Perú Católico, líder en noticias.– Como ya hicieron tres pontífices anteriores, el Papa Francisco también visita Fátima. En esta ocasión para conmemorar el centenario de las apariciones de la virgen a los niños Francisco, Jacinta y Lucía, y también para canonizar a los dos primeros, que murieron siendo niños.

Es un viaje relámpago, de apenas 24 horas, sin pasar por Lisboa, sin reuniones con políticos, lo que se dice una visita pastoral. “El papa Francisco llega como peregrino”, repite António Marto, el obispo de Leiria, responsable de la organización de la visita, que ha obligado a las autoridades a restablecer el control fronterizo por cuatro días, cerrado el espacio aéreo y blindado los accesos al santuario y a las aldeas limítrofes. El papa, en un mensaje a través del canal del Vaticano, pide disculpas por no poder visitar otros lugares: “Sé bien que me queríais también en vuestras casas y comunidades, en vuestros pueblos y ciudades. Me gustaría aceptar, pero no me es posible”.

El Papa llega a las 16.30, hora local, a la base aérea de Monte Real, de ahí, en helicóptero, va al campo de fútbol de Fátima y después cuatro kilómetros en coche hasta el santuario, donde le espera una multitud, cuyo número la organización no tiene ningún interés en exagerar. “La plaza del santuario tiene 32.000 metros cuadrados de superficie, así que, apretados, caben 300.000; detrás caben otras 80.000 personas”, puntualiza la directora de comunicación del santuario. Los peregrinos, sin embargo, ocupan también los alrededores y la carretera por donde pasará el pontífice, gente que lleva días caminando desde distintos puntos de Portugal y España.

 Se anuncia frío y lluvia, aunque habrá un parón durante la procesión de las velas a las 21.30, la ceremonia más emocionante de la visita papal. Antes de eso, Francisco visitará la capilla de las Apariciones donde le esperan 150 niños con las edades que tenían los pastorcillos cuando se les apareció la virgen. Ahí rezará por la paz en el mundo, según ha anunciado, “sin ninguna exclusión”.

Apenas han pasado 15 días desde el último viaje del papa, que fue a Egipto, una visita que duró varios días y que tuvo un mayor contenido político y social, ante la amenaza terrorista que sufre la comunidad cristiana copta. Francisco es el cuarto jefe de la Iglesia Católica en visitar Fátima después de Pablo VI (1967), Juan Pablo II (1982, 1991 y 2000) y Benedicto XVI (2010).