‘Valientes para matar, cobardes para morir’ II

En 2011, la actual portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, tenía 21 años y estudiaba en la Universidad Complutense. Rabiosamente anticatólica y feminista, planeó y ejecutó un violento asalto a la capilla católica de la universidad. Ella y unas 30 colegas, ladraron amenazas y lisuras contra la Iglesia, y -quitándose prendas- quedaron con el torso totalmente desnudo. Un par se besaron en el altar. Llevaban una imagen de Benedicto XVI con esvástica. La recua pensante profería alaridos. “Arderéis como el 36”; “Contra el Vaticano, poder clitoriano”; “Vamos a quemar la Conferencia Episcopal”; y otros, que me niego a transcribir.

El capellán, P. Rafael Hernando, ha dicho que “Rita Maestre actuaba como líder, iba delante (…). Entraron contra mi voluntad, y si no me hubieran empujado yo no me hubiera quitado. Le dije a Rita que no pasaran y ella me dijo que me quitara de su camino”. Javier Díaz, testigo presencial, dice que todo estaba bien preparado. “Yo estaba rezando. Al principio las mujeres se colocaron en círculo alrededor del altar (…). Había un megáfono y estaban muy bien colocadas, como en una escena teatral. Casi todas las mujeres leían textos cortos. El contenido de los mensajes eran feministas (…). Hubo mucha ansiedad en mí y en muchas personas cercanas. Hubo gente que lloraba”.

En estos días, un Juzgado Penal de Madrid ventila el juicio contra Maestre por el delito contra los sentimientos religiosos, tipificado en el Código Penal. El fiscal pide un año de cárcel. Igual para su compinche, Héctor Meleiro, militante del   izquierdista radical “Podemos”, liderado por Pablo Iglesias y que tiene en jaque a toda España. La acusada afirma que “fue una protesta legítima y pacífica”; que “un torso desnudo no es algo ofensivo”; que “yo defiendo la libertad religiosa, y creo que ese día no se faltó a la libertad religiosa. No pensé que aquello fuera un delito”; que “pido disculpas si ofendí a alguien”; que “me dijeron que iba a ser una reivindicación pacífica …. “. La pobrecita, pues, no sabía nada. Para colmo, visitó al arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro: “el Arzobispo Osoro aceptó mi perdón y lo vio como algo de jóvenes”.

Pobre Rita. ¿Serás ahora la valiente que pisoteó los sentimientos religiosos de tantos? ¿O la cobarde que busca excusas de todo tipo y se victimiza? El juez la tiene fácil. Rita pide disculpas si ofendió a alguien; moderna forma de no pedir perdón. Luego, lo haría nuevamente si no fuera delito, si no viera la cárcel tan cerca. El exhibicionismo sigue siendo ofensivo en recintos públicos; mucho más en un lugar de culto. Como dice el periodista Alfonso Basallo, si la concejal fuera coherente, ¿por qué no compareció con el torso desnudo en el juicio? Finalmente, Rita apela a “cosas de jóvenes”. ¿A los 21 años? Entonces, ¿por qué su partido sostiene que las chicas son responsables para abortar a los 16?  Cosas de cobardes.