Piura: Profesión de dos novicias de la Congregación de Religiosas Franciscanas de María Inmaculada

Perú Católico, líder en noticias.- En el día en que la Iglesia celebró la Solemnidad de San José, con gran alegría las novicias Luisa Othimé Reto y  María Fernanda Codarlupo Sánchez de la comunidad de Religiosas Franciscanas de María Inmaculada de Talara profesaron sus votos temporales durante la Santa Misa que presidió el Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., en la Parroquia “Santa Rosa de Lima” de esa ciudad.

Ambas hermanas son las primeras vocaciones de esta comunidad religiosa en esta Vicaría y provienen de Talara y El Alto, asimismo ambas son exalumnas del emblemático colegio de mujeres “La Inmaculada” dirigido por las hermanas de esta Congregación. La Eucaristía fue concelebrada por el R.P. Alfredo More Quezada, párroco del lugar y por otros sacerdotes de la zona, participaron también de la celebración la Hna. Delia Flor Tocto Agurto, Vicaria Provincial de la Congregación, así como los familiares y amigos de las novicias, y una delegación de alumnas del colegio “La Inmaculada”.

San José, modelo para su consagración

Durante su homilía el Pastor, dirigiéndose a las novicias, les dijo: “Queridas hijas, qué hermosa fecha la que han elegido para dar este nuevo paso en su total entrega a Cristo «el Esposo». Como lo quería vuestra Madre fundadora, Caridad Brader, la veneración a San José es uno de los rasgos principales de la espiritualidad de una religiosa franciscana de María Inmaculada, por ello quiso poner a su familia religiosa bajo el cuidado espiritual de San José, modelo de humildad, fe, obediencia y entrega a los planes de Dios. El Evangelio no recoge ni una sola palabra pronunciada por San José, pero tenemos la predicación elocuente del ejemplo de su vida y eso vale mucho más. Cada vez que el ángel del Señor se le parece en sueños a San José, el Evangelio sentencia: «Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado». Para la Sagrada Escritura los sueños son el lugar donde Dios se revela y expresa su voluntad. Es así como San José. hombre justo y santo, se convirtió en el custodio de Jesús y de la perpetua virginidad de su esposa María. Que hermoso ejemplo de humildad el de San José, de obediencia en la fe y de disponibilidad absoluta para ponerse al servicio de lo que el Señor quiere de él. Vivan siempre así su consagración”.

Vivan en permanente comunión con Jesús y María

“San José -continuó Monseñor Eguren- es el hombre que sabe vivir en la compañía de Jesús y de María. Es llamado «justo» porque ciñe su mente, su corazón y su vida a la voluntad de Señor. Los Papas llaman también a San José «custodio» porque es el que protege el hogar de Nazaret. Que San José les enseñe a proteger y a ir adentrándose cada vez más en el don de su vocación, de su espiritualidad y de su carisma particular. De la mano de San José aprendan a vivir en comunión con Jesús y con María, viviendo en la familiaridad del trato con el Señor que es vuestro Esposo y poder ser así franciscanas con un corazón indiviso, totalmente entregado a a Dios y a los demás. Nadie mejor que San José puede guiarlas en este camino”.

Enseñen a otras jóvenes lo hermoso de vivir en Cristo

Finalmente, Monseñor Eguren les dijo: “Queridas Luisa y María Fernanda, ustedes son las primeras vocaciones que brotan en esta ciudad como resultado de la fundación de su comunidad aquí. Qué gran alegría que una de ustedes sea de Talara y la otra de El Alto, y más hermoso aún que sus vocaciones hayan nacido en las aulas del colegio que su Congregación dirige en esta ciudad. Esto nos llena de esperanza y de alegría en que el ejemplo que ustedes ahora dan, hará surgir más vocaciones dentro de nuestra juventud. Ustedes son jóvenes, vivan con pasión, entusiasmo y alegría su vocación. Enséñenles así a otras jóvenes como ustedes, a quienes el Señor pueda llamar, que Cristo no quita nada sino por el contrario, Él lo da todo. Que esta sea también vuestra misión a partir de hoy, enséñenles a los jóvenes que solo respondiendo al llamado de Dios en la propia vida es como se encuentra el auténtico camino hacia la felicidad y la salvación”. Fuente: Arzobispado de Piura.