Ordenan 6 nuevos sacerdotes y un diácono para Perú (Juli)

La celebración de la Octava de Navidad se vio coronada en nuestra queridísima Prelatura Territorial de Juli –conocida como la pequeña Roma de América, por sus impresionantes iglesias- por la ordenación de siete nuevos ministros para Nuestro Señor y que desde ahora servirán al pueblo de Dios, siendo muy fieles y entregados en la Iglesia Universal presente en nuestra Iglesia Local Juliasense.

En efecto, el jueves 29 de Diciembre último, a las 11 am, en la Catedral de Juli, Mons. Gilberto Gómez González, Obispo de Abancay –invitado especialmente para esta ocasión por el Obispo Prelado de Juli, Mons. José María Ortega Trinidad- impuso las manos a Richard Pari Chambi, natural de Huancané ( Juli-Puno) quien de este modo recibió el Orden del Diaconado.

En la misa ceremonia litúrgica fueron ordenados seis nuevos sacerdotes que salen de la importante cantera de vocaciones, cual es nuestro Seminario Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe” de esta Iglesia Particular ubicada en alrededor del lago navegable más alto del mundo: el Lago Titicaca. Nuestro territorio abarca en su totalidad cinco provincias civiles de Puno (Chucuito-Juli Yunguyo, El Collao-Ilave, Huancané y Moho); y además varios distritos de la provincia de Puno (Laraqueri-Pichacani, Chucuito, Ácora y Platería), y también el distrito de Quilcapunco de la Provincia de Putina. La razón de la erección de nuestra Prelatura fue precisamente atender a todo el pueblo Aymara, que con orgullo se autodenominan: “la gran nación Aymara”.

José Shadan Chambilla Palomino es un joven del distrito de Platería (Juli-Puno). Alternó su formación seminarista entre nuestro Seminario y el Seminario Mayor Bidasoa (Pamplona España).

David Abado Aquise, natural de Pusi, Huancané (Juli-Puno), al igual que José se formó entre nosotros y en Bidasoa. Además, ambos estudiaron parte de la filosofía y toda la teología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra (Pamplona España).

Lucio Montañez de la Cruz, nacido en la “alta, lejana y nevada” Huancavelica, asimismo se formó entre nosotros y en los mencionados seminario y universidad de España.

Dante Arnaldo Leva Villavicencio nació en Anta (Cusco), al igual que Primo Conde Churata vio la luz del sol en Lares-Calca (Cusco).

Edwin Efraín Bedoya Hinojosa, nacido en la Ciudad de Arequipa. Efraín siempre ha manifestado un aprecio especial a Mons. Luis Sánchez-Moreno Lira, Arzobispo Emérito de Arequipa, y fallecido hace algunos años atrás. Por eso en reiteradas oportunidades el ahora ya sacerdote nos decía: “He aprendido a amar mi vocación de él, quien nos decía que el sacerdote debe ser santo, santo, santo”.

Algunas ideas fuerza que el Obispo ordenante hizo hincapié en la homilía de ordenación fueron los temas de la misión del sacerdote, la vivencia de la obediencia y el celibato, que eviten el espíritu del mundo o la mundanidad. Veamos.

AGRADECIMIENTO A DIOS:

“Lo primero que nosotros tenemos que hacer siempre y en todo momento es pues dar gracias a Dios por este don, ese regalo grande de la vocación. El Señor ha elegido a estos hermanos nuestros. Y yo como adornándome con joyas ajenas, a nombre de Monseñor José María Ortega; él está presente espiritualmente con su oración, y con su sufrimiento, también con aquel sufrimiento de además del de su cuerpo, pues ese de no poder estar imponiendo las manos a estos hijos suyos, en su nombre agradeciéndole que yo pues pueda contemplar estas joyas”.

Por otra parte, subrayó algo que se dio por primera vez desde que la Prelatura de Juli fue fundada, esto es, que en una sola ordenación se ordenen 6 sacerdotes y un diácono, diciendo: “es una ordenación histórica por el número de sacerdotes que van a ser ordenados, en la historia de esta jurisdicción eclesiástica”.

Pienso que aquí cabe destacar, que la mano de Dios sigue actuando, que no se ha acortado la mano de Dios, el poder de Dios. Vocaciones hay que buscarlas, preparando ese apostolado y esa pastoral vocacional con oración y sacrificio. Cuando llegó nuestro obispo actual a esta Prelatura de Juli, se encontró solamente con cinco (5) sacerdotes diocesanos incardinados. Ahora que han pasado ya 10 tenemos un motivo grande de agradecer de corazón el don, el regalo inmerecido que ha hecho el Señor a este pueblo Aymara. Ahora ya somos (30) sacerdotes trabajando en esta porción del pueblo de Dios, en esta viña del Señor.

LA EVANGELIZACIÓN:

Monseñor Gilberto ha explicado de un modo didáctico la triple misión de los sacerdotes. En efecto, manifestó que la Palabra de Dios que “van a anunciar va a ser una palabra viva y no será una propaganda, que podemos hacer los sacerdotes como hacen muchas personas de cualquier producto”. Una palabra que debemos asimilar y hacerlo vida en nosotros. Y para reforzar este punto recordó un punto del Ritual de Ordenaciones: “considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”

LA EUCARISTÍA:

El punto central es la celebración de la Santa Misa: “Para celebrar esa misa in persona Christi, con el poder de Cristo haciendo las veces de Cristo, pero no haciéndolo como un teatro sino que identificados plenamente con El en nuestro interior”.

PASTORES DE LA GREY DE CRISTO:

El ministerio de pastor consiste en ser guías espirituales del pueblo de Dios: “pastorear con Cristo que es la puerta de la ovejas”.

Nuestro redentor ha dicho claramente que Él es la puerta: “si entramos con Cristo, identificados con Cristo, con esa vida interior escondida en Cristo en Dios, entonces somos el buen pastor de las ovejas. Ya no seremos el que roba las almas, el ladrón de almas, el salteador”.

Igualmente el sacerdote debe ser un gran servidor como Cristo. El servicio, la diaconía: “un servicio que fue esencial en Cristo, y por tanto es esencial en la Iglesia”

EL CELIBATO POR CRISTO:

Al tocar la promesa de celibato que hacen los ordenandos resaltó: “Esa renuncia a una familia humana, a los amores humanos es precisamente para convertirte cada vez más en padre de todos, todos te llamarán padre, como nos llaman a los sacerdotes padres, como también nuestro padre celestial es Padre de cada uno de nosotros y nos da una participación en su paternidad”.

OBEDIENCIA COMO EL HIJO AL PADRE:

La obediencia es clave en la vida del sacerdote en Efecto, “Nosotros tenemos que obedecer. Aprender a obedecer; obedeciendo vamos a sufrir muchas veces y estaremos disponibles para ir a donde sea a donde nos envíen; donde nos envíen en nombre de la Iglesia”

“Vamos a consagrarle a Él esta nuestra obediencia, pues cuando dentro de un momentito pues yo te pregunte “¿prometes obediencia a tu obispo y sus sucesores?, el obispo coge tus manos entre las suyas. Tú no va a estar diciendo “prometo pero suéltame que ya vas a ver”, sino vas a decir yo como Cristo: “quiero ser obediente hasta la muerte y muerte de cruz”. Por eso la obediencia tiene una gran recompensa. Cristo por la obediencia se constituyó en autor de la salvación eterna”

EVITAR LA MUNDANIDAD:

Luego tomando las palabras de San Juan 17: “El mundo los ha odiado porque no son del mundo”, subrayó: “Esta es la primera cosa: no somos del mundo. Es lo que nos enseña el papa Francisco. Tendríamos que releer uno de esos últimos capítulos de la Evagelium Gaudium, donde precisamente nos habla de no ser mundanos, de no vivir la mundanidad. Amar el mundo, pero saber que no somos del mundo, nuestro estilo no es el estilo del mundo, que no somos como los demás en nuestras maneras de ir y venir, de hacer y deshacer”.

MARÍA, MADRE DEL SACERDOTE:

Monseñor Gómez terminó sus sentidas palabras de la predicación acudiendo a la intercesión de la Virgen Santísima. Los sacerdotes, de modo especial, somos hijos de María como el joven Juan. “Ahí tienes a tu madre, ahí tiene a tu madre, que lo olvides nunca, allí tienes a tu madre. Que así sea”.

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