Homilía del quinto Domingo de Cuaresma: Cuando la fe es un deporte

Perú Católico, líder en noticias.– La historia de la Iglesia es muy clara. Definirse por Cristo trae complicaciones lo cual hace que los cristianos verdaderos sean los más valientes, ya que son capaces de dar la vida por la fe que les regaló el Señor en el bautismo.

  • San Pablo

¿Te imaginas a un corredor que en la gran maratón corre mirando hacia atrás?

¿Peligro, verdad?

Hay muchos cristianos que caminan mirando para atrás.

Hablan de espaldas a la realidad y su mundo no es precisamente alegre.

Fíjate lo que dice San Pablo hablando del premio que es llegar a la meta propuesta por Jesús.

“Yo sigo corriendo a ver si lo obtengo pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí”.

Esta es una hermosa verdad para todos. La victoria es de Jesús y la ganó para nosotros. Él mismo nos dijo:

“No teman, yo he vencido al mundo”.

Por eso añade Pablo:

“No pienso haber conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús”.

Hermoso programa para la cuaresma y para toda la vida del cristiano.

Lo importante en la vida es ganar a Cristo y existir en Él.

  • Salmo 125

Te invito a hacer un rato de oración con este salmo.

Piensa en tu vida y en cómo te ha tratado Dios.

Si has vivido en la fe, necesariamente sacarás la conclusión del salmo:

“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.

Del sufrimiento brotará la alegría:

“Al ir iba llorando, llevando la semilla. Al volver vuelve cantando trayendo las gavillas”.

Qué buen negocio es cosechar con Dios.

  • Isaías

“No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo. Mirad que realizo algo nuevo: ya está brotando”.

Dios siempre es original y nuevo.

A veces nos extraña que se hagan grandes negocios con la basura de una ciudad.

Yo diría que Dios gana a todos porque sabemos que del mal saca el bien y escribe recto en líneas torcidas.

  • Versículo antes del Evangelio

Una vez más nos pide la voz de Dios en la cuaresma:

“Convertíos a mí de todo corazón”.

Estemos seguros de que la compasión y misericordia de Dios permanecerán para siempre.

  • Evangelio

El Evangelio nos invita a tener pensamientos positivos sobre las cosas y sobre todo por las personas.

Es bella la escena de hoy.

Los escribas y fariseos presentan a Jesús a la mujer adúltera para que confirme la sentencia que ellos le han dado de apedrearla y Jesús, con mucho ingenio, consigue que se vayan todos los que querían apedrearla.

Cuando se queda solo con la adúltera le pregunta:

“¿Nadie te ha condenado mujer?

Ella contestó: Ninguno, Señor”.

He aquí la respuesta que le da Jesús y que tiene dos partes importantes.

La primera es la de perdonar: “Tampoco yo te condeno”.

¡Fíjate bien que quien dice esto es el Hijo de Dios, por tanto el único que realmente puede perdonar!

A continuación Jesús nos da a todos una gran enseñanza.

No se trata simplemente de perdonar y olvidar y dejar que todo siga igual, sino que Jesús hace una corrección que seguro tuvo un gran efecto porque la hizo después de haber perdonado.

Jesús despide a la mujer y le dice:

“En adelante no peques más”.

El educador, el padre de familia, no debe únicamente perdonar sino aprovechar la falta para hacer una cariñosa y eficaz corrección que, como en el caso, lleve a la conversión.

José Ignacio Alemany Grau