8.- Iglesia ante el Bicentenario: Presbítero Matías Maestro (1766-1835), ilustrado y solidario

Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

¿Quién no ha oído hablar del célebre cementerio que lleva su nombre? Lo que quizá muchos desconocen es que su creador es el mismo que diseña el bello altar mayor en doble templete que preside la catedral de Lima. En la Guía del cementerio general o Campo Santo escrita en el año 1877 por Benito Gil y publicada por Librería Universal, incluye un breve escrito preparado para la lápida que resume todas las dimensiones de su figura:

Sacerdote apostólico. Ciudadano benéfico. Artista distinguido en la pintura y en la arquitectura. Dirigió con ejemplar caridad y ardiente celo los establecimientos de beneficencia de esta ciudad. Construyó la segunda torre de la iglesia catedral. Concibió y ejecutó este cementerio en el año de 1808.

La Diputación Provincial de Álava publicó en diciembre del 2007 la única obra de envergadura hasta el momento sobre nuestro artista: “Matías José de Maestro 1766-1835 arquitecto, escultor, pintor, músico y escritor vitoriano olvidado en la memoria de la ciudad”, de la que es autor el célebre catedrático de historia del arte Jesús María González Zárate y a quien tuve el honor de apoyar documentalmente.

Nace el 24 de febrero de 1766. Sus padres, pequeños comerciantes, José de Maestro e Ignacia Antonia Alegría Matías, moraban en la calle Zapatería de Vitoria. Engendraron nueve hijos, de los que José era el cuarto, después de tres hermanas. Su hermano Clemente, también sacerdote, le acompañará desde 1782 en el Perú hasta el final de sus días. Sus motivaciones del viaje a Perú parecen claramente profesionales y económicas.

Llegado al Perú con diecinueve años, la cartilla de música es el único testimonio de su presencia en Lima. Su formación en la vitoriana Escuela de Dibujo y sus conocimientos contables, responden suficientemente a su colaboración como dibujante para José Rezábal y Uriarte y a su posible ingreso en los estudios de Derecho.

A partir de su ordenación sacerdotal en 1793, entró en contacto con la más alta dignidad eclesiástica del virreinato –el arzobispo de Lima- recibiendo encargos artísticos de primer orden. Pero también se extendió a la autoridad política, pues tras fallecer el arzobispo de la Reguera, las relaciones de nuestro artista vitoriano se centrarán en la figura de José Fernando Abascal y Sousa, virrey del Perú entre los años 1806 a 1816 que se distinguió por su lucha contra los movimientos independentistas.

Si bien Matías José encontró los apoyos necesarios en el poder del virreinato, tras la Independencia, que acoge con su hermano, nuestro artista supo relacionarse con intelectuales y políticos, como Hipólito Unanue con quien colaboró en la realización del citado Colegio de Medicina y quien le pondrá al frente de puestos de responsabilidad en la sociedad limeña. Así, fue el creador del primer plano de la ciudad de Lima independiente y el diseñador del monumento a la Independencia que se elevaría en el camino al Callao. Formó parte de la Sociedad Patriótica .

La huella de su obra artística está presente en edificios diseñados como arquitecto, escultor o pintor. Retablos de la Catedral de Lima (capilla de Nuestra Señora de la Antigua y el del-Altar Mayor), los retablos principales de las iglesias de la Merced, San Francisco, El Milagro, Capilla de la Soledad y Casa de Ejercicios de los Terciarios, Santo Domingo, San Pedro, Huérfanos, San Lázaro, Santo Cristo o de Las Maravillas, Capilla de la Casa de Ejercicios de Santa Rosa. En el orden civil, los colegios del Príncipe (hoy Biblioteca Nacional del Perú) y el Colegio de Medicina de San Fernando (actual Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Los planos de la ciudad de Lima, el diseño de todo el Cementerio que lleva su nombre.

Como escultor parece ser el creador de la imponente imagen de Nuestra Señora de la O en la iglesia de San Pedro de la Compañía de Jesús. En su faceta de pintor, le debemos las pinturas de la Catedral de Lima (Serie sobre Santa Rosa de Lima, Consagración de la Catedral, Apoteosis de la Iglesia Limeña, La confirmación de Santa Rosa por Santo Toribio; Serie de arzobispos –16 cuadros en total- en la Sala Capitular), las del convento de San Francisco dedicadas la Vida de Cristo; las del convento de Santo Domingo (Desposorios de Santa Rosa de Lima. Bóvedas la nave central en la iglesia. Apoteosis de Santa Rosa de Lima. Desposorios místicos de Santa Rosa de Lima).

Su faceta musical está presente en el “Quaderno de Musica para Guitarra” que el virtuoso Javier Echecopar ha logrado editar y ejecutar. Destaco, por último, su gran servicio a la beneficencia del Perú. Bajo su responsabilidad se encomendó a la Sociedad de Beneficencia la administración de los Hospitales de Santa Ana, San Bartolomé, San Andrés, La Caridad, la Maternidad, el Refugio de Incurables, las casas de huérfanos y desamparadas; el cementerio general, la propagación de la vacuna y otros servicios sociales como residencias y hospicios. En este espíritu caritativo y fervoroso, en la pobreza más absoluta, le alcanza la “hermana” muerte un 13 de enero de 1835.

Foto del autor de esta sección y de este artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

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