El Papa Francisco escribe a mano la mitad de sus tuits, y los pasa a su equipo para que los publique en sus cuentas de Twitter de distintos idiomas. Y el Vaticano quiere que el Papa tenga también una cuenta en Facebook. Son algunos de los datos que ha comentado en el diario ABC el laico español Gustavo Entrala, que ejerce de Community Manager de la Santa Sede.

Explica que la cuenta papal en Twitter, Pontifex, “tiene 28 millones de seguidores y hace un mes se lanzó la cuenta de Instagram de Francisco, que es la que más rápido de la historia ha conseguido un millón de seguidores.El Papa es la persona con más penetración digital. Sus tuits son los más influyentes del mundo”, asegura este granadino de 45 años.

Detalla que “el Papa escribe la mitad de tuits” y que “lo hace a mano y los pasa al equipo”. Entrala compara las diferencias de estilo entre Francisco y su predecesor, Benedicto XVI, que fue el primer Pontífice “tuitero”.

“Los tuits de Benedicto son muy ricos desde el punto de vista intelectual, los llamaba «perlas de sabiduría», y era capaz de decir mucho en muy poco espacio. Los tuits de Francisco son más emocionales, pretende acompañar a la gente. Todo el papado de Francisco ha sido un ejercicio de empatía y comunicación con la gente brutal. De hecho, es un cierto milagro en comunicación, puso la comunicación del Vaticano en primer plano”.

Sobre Facebook comenta: “Facebook está cambiando hacia una red de más contenidos, lo tiene todo. No puedo hablar, pero el Papa tiene que estar en la gran empresa del siglo obligatoriamente. […] La Secretaría de Comunicación ha dicho que estará. Yo soy un proveedor”.

Entrala explica cómo el desembarco internetero del Papa Benedicto se gestó en 2009.

“La agencia 101, de publicidad especializada en el mundo digital en la que trabajo, escribió en 2009 una carta a la Santa Sede tras leer una misiva de Benedicto XVI en la que aludía a que el Vaticano podría haberse evitado más de una crisis de comunicación si tuviera una presencia más activa en internet. Les expusimos qué habíamos hecho para «acompañar» a artistas como Alejandro Sanz y marcas como JB en 17 países y les propusimos empezar por un curso de formación para la gente que trabaja en la Santa Sede. Para sorpresa nuestra, nos llamó Lombardi un viernes al móvil a las once de la noche y confirmó que el Vaticano se planteaba cómo debía ser la comunicación de un Papa y una Iglesia en el siglo XXI. Fuimos a formar al equipo de Comunicación y nos dimos cuenta de cómo ciertas instituciones tienen gente preparada, pero falta un liderazgo claro. La Iglesia es una institución que tiene dos mil años. Cuesta mucho cualquier paso que da. A los seis meses nos pidieron «ayuda» para mejorar la presencia digital del Papa. Desde 2010, la Iglesia está en las redes sociales. En junio de 2011, Benedicto envió el primer tuit, conmigo enseñándole qué era un iPad. En diciembre de 2012, se les convenció para que tuviera su cuenta propia en Twitter”. REL.