Homilía del Domingo XVII del Tiempo Ordinario: Pídeme lo que quieras

Antes de comentar las lecturas de hoy, te invito a que pienses que Dios te dirige las palabras del título de esta reflexión y medites qué le pedirías para aprovechar esta oportunidad.

  • Libro I Reyes

Dios en sueños dice a Salomón:

“Pídeme lo que quieras”.

Debió ser un momento muy impresionante para aquel joven rey que tuvo la oportunidad de escoger tantas cosas, pero se limitó a dejarlo todo en manos del Señor:

“Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?”

¡Un corazón sabio e inteligente!

Que hoy sea una oportunidad para pedir a Dios por los gobernantes, a fin de que sepan distinguir entre el mal y el bien y defiendan la vida y no faciliten la muerte, simplemente porque el dinero es el único valor que tienen muchos en nuestros días.

  • Salmo 118

“Mi porción es el Señor”.

Es una buena elección del salmista y sería bueno que también nosotros pensáramos así, sobre todo cuando se trata de compartir la herencia que dejaron los padres.

Hay que buscar más bien el amor y la fidelidad que ellos esperaban de todos sus hijos.

  • San Pablo

El apóstol, en el breve párrafo de hoy, nos enseña dos cosas fundamentalmente. La primera es que si somos buenos de verdad, debemos estar seguros de que “a los que aman a Dios todo les sirve para el bien”.

Y la otra, que hemos de procurar parecernos a Jesucristo, siendo como un espejo que repite la vida y las palabras del Maestro para hacer feliz al Padre Dios, contemplando el rostro de su ungido en el rostro de sus hijos adoptivos.

  • Evangelio

Tres parábolas para este día:

+ El tesoro

La breve parábola nos habla de un hombre que vende todo para comprar el campo en el que ha encontrado un tesoro.

No compra el tesoro sino el campo que lo contiene.

Pero el detalle más hermoso está en “la alegría” de poder venderlo todo, quedarse sin nada y tener propiedad sobre el campo y el tesoro que encierra.

+ La piedra preciosa

La segunda parábola nos habla del mercader que ve una perla preciosa y vende todo para adquirirla.

Hace falta un ojo limpio para distinguir cuál de las piedras es la más preciosa ya que nos encontramos con tanta fantasía que pretende engañarnos.

+ La red

Es una parábola similar a la de la cizaña, pero en las orillas del mar.

La red recoge peces buenos y malos y al final de los tiempos, dice Jesús, vendrán los ángeles y se llevarán los buenos a gozar de Dios y a los malos los arrojarán al fuego.

Terminando las parábolas, Jesús pregunta a la gente:

“¿Entendéis bien todo esto?”

La gente contestó que sí.

No sé lo que pudieron entender, pero más difícil es la conclusión que saca San Mateo al final del párrafo de hoy:

“Un escriba que entiende del Reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo”.

Algunos exegetas explican estas palabras como un ejemplo que pone San Mateo de sí mismo que, al ir escribiendo su evangelio fue sacando del Antiguo Testamento muchos textos para explicar cómo se cumplieron en la vida de Jesús.

Así les facilitó la conversión a muchos judíos que conocían bien la Escritura.

Y aprovecho la oportunidad para desearles unas MUY FELICES FIESTAS PATRIAS aunque este año las vamos a celebrar de una manera muy distinta al calor de nuestros familiares. ¡QUÉ DIOS BENDIGA NUESTRO PERÚ!

José Ignacio Alemany Grau, obispo