Que la soledad es un tormento, lo saben los hombres y las mujeres de todo el mundo aunque no la padezcan. Un reciente estudio, realizado en Gran Bretaña, muestra que casi la mitad de los varones mayores de 50 años la sufre. El fenómeno se constata en toda Europa, pero a Gran Bretaña ya se le llama la "capital de la  soledad de Europa". Se calcula que medio millón de británicos pasaron la última Navidad solos.

Si a esto se añade el individualismo económico , el resultado es más explicable. Agrava el problema una sociedad que envejece rápidamente. Peor aún es detectar que la soledad se ve también en gente joven. En la gran sociedad de bienestar sueca, las personas que viven solas ya son el 50% de la población. Le siguen Finlandia (39%), Dinamarca (37%) y Alemania (34%). Los latinos (Italia,

Francia, España y Portugal) tienen entre 10 a 15%, bastante menos por ahora. Sin duda, el caso sueco es emblemático. Los gobiernos socialdemócratas se dedicaron a brindar el mayor bienestar posible a sus ciudadanos, con un Estado que facilitaba todo con los altos impuestos que les cobraban. Las políticas de atención a la familia casi no existieron. Por el contrario -para alegría de las feministas- muchas mujeres

fueron prácticamente obligadas a dejar el hogar y salir a trabajar para cumplir con los altos tributos. El objetivo era reducir al mínimo las "novias de lujo", como eran llamadas las amas de casa.

En Suecia no es necesario casarse. Es suficiente con avisar al registro civil para que sepan que comparten casa con otra persona y ser una pareja para todo efecto legal. Obviamente, la separación es casi tan sencilla como el juntarse. Un dato -que tiene devastadoras consecuencias, también para la futura soledad- es que el 55% de niños nacen fuera del matrimonio. La tasa de divorcios es altísima y los niños ya están acostumbrados a la transferencia frecuente de un padre a otro; mamá sustituta; o papá sustituto. Tampoco es difícil imaginar qué harán esos niños apenas crezcan y puedan irse.

Los mayores pagan pronto la factura de su brutal egoísmo. Muchísimos son abandonados por hijos y nietos, que -a su vez- siguen batiendo records de egoísmo e individualismo. Noticias frecuentes en Suecia son los cadáveres hallados después de meses de total abandono. Los suicidios son pan de cada día. El mal llama al mal.

Este se ha ahondado con un remedio peor que la soledad y el suicidio. El suicidio asistido o eutanasia -incluso comercial- ya dijo presente. continuará…