Disposiciones particulares” para las celebraciones de los sacramentos con presencia de fieles, a raíz de que este lunes 21 de septiembre regresaron los cultos públicos a los templos porteños tras seis meses de restricciones por la pandemia del coronavirus.

En un comunicado se apela “a la responsabilidad de los pastores y de los fieles” para poder comenzar a celebrar pública y comunitariamente los sacramentos, siguiendo algunas recomendaciones necesarias para el cuidado sanitario.

Las medidas están en consonancia con el gobierno porteño y son el fruto de las reuniones que el cardenal Mario Aurelio Poli y obispos auxiliares de Buenos Aires tuvieron con autoridades, a fin de que se disponga “la vuelta al culto público y comunitario”.

“No está de más recordar que el incumplimiento de las disposiciones puede llevar a denuncias y sanciones penales, como sucedió ya en otras diócesis. Sería una lástima que por la imprudencia de alguna comunidad y su pastor se atente contra el bien común y la comunión eclesial, y por tal motivo, se tenga que volver atrás en los pasos avanzados”, advirtió en el comunicado.

“Este es un primer paso importantísimo para continuar lo establecido con el gobierno local y representantes de otros cultos, de alcanzar el pleno desarrollo de la práctica religiosa en la ciudad”, subrayó.

En este sentido, el arzobispado de Buenos Aires estableció:

  1. Reiniciar la celebración comunitaria de los sacramentos en el templo con la presencia de 1 persona cada 15 metros cuadrados con un tope de 20 fieles, a partir del día 21 de septiembre.
  2. Sigue vigente la dispensa del precepto dominical, establecida el 13 de marzo de este año, hasta nuevo aviso.
  3. Disponer para cada celebración de un servicio de anotación previa para ordenar la participación sin aglomeración de personas en la puerta. Al mismo tiempo, esta anotación previa servirá para comunicarse con los fieles si eventualmente se conociera que alguno está infectado de Covid-19 y pudo haber transmitido el virus a los demás en la celebración en la que estuvo presente.
  4. Multiplicar las celebraciones de la eucaristía y ofrecer también celebraciones de la Palabra. En donde habitualmente -antes de la pandemia- se celebraban varias misas dominicales, si los fieles que desean participar superan las 20 personas en cada una de ellas, podrán ofrecerse otras celebraciones a lo largo del día. Para los que piden acceder a la eucaristía tendrán la posibilidad de recibirla en las celebraciones de la Palabra (adjuntamos modelo de celebración tomado del “Ritual de la eucaristía fuera de la misa”).
  5. Para las parroquias que cuentan con más de un sacerdote, se pueden hacer celebraciones simultáneas en varios espacios, siempre y cuando se acceda por puertas diferentes o sean edificios distintos. En todos esos ámbitos se deben cumplir las indicaciones dadas en el punto 1.
  6. Para reiniciar las celebraciones comunitarias hay que asegurar antes, con la ayuda de algunos miembros de la comunidad, que las disposiciones sanitarias de prevención indicadas se cumplan íntegramente.
  7. Para que muy pronto todas nuestras comunidades puedan adherirse a estas disposiciones, apelamos a la colaboración mutua y fraterna, compartiendo recursos y necesidades, de modo tal que se facilite a todas su cumplimiento.
  8. Que las personas mayores eviten exponerse ante posibles contagios y sigan la oración de la celebración eucarística desde sus casas a través de la televisión, páginas web o las redes sociales. Eventualmente, pidan a la parroquia que el sacerdote o un ministro extraordinario de la comunión les lleve la eucaristía.
  9. Que en todos los miembros de la Iglesia continúe el deseo de unirse e identificarse con Nuestro Señor Jesucristo a través de las obras de caridad, asumiendo lo enseñado por el Apóstol San Pablo a los filipenses: “tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús […] que se anonadó a sí mismo tomando la condición de servidor”. La situación anímica, económica y social de muchos hermanos nuestros es dramática y lo será cada vez más, reclamando la generosidad y solidaridad de todos.
  10. A los sacerdotes les solicitamos que en cada eucaristía eleven oraciones por la situación que estamos atravesando, pidiendo el fin de la pandemia y muy especialmente recen por los afectados con el virus y los agentes sanitarios.
  11. Les encarecemos que se abstengan de hacer interpretaciones personales de estas disposiciones y se ajusten a ellas, conservando la unidad de criterios y la mesura en bien de los fieles. Si hay creatividad que se manifieste en la caridad.

Además del cardenal Poli, firman el comunicado los obispos auxiliares Joaquín SucunzaEnrique Eguía SeguíAlejandro GiorgiErnesto Giobando SJJuan Carlos AresJosé María Baliña y Gustavo Carrara.

El comunicado es acompañado con una puntualización de las “Disposiciones particulares” para adecuar las celebraciones a las prevenciones sanitarias necesarias y evitar los contagios.

Por este motivo se adjuntan también el “Protocolo para el funcionamiento de lugares de culto para prevención y manejo de casos de Covid-19”, emitido por el Gobierno de la Ciudad, al cual debe ajustarse la práctica religiosa permitida en el distrito con presencia de fieles.

El cardenal Poli y los obispos auxiliares pidieron “que cualquier sugerencia o aporte se consulte con el vicario zonal, a quien le toca coordinar la aplicación de estas disposiciones para favorecer criterios de comunión eclesial entre comunidades vecinas y cercanas”.

“Nos confiamos a nuestra Madre la Virgen de los Buenos Aires para que nos cuide y proteja de la enfermedad y nos ayude a seguir caminando en comunión, celebrando la alegría de nuestra fe en el servicio de la caridad, anunciando fervorosamente el mensaje de Jesús y perseverando en la plegaria confiada a Dios nuestro Padre”, concluyeron. AICA / PERÚ CATÓLICO.