Sentenciaron contra los DDHH del concebido

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), es un organismo de derecho público internacional, es decir, no es una ONG. Aunque suelen insertarse en ella los activistas de ONG radicales e ideologizadas; inspiradas en los contravalores del naturalismo, el historicismo y el relativismo, que las hace subversivas por su compromiso con la praxis marxista.

Las ONG son asociaciones de personas de naturaleza privada, y responden a iniciativas surgidas de algún interés. En tanto que, la Corte IDH la integran siete miembros, elegidos por más de 30 gobiernos, reunidos en asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (la OEA). En su labor, estos magistrados deben de responder a sinceros criterios de honestidad y responsabilidad, porque son los encargados de interpretar los tratados de DDHH.

Pero, por sus sentencias podemos lamentar que la Corte IDH se ha reducido a instrumento de intereses ideológicos, en especial a la Ideología de Género y de la Cultura de la Muerte, que es de fuerte impregnación marxista.

La Corte IDH ha condenado como violador de derechos humanos al Estado de Costa Rica por tener una legislación protectora de la etapa embrionaria de la persona humana: ¡¿Qué?!

Y, lo ha condenado por no proteger a la “familia”: ¡Qué infamia!

Los jueces firmantes de esa sentencia decidieron contra la letra del tratado, que juraron cumplir y hacer cumplir.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo primero, establece que el derecho a la vida debe ser protegido desde la concepción. Pero, los jueces de la Corte IDH con un juego de palabras (sabiendo que el papel aguanta todo), identifican confusamente “concepción” con “implantación” del óvulo fecundado. Lo que para las ciencias (antropología filosófica, biología, bioética, etc.) es un craso y mayúsculo error.

Pero, en esos jueces de la Corte IDH no hay error, hay intención ideológicamente motivada, para inferir una grave ofensa a la dignidad humana de todos los hombres de América Latina.

La sentencia de marras es permisiva a la práctica de la fecundación in vitro por motivos de “género”, no hace caso a la magistral y reiterada distinción lingüística dilucidada por la Real Academia Española: los seres humanos tienen sexo, y las palabras son las que tienen género.

Por lo que la Corte IDH ya se alineó con la babilónica táctica de la Ideología de Género.

Es hora que los Estados de América pongan ojo y orden sobre la Corte IDH, no es tolerable que una minúscula gavilla de ideologizados malinterpreten y traicionen los legítimos derechos de la persona humana en nuestro continente. Fuente: http://sergiotapiatapia.blogspot.com/