TESTIMONIO: Musulmana se convirtió al catolicismo y es líder

Sabatina James es una militante paquistano-austríaca por los derechos del hombre, convertida al catolicismo; escapó por poco a un matrimonio forzado con uno de sus primos en Pakistán, que abusó sexualmente de ella de manera repetida.

Amenazada de muerte por su propia familia a causa de su conversión, Sabatina James vive desde 2004 con alta protección las 24 horas del día. Fundó en 2006 la organización caritativa Sabatina, que ayuda a las musulmanas que no desean un matrimonio forzado. Ella asegura a las víctimas la posibilidad de huir, ayuda jurídica y psicológica.

Esta ex musulmana ha expresado recientemente importantes críticas hacia la gestión alemana de la crisis de los migrantes. Según informa la agencia católica austríaca kath.net, ella ha recordado las amenazas reales de una inmigración musulmana incontrolada llegada de países no democráticos. Ella expresa sus inquietudes de manera clara, chocando con la moderación habitual de los católicos del otro lado del Rhin.

En una entrevista al Neuen Osnabrücker Zeitung, Sabatina plantea: “Debemos preguntarnos dos cuestiones: ¿queremos seguir preservando los derechos del hombre en Alemania? ¿Podemos dejar que Alemania se convierta en un país mayoritariamente musulmán?”.

Dar un pasaporte a todos los refugiados sin asegurarse de que sean “capaces de ser demócratas o de saber si están o no dispuestos a usar la violencia” es una política irresponsable “teniendo presentes los derechos humanos”, afirma. Si resulta que podríamos encontrar en medio de ellos islamistas violentos, relacionados o no con el ISIS, Alemania no puede negarse a asumir esa responsabilidad.

El equivalente a un pueblo cada mes

Ella continúa diciendo que si, en los próximos diez años, llegan más de 10 millones de musulmanes, podrían constituir la mayoría de su grupo generacional. Es precisamente la actual tasa de llegadas; además, la tasa de natalidad alemana es considerablemente baja. Podría ser el caso si uno se niega a regular la inmigración. Sólo en el mes de noviembre, se superó el número de 180.000 refugiados en tan sólo tres semanas. Es decir, la población de una ciudad de tamaño medio más cada mes, lo que puede transformar radicalmente la sociedad alemana. Esto no es una fantasía sino simplemente la realidad. Muchos críticos, incluso procedentes de la izquierda, están comenzando a levantar la voz en Alemania.

Para ella es inadmisible que los jóvenes violentos que atacan a los cristianos, a los yezidíes o a los musulmanes demócratas, puedan quedarse en Alemania. “Tienen que irse”. Es impensable concederles derecho de asilo. Es un grave error y una ilusión demasiado bonita, según ella, presuponer que todos los refugiados comparten los valores democráticos. Han nacido en países como Siria, Afganistán o el Pakistán que ella bien conoce, “con la idea de que las mujeres no tienen los mismos derechos ni la misma dignidad que los hombres, y que nos no musulmanes no son completamente seres humanos”.

Protegerse de los predicadores radicales

Sabatina James critica también que Alemania no ponga limitaciones a los predicadores más radicales. “Les dejamos hacer, y nos sorprende que los jóvenes les sigan”. Conoce a personas arrepentidas del movimiento salafista, y sabe que se trata de personas en busca de Dios.

Esta es también una prueba de la triste situación de las iglesias en Alemania según la joven: se ha vuelto más común hoy en día en las calles alemanas encontrar a un salafista distribuyendo el Corán que a un cristiano “explicando el Sermón montaña” y diciendo las palabras fuertes de Cristo:” Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen”.

Y para salvaguardar los derechos humanos, especialmente los de las mujeres, y los valores del mismo sermón de la montaña, Alemania no puede aceptar a cualquiera: la garantía de la naturaleza democrática de este país es probable que se reduzca al mínimo si Alemania no cambia de rumbo.