146. Hermanando hermandades y cofradías al calor del ‘Señor de los Milagros’ para el bien del Perú

Perú Católico, líder en noticias celebrando el Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito Rodríguez.

Desde el mes de septiembre, todas las cuadrillas de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas de Lima se ponen en marcha para preparar el Mes Morado. Su edificio “El Nazareno” se muestra todavía más como el cálido Hogar que acoge y dispone a cada familia para vivir en octubre el milagro del Amor acompañando al Señor de los Milagros. Se palpa que es una familia, una hermandad, una cofradía (reunión de hermanos). Algo que modélicamente rescata Luis Farfán y Carlos Hiraoka en el libro La Amable Tradición (Los sabores que nos dio a conocer Nuestro Señor) (Editorial Salesiana, Lima, 2022, pp.139) y empeñado en la noble misión de compartir anécdotas, tradiciones y vivencias de los protagonistas de la devoción que son los Hermanos.

La larga lista de los términos sinónimos “confraternitas”, “sodalitas”, “confraternitas”, “sodalites”, congregatio, “pía unión” “societas”, “coetus”, “consociatio”, “convivium”, sinodalidad, cofradía, hermandad. resalta siempre el sentido de comunión o asociación fraterna solidaria de laicos.

El Código de derecho canónico de 1983 las incluye en el campo de las asociaciones (C298 P1) insistiendo en los objetivos generales: “trabajando juntos”, ”el culto divino o culto público” “fomentar una vida más perfecta”, “realizar otras actividades de apostolado”. Que buscan cumplirlos en otras tantas dimensiones: la litúrgica, la profética (educación de la fe), la diakónica (caridad y compromiso social),

La vida asociada laical no es un fenómeno nuevo en la historia de la Iglesia. Los dos mil años de su peregrinar son elocuente testimonio de la riquísima variedad de expresiones asociativas de vida cristiana con sus dos elementos característicos: ad intra (la unión, la koinonía), ad extra (el servicio). Podemos constatar que la vida de los primeros cristianos está muy presente en todo tipo de grupos, órdenes y congregaciones religiosas, así como laicos o seglares. Durante la Edad Media fueron formándose cofradías para encontrar aquí en la tierra ayuda solidaria y, tras la muerte, también auxilio fraterno. Otras finalidades eran la atención en la enfermedad (incluido una parte del salario que no podía ganar el enfermo);  la atención de los presos (entre otras cosas porque el encarcelamiento no siempre conllevaba alimentación gratuita); la organización y el coste del funeral y enterramiento de los cofrades… o de los pobres que no tuvieran dónde caerse muertos. El historiador del Perú y de su Iglesia el P. Rubén Vargas Ugarte señalará con acierto cómo “los llamados gremios medievales evolucionaron con el tiempo y se multiplicaron, dando origen a las cofradías y hermandades, cuyos asociados se vinculaban no sólo con fines de devoción sino que también se proponían ayudarse mutuamente y aun mirar por los intereses de la clase u oficio a que pertenecían”. El individuo se encuentra “inserto dentro de una pluralidad de células diversas, de pequeños grupos o asociaciones como son: la familia, los señoríos, la comunidad de habitantes en el lugar, los grupos profesionales, las parroquias y las cofradías”

De acuerdo con el componente humano, tenemos en Lima las siguientes agrupaciones:

. Cofradías aristocráticas: de criollos y españoles peninsulares como las de la Veracruz y el Rosario de españoles, del convento de Santo Domingo

. Gremiales: como la de San Eloy de los plateros, San Crispín y San Crispiano de los zapateros, San Joaquín de los silleros.

. Cofradías étnicas: castas de indios y negros (Nuestra Señora del Rosario de indios y de negros, en Santo Domingo), como de naturales de algunas regiones como Nuestra Señora de Aránzazu. Ya en el siglo XVI los indios y negros fundaron en Lima 16 cofradías

Los llamados “negros angolas”, por el año de 1650, decidieron agremiarse y constituir “la cofradía en la zona de Pachacamilla”, lugar que había sido habitado por los indios de Pachacamac y en la que se ubica, hasta la actualidad, el monasterio de las Nazarenas así como el local de la Hermandad del Señor de los Milagros. La Hermandad del Señor de los Milagros de las Nazarenas se inició oficiosamente en el año 1651, cuando el negro esclavo angoleño de la zona de Pachacamilla plasmó en una pared de adobes del local de su cofradía la sagrada efigie del Redentor Crucificado para que patrocinara sus reuniones y les sirviese de guía.

Sin embargo, oficialmente, para la formación de las primeras cuadrillas de cargadores y la organización de la hermandad, se contó con el apoyo del virrey Amat, la anuencia del Monasterio, del Capellán y del Síndico Juan de la Roca, que apoyaron a los más unidos de los devotos cotizantes para formar las cuatro primeras cuadrillas de cargadores al programarse una Procesión Extraordinaria con finalidad de solicitar auxilio económico de todo el pueblo de Lima para construir la nueva Iglesia de las Nazarenas. Fue en la tarde del día sábado 3 de mayo de 1766, cuando salieron las andas del Señor de los Milagros, dando inicio a la hermosa tradición de los Hermanos Cargadores del Patrono Jurado de la Ciudad.

Fruto de las laboriosas entregas de los miles de hermanos, se ha ido formando una sabia organización que se comprueba con el mero hecho de ver su organigrama en el que se combinan sabiamente lo cívico con lo religioso.

La primera hermandad que tuvo el Señor fue la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas. Todas las demás hermandades, multiplicadas por todo el Perú y todo el planeta, posteriores a esta primera, se diferencian de ella por las palabras que van después de “de los Milagros”; las mismas que indican de dónde son. La Hermandad de Nazarenas cuenta con cerca de 5.000 integrantes, entre hermanos y hermanas, distribuidos en veinte cuadrillas de cargadores, un grupo de hermanas sahumadoras, un grupo de hermanas cantoras y la rama de hermanos honorarios: en total, 23 agrupaciones que conforman la hermandad. Adicionalmente, y con el deseo de perpetuar la Hermandad, se fundó el 8 de setiembre de 2002 la Hermandad de Niños, conformada por niños de 8 a 12 años que integran las 20 cuadrillas.

Desde esta Hermandad se dan unos certificados de idoneidad para todas las hermandades del mundo. Las diez primeras fueron:

  1. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS  DE LA IGLESIA DE SANTA ROSA DE LIMA – CARACAS VENEZUELA
  2. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE SANTIAGO DE CHILE
  3. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE COMAS
  4. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE HAMBURGO – ALEMANIA
  5. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS –IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES – PARROQUIA ALTAGRACIA – CARACAS VENEZUELA
  6. HERMANDAD DE CARGADORES, SAHUMADORAS Y CANTORAS DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS – PARROQUIA SANTA MARIA DE NAZARETH
  7. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE MATELLINI
  8. HEMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE ELIZABETH, NEW JERSEY INC
  9. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE CIUDAD DE DIOS
  10. HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN WASHINGTON DC INC USA.

El año pasado 2021 tuve la suerte de reunirme -gracias al pedido de Cancillería del Perú- vía zoom el día 28 con la mayoría de las existentes en el mundo. Fue una experiencia única, poder dirigirme a tantas hermandades en tantas naciones y sentir un mismo latir por el Señor y la peruanidad.

Son cientos de ciudades que organizan la procesión, en muchos casos, auspiciada oficialmente por diversas autoridades locales. El propio Papa acoge en el Vaticano a peregrinos no sólo del Perú sino de toda América al calor de las andas del Cristo Moreno, este año 2022 les dirigió un entrañable mensaje:  “El Señor que callejea por su pueblo, el Señor que está clavado en la Cruz, pero con clavos de misericordia… ¿Tienes pecados?, yo te los perdono. Basta con que me pidas perdón”, “Él sale a la calle, y sale a la calle para abrazar a su pueblo”.

A la hora de evaluar los aportes de la Iglesia al Perú, consideremos esta siembra y cosecha de hermandad, de hacer familia, desde la Gran Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas que ha sido motor e impulsor de otras tantas hermanades y cofradías a lo largo y ancho del Perú y del mundo.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

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