¡Sacerdote católico toma avión para rescatar y adoptar refugiados sirios!

  • El director de Misioneros de la Paz, el Padre Ángel García, viaja a Hungría para iniciar el proceso “con cabeza y corazón” de poder llevar familias de refugiados sirios a España.
  • “Los sirios que salen de su país, no vienen a hacer negocio o trabajar, lo hacen para salvar su vida”, recuerda el Padre Ángel durante el vuelo que le lleva a la capital de Hungría.

Hungría se ha convertido, tristemente, en el principal obstáculo de los refugiados sirios para alcanzar Europa. Una valla y una ineficaz burocracia se interponen entre los sueños de los cientos de sirios que permanecen hacinados en una campo en la frontera. Nos dirigimos hacia Röezkse, un pequeño pueblo limítrofe a Serbia a unos 180 kilómetros de distancia de Budapest. Antes de llegar mantenemos una conversación con el Padre Ángel, fundador de Misioneros de la Paz a quien encontramos en el mismo vuelo hacia Budapest. Tal y como aseguró hace unos días se dirige a Hungría para “ver in situ lo que está pasando y hablar con las autoridades españolas allí y siguiendo las normas iniciar el proceso para poder traer algunas familias a España.”

“Empezamos a ver una marea de solidaridad impensable hace cinco días”, señala el Padre Ángel al referirse a las reacciones sociales, políticas, económicas que se ha multiplicados en la última semana. Quizás, la foto del escalofriante foto del pequeño Aylan tenga algo de culpa. Familias enteras muestran su cara más generosa al abrir las puertas de su casa a los refugiados sirios. El Papa pide a cada parroquia que acoja una familia. Los líderes europeos se llenan la boca con cifras y promesas. “Hasta hace poco les tratábamos como números. Nos preguntábamos, cuántos van a traer a España. Ahora empezamos a llamarlos refugiados, pronto empezaremos a decir personas y finalmente hombres y mujeres”, sostiene el Padre Ángel, sin esconder su satisfacción.

La ONG Misioneros de la Paz cuenta con un programa de acogida de refugiados en la ciudad jordana de Amán. En el centro que gestiona la ONG viven alrededor de 400 familias sirias que han huido de la guerra y otras 25 familias viven en pisos gestionados. “En Jordania tenemos familias enteras. Lo que más les sorprende es que por fin no vuelen por encima de ellos aviones y sobre todo saber que no les van a matar”, señala el Padre Ángel. Los más de cuatro años de sangrienta guerra civil en Siria han golpeado especialmente a la población que ha tenido que abandonar sus hogares. “Los sirios que salen de su país, no vienen a hacer negocio o salvar su vida, lo hacen para salvar su vida” subraya. “Andan tantos kilómetros para poder decir, ahora puedo vivir”.

Sin embargo, la solidaridad en algunos países y ciudades contrasta con la sombría bienvenida que reciben los refugiado en Hungría. Su presidente, Viktor Orban, ha convertido a la expulsión de los refugiados sirios en su principal reto. “Yo creo que el presidente de Hungría, con sus declaraciones, se está retratando y además se declara cristiano”, explica el misionero desde el avión que le traslada a Hungría para visitar a los refugiados e intentar traer a alguno. Preguntado por una solución al conflicto en Siria es rotundo: “una guerra jamás se pone fin con otra”, concluye.

Susana Campo (Budapest)