¡Natividad de la Virgen María!

Cada año, la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de María, día del nacimiento de la Virgen, madre de Nuestro Señor Jesucristo.

Desde el momento de su Concepción, Dios Nuestro Señor ya tenía encomendada la misión de la Virgen en la tierra, de ser la portadora de Jesucristo, el Salvador. El nacimiento de la Virgen es una alegría para todos los católicos, pues gracias a María Santísima recibimos la Salvación.

La tradición sitúa el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, junto a la piscina probática, donde testimonios del siglo V ubicaban una antigua basílica en su honor. La Virgen María fue hija de San Joaquín y Santa Ana, un matrimonio dedicado al servicio a Dios, bendecido por ser los progenitores de la portadora del Salvador. Aunque los Evangelios no desarrollan la genealogía de la Virgen, como sí lo hacen la de San José, no dejan de darnos ciertas pistas que indican la ascendencia de la familia de la Virgen en la Casa Real de David, al igual que su esposo. La identificación de su prima Isabel como descendiente de Aarón (Lucas 1,5), ha dado lugar a numerosas tradiciones y documentos acerca de la ascendencia regia de la Virgen María. San Juan Damasceno, así como otros Padres de la Iglesia, defendieron la tradición oral del nacimiento de la Virgen María dentro de la familia formada por San Joaquín y Santa Ana, siendo Joaquín primo de San José, y por lo tanto descendiente de David por medio de Natán (De fid. Orth, IV, 14).

En las comunidades cristianas de oriente, la fiesta de la Natividad de María se celebraba por lo menos desde el siglo VI, mientras que en occidente llegó a partir del siglo VIII. En Roma, cada año se hacía una peregrinación a la Basílica Papal de Santa María la Mayor. En la actualidad, la festividad de la Natividad de la Virgen está vinculada a la solemnidad de la Inmaculada Concepción, por estar ambos hechos intrínsecamente relacionados.