¡Hoy celebramos a la Madre Teresa de Calcuta!

La mujer que para muchos se veía tan frágil, conquistó miles de ciudades y era observada y escuchada por grandes personalidades alrededor del mundo.

Agnes Gonxha Bojaxhiu es su nombre de pila. La Madre Teresa de Calcuta,  fue una monja católica de origen albanés y naturalizada india. Su labor fue magistral y ardua durante más de 45 años. Estuvo entregada con amor al servicio de los más necesitados y al mismo tiempo esta incansable mujer mantenía su gran labor de expandir su congregación las “Misioneras de la Caridad en Calcuta” por todas partes del mundo.

La Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz en el año 1979; la condecoración de honor y supremos de la India (Bharat Ratna) en 1980.

Esta diminuta mujer que para muchos se veía tan frágil, conquistó miles de ciudades y era observada y escuchada por grandes personalidades. Pero llegó un momento en el que su cuerpo comenzó a padecer el agotamiento de todo su esfuerzo, al cual pareciera que no era consciente, pues para ella su labor era su pasión.

Sufrió un ataque cardíaco cuando visitaba al Papa Juan Pablo II en Roma. Se mantuvo firme durante seis años aunque se notaba su cansancio, y en un segundo ataque fue necesario colocarle un marcapasos. Posteriormente logra sobrepasar una neumonía.

La Madre Teresa, la madre de todos, sentía sus dolencias y seguía al frente de su labor. Lamentándolo, para el año 1997 tuvo que renunciar como jefa de las Misioneras de la Caridad debido a sus dolencias y enfermedades. Ese mismo año, el 5 de septiembre padece un paro cardíaco. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, otorgándole el título de Beata Teresa de Calcuta.

Oración para Aprender a Amar

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;

Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

Madre Teresa de Calcuta M.C.

Alejandra Aristeguieta