Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

De los 200 años de vida republicana, 181 años han sido acompañados por este emblemático colegio. Agradezco el obsequio del monumental libro Colegio Guadalupe, la historia (Lima, 2012, 378 pp) editado por una comisión de antiguos alumnos por parte de su actual director, Oscar Walter Tello Rodríguez.

La obra repasa el panorama histórico de Lima y el Perú en 1840, año de la fundación del Guadalupe, así como su fecunda trayectoria como fue su participación en la Guerra del Pacífico que le dota de toda una galería de héroes –civiles y militares.

La investigación estudia las circunstancias que permitieron al capellán Fray Juan Vargas solicitar este nombre para el plantel, lo cual se complementa con una síntesis de la historia de la Virgen de Guadalupe, desde sus posibles raíces españolas y el vínculo con las apariciones a Juan Diego en el Tepeyac, México.

El libro describe también los diferentes locales que ocupó el colegio, desde su fundación en La Chacarilla en 1840, su pase temporal por un local en la plazuela de San Marcelo, hasta la construcción del nuevo local en la avenida Alfonso Ugarte y su traslado en 1908. Incluye, asimismo, una reseña de la Asociación Guadalupana, desde su fundación en 1940.

En el periodo de su fundación, durante el segundo gobierno del presidente Agustín Gamarra, 1839, ya existían en Lima numerosos establecimientos educativos estatales y particulares destinados a carreras como abogados, sacerdotes o médicos, por lo que se hacía necesario un colegio preparatorio o elemental. Impulsados por esta motivación el hacendado iqueño Domingo Elías y el acaudalado español Nicolás Rodrigo, en un aviso publicado el 14 de noviembre de 1840 anunciaban que habían decidido abrir para el próximo año el colegio Nuestra Señora de Guadalupe, dirigido por un eclesiástico, que será el P. Ignacio Agato Castro, su primer rector.

La inauguración tendrá lugar el 7 de febrero de 1841 como establecimiento particular dedicado a la enseñanza primaria, ocupando el recién refaccionado local del Estanco de Tabaco cedido por el gobierno, ubicado en la calle de la Chacarilla, en las inmediaciones del actual Parque Universitario y detrás del actual Edificio Alzamora Valdez, local de los organismos judiciales de Lima que entre las décadas de 1950 y 1990 fue sede del Ministerio de Educación. Como vicerrector fue contratado el señor Ramón Azcarate, un distinguido marino español, y como capellán iba el padre fray Juan Vargas, quien parece tuvo la iniciativa del nombre. Inicialmente se dictaron las siguientes clases: Gramática Castellana, Geografía y Matemáticas, a cargo de Azcárate; Religión, por fray Juan Vargas; primeras letras y francés por el profesor Blanco Batlles; dibujo, por Ignacio Merino; y música, por Mateo Rosas y Miguel Távara. El número de alumnos llegaba a 40.

Al año siguiente, en 1842, contratan los servicios del educador español Sebastián Lorente como rector del plantel, quien elevó la calidad del centro convirtiéndolo en un centro de instrucción media y superior, contrapunto ideológico del Convictorio de San Carlos, baluarte del conservadurismo, cuyo rector era el célebre sacerdote  Bartolomé Herrera. Unos y otros -como señala Alex Loayza en su tesis “La Política educativa del Estado peruano y las propuestas educativas de los colegios San Carlos y Nuestra Señora de Guadalupe, Lima, 1820-1857” https://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/20.500.12672/2141 formarán en sus alumnos “una nueva elite civil” que configuró de modo decisivo el espacio público limeño.

A Lorente le suceden los hermanos Gálvez (José y Pedro) exalumnos del Convictorio de San Carlos. La rivalidad entre estos colegios y sus representantes persiste hasta 1852, año en que el Colegio Guadalupe es clausurado por el presidente José Rufino Echenique. En 1855, triunfó la revolución liberal  siendo nacionalizado el centro y recategorizado como un plantel de educación media que mantuvo su prestigio.

Muchos guadalupanos se sumaron como voluntarios en el combate del Callao del 2 de mayo de 1866. Allí precisamente falleció de manera heroica el ministro de Guerra José Gálvez Moreno, que había sido rector del colegio en 1851. Durante la Guerra del Pacífico, muchos guadalupanos se enrolaron en los batallones que partieron a luchar a las provincias de Tarapacá y Arica. Tras la derrota de los ejércitos del sur, profesores y alumnos del colegio se enrolaron en el batallón de Reserva Nº 2 comandado por Manuel Lecca  que defendió la capital en el Reducto Nº 1 de Miraflores en la batalla de Miraflores, librada el 15 de enero de 1881. Entre los que cayeron en acción estuvieron César Figueroa Toledo y Manuel Fernando Bonilla, quien con 13 años de edad, murió destrozado por una granada enemiga.

Al ocupar Lima el ejército chileno, en agosto de 1881 convierte temporalmente en cuartel el Colegio. Poco después el Colegio fue reabierto como instituto particular, con autorización del Concejo, pero el gobierno de Francisco García Calderón le volvió a otorgar el carácter de nacional. En 1882, asumió su dirección Cesáreo Chacaltana; sin embargo, poco después tuvo que partir al destierro. Su sucesor, Manuel Marcos Salazar, también debió abandonar Lima en 1883, perseguido por las autoridades de ocupación. El nuevo director, Ricardo Saavedra, se encargó del traslado del colegio al tradicional edificio de la calle Chacarilla. En 1884 el director Pedro A. Labarthe efectuó intensas gestiones para la refacción del colegio. El año escolar de 1884 se completó y en 1885 la penuria económica se palió en parte, pues el Congreso adjudicó al colegio las rentas de la hacienda Santa Beatriz, gracias a las gestiones del diputado Francisco M. Fernández, que desde entonces fue conocido como el “Benefactor”. De 1886 a 1899, ejerció su dirección Sebastián Lorente Benel (hijo del maestro e historiador del mismo nombre), a quien le correspondió restablecer en su normalidad la vida institucional del colegio. Tras la dirección interina de Francisco Romero, llegó en 1903 una misión belga que se encargó de la reforma del plantel, asumiendo la dirección uno de sus miembros, Julio Becker.

Bajo el segundo gobierno de Nicolás de Piérola (1895-1899) se dio la iniciativa de construir un nuevo edificio para el colegio. El colegio Guadalupe ocupó su nueva sede en 1909. La capilla y el bloque posterior se concluyeron en 1911. Fue concebida para satisfacer el sistema educativo de modelo europeo, por ello su traza es de retícula conformando seis patios, cada uno de ellos destinados a una actividad escolar (patio de honor, patio de actividades recreativas: auditorio, capilla, y tres patios de aulas). En el segundo nivel se emplazaba el internado y en el patio de servicio maestranza, comedor, talleres de instrucción, almacenes entre otros. Se contrató, además, misiones belgas y alemanas para cambiar la curricula y regir el plantel. Ellos se encargaron de importar los más modernos gabinetes educativos de la época (museos de Economía, Ciencias Naturales, Electricidad, Física, Química, etc.).

La Capilla fue inaugurada el 15 de julio de 1911 con el padrinazgo del presidente  Leguía y su esposa. En la actualidad alberga en su altar principal la imagen de la Virgen de Guadalupe, coronada en el año 1962 como “la Patrona de la Juventud Estudiantil del Perú”. La capilla representa a través del tiempo la fe católica de todo el alumnado y profesores quienes por tradición acompañan en una misa y procesión, durante la víspera del aniversario de la institución, normalmente se efectúa el 13 de noviembre de cada año (u ocasionalmente, en días previos).

Durante la primera mitad del siglo XX el colegio Guadalupe tenía varios anexos, distribuidos en diversas partes de la ciudad; sus mejores alumnos eran seleccionados para estudiar en el local central de la avenida Alfonso Ugarte. A mediados de los años 1950 (durante el gobierno del general Manuel A. Odría) estos anexos se convirtieron en grandes unidades escolares, como sucedió con las de Alfonso Ugarte o Mariano Melgar.

En 1959 por decreto ministerial, tomando en cuenta su antigüedad y su trayectoria, el Colegio Guadalupe recibió el título de “Primer Colegio Nacional del Perú” por decreto firmado por Jorge Basadre, ex guadalupano y ministro de educación de la época. Entre los años 2011 y 2013 el Ministerio de Educación, en coordinación con el Ministerio de Cultura efectuaron la remodelación total de la infraestructura del plantel histórico que sigue brindando un gran servicio al Perú. Protagonistas de su memoria e impulsores de su dinamismo son los exalumnos agrupados en una dinámica Asociación que tiene su sede principal en la avenida Alfonso Ugarte en Lima, a sólo dos cuadras del Colegio Guadalupe, y que fue inaugurado en 1960 con la asistencia del Presidente de la República Manuel Prado Ugarteche. La Asociación Guadalupana también cuenta oficialmente con su filial de egresados en Estados Unidos de América, fundada bajo la presidencia del doctor Pedro Ruiz, así como en España y otros lugares. ¡Larga vida para tales alumnos guadalupanos, forjadores de la peruanidad!

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/