Papa Francisco visita a su oculista en plena ciudad de Roma

FOTO PORTADA: © Daniel Soehne / AP
El jueves por la mañana Francisco había tenido importantes encuentros como con el presidente de Israel. Pero por la tarde, cerca de las 19.00, el Papa, como un ciudadano cualquiera, se fue a ver este oculista, Alessandro Spiezia.
ALESSANDRO SPIEZIA
Oculista
“Era yo quien tenía que ir a Casa Santa Marta, no él. Pero al ceremoniero Guillermo Karcher le dijo: Quiero ir allí. Entonces, como se suele decir: me hice la señal de la Cruz”.
Porque fuera, decenas de turistas y curiosos se acercaron a los escapartes de la óptica para ver algo insólito.
El Papa se revisó la vista y decidió cambiar los cristales de sus gafas pero no la montura para ahorrar. Estuvo allí 40 minutos.
“Estaba esperando al coche y una chica dijo: ‘Dios mío, está el Papa’”.
“Lo vimos después en las noticias”.
“Estábamos aquí pero se nos escapó”.
ALESSANDRO SPIEZIA
Oculista
“En tantos años de profesión en los que tantas personas han pasado por aquí no me podía imaginar algo semejante”.
El negocio es pequeño y muy sencillo, de apenas 8 metros cuadrados. Pero Alessandro trabaja allí desde hace más de 40 años.
Dice que la visita de Francisco es el culmen de su carrera. Ya revisó la vista a Juan Pablo II y Benedicto XVI pero ninguno llegó a poner el pie en su negocio. Pero con Francisco, es distinto. Él mismo dijo que le hubiera gustado salir un poco más del Vaticano para respirar el ambiente de la ciudad, como uno más, y con esta visita, de alguna forma, pudo cumplir este deseo.

 

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