Lo tenían todo. Se casaron en una ceremonia íntima -pero rodeada de mucha expectativa- en agosto de 2014, aunque su relación llevaba más de diez años. En el papel, una envidiable pareja de esposos; de otro lado, muy popular y respetada en el mundo del espectáculo. Brad Pitt (52) y Angelina Jolie (41) anunciaron su divorcio hace dos días. Hollywood y las redes sociales no tardaron en alborotarse.

Reunían todo lo que el mundo ansiaría poseer. Belleza física. Dotes artísticas que ponían admiración y fama a sus pies. Y 555 millones de dólares que habrían acumulado conjuntamente desde 2004 (según la revista Forbes), año en el que iniciaron su relación. La gente se pregunta qué sucederá con esta fortuna, si habrá o no un acuerdo prematrimonial de separación de bienes, etc. Problema de ellos.

Quizá no de los mayores. Jolie sufre de anorexia (en mayo pasado, la actriz de 1,69 metros de altura, pesaba 40 kilos) y ha tenido serios episodios con su salud.

A propósito de esta ruptura, voces izquierdistas progre se han vuelto a alzar, para arremeter contra el matrimonio como institución natural. Cabe señalar que Pitt y Jolie eran un dúo emblemático del compromiso con el "gaymonio" feminismo, transgénero, etc. Sostienen esas voces que el matrimonio, tal como está planteado, resulta obsoleto e inviable. Proponen una especie de evolución hacia un "matrimonio" temporal y que tenga distintos niveles de compromiso: convivencia, hijos, etc.

Un contrato con carácter de renovable, cada cierto tiempo. Entre sus argumentos mencionan que aquello del matrimonio para toda la vida -hasta que la muerte los separe- es de épocas pasadas, cuando la esperanza de vida de las mujeres era baja. Entonces, eran ellas las que se morían en los partos y los hombres quedaban sueltos para volverse a casar. Otro motivo sería el amparo de la mujer. Pero hoy ellas labran su seguridad por sí mismas y viven mucho más.

Todavía avanzan más en sus precarias argumentaciones. Si la esperanza de vidasigue creciendo -dicen que pronto llegaremos a cien años de media- ¿se imaginan matrimonios que estén juntos 70 años? No, eso simplemente sería insoportable; el matrimonio debe cambiar. Lo que no dicen es el caos personal y social que se armará con "matrimonios" que se hacen y deshacen en la vida de las personas y qué pasará en su vejez. No les interesa y la respuesta es fácil: vendrá la soledad, que es la peor de las compañeras. Entonces, para evitar sus nocivos efectos, como la depresión por ejemplo, estará la eutanasia al alcance de la mano y de todos los bolsillos.

Una concepción semejante del matrimonio solo cabe cuando se acude a él para satisfacer egoístas deseos personales. Aquello del amor que encuentra su plenitud en la entrega incondicional al otro, buscando la felicidad del otro, no entra en estos planteamientos. Por tanto, hay que erradicarlos del matrimonio. En fin, todos quieren ser felices, todos quieren casarse, pero … hasta que la vida los separe.

Edwin Heredia Rojas