Perú Católico, líder en noticias celebrando el Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito Rodríguez.

Motivados por la celebración bicentenaria de las OMP compartimos algunos datos acerca del empeño misionero del Perú. Lo hacemos al hilo del sintético texto de la web de las OMP en el Perú con motivo del 90 aniversario de su fundación, brindando nuestra oración y felicitación por tan significativo organismo en la persona de su director, P. Víctor Lívori [1]:

La fundación de la Asociación de la Propagación de la Fe en 1822 fue el germen del Domund promovido por Paulina Jaricot y cien años después, el 3 de mayo de 1922, el Papa Pio XI concedió a estas obras misionales el carácter de Pontificias.

Desde la temprana fecha de 1551 hay un deseo manifiesto en el Perú de rezar por la conversión de los naturales y propagar su fe. Un botón de muestra lo custodia el Archivo del Seminario de Santo Toribio en el documento de la Fundación de la capellanía del Arcediano Rodrigo Pérez, por el Ilmo. Sr. Arzobispo D. Jerónimo de Loayza y D. Cristóbal de Burgos, sus albaceas, el 1 de mayo de 1551, ante Simón de Alcates .(Leg.7, G, 2, Caja 6.2) por la que se establece que “en la Iglesia mayor de esta ciudad haya una capellanía que en el domingo y jueves de cada semana digan dos misas rezadas por la conversión de los naturales y por el ánima del difunto”.

El P. Bernabé Cobo, religioso de la Compañía de Jesús y uno de los más documentados cronistas de la naciente Lima, señala precisamente que “el fin y motivo principal con que han pasado a este reino los religiosos que tienen monasterios en él, que son las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, San Agustín, la Merced y la Compañía de Jesús…es para que entiendan y se empleen en la conversión a nuestra santa fe de los indios, en el cual ministerio han trabajado y todavía trabajan, con tanto fervor y celo como se echa de ver por el fruto que de él ha resultado, que es la reducción a su Criador de tantos millones de almas como hasta ahora han venido al gremio de la Iglesia, en que no hay duda sino que ellos han tenido la mayor parte” (Fundación de Lima, Libro tercero, cap. 1°, p. 415).

El historiador P. Rubén Vargas, en diversos artículos acerca de “Las Misiones del Perú”, rescata los precedentes de las OMP en el Perú como prolongación temporal e institucional del talante misionero vivido por las congregaciones y otras instituciones durante el virreinato.

El Perú lideró a los países de América Latina en recibir la primera de las Obras – la Obra de la Infancia Misionera. Según los Annales que se encuentra en los archivos de la Santa Sede en Roma lo confirma este comentario en los Annales del 1850:” El arzobispo de Lima muestra un afecto por la Obra y le duele en enviar por lo pronto nada más que una ofrenda personal” (Annales vol. III, p. 77 e 301). Otro comentario del 1860 narra que; “en Lima los niños han hecho una colecta y la ponen a disipación” (Annales 1861 p.80) Las hermanas de los Sagrados Corazones y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl han sido las primeras en promover la Santa Infancia. (Annales 1876, p. 138 Una linda anécdota narra una hermana de la Caridad cuando un niño nacido de padres protestantes que iba a su “nido” explicaba a su mamá cuando lavaba la ropa la catequesis recibida en la Infancia Misionera. Su mamá lo escuchaba pacientemente, pero la tocó tanto que ella con su esposo se convirtieron y se bautizaron en la iglesia católica.

Propiamente hablando, la “Obra de la Propagación de la Fe -OPF- en el Oriente del Perú” fue fundada por Mons. Francisco de Sales Soto, obispo de Huaraz en 1896, aprobada por el Papa León XIII y ratificado por San Pío X. Los obispos del Perú prestaron su apoyo a la obra y contribuyeron al óbolo común, aplicándole las entradas del indulto del ayuno. Desde el primer momento, como filial de la OPF se instituyó una asociación de señoritas “Obra de los Tabernáculos” con el objeto de suministrar a los misioneros ornamentos y ropa de altar, así como prendas de vestir para los nativos; tenía tres talleres (Lima, Barranco y Chorrillos) y reunían en ellos a las jóvenes socias que labraban las piezas para las misiones. Varias publicaciones daban cuenta de su misión: “Las Misiones Dominicanas del Perú” del Vicariato de la Madre de Dios y “Florecillas de San Antonio” por parte de los Franciscanos que dan cuenta de sus misiones del Ucayali. Casi desde su fundación comenzó a publicarse su organo oficial, los Anales de la Obra de la Propagación de la Fe en el Oriente del Perú.

Mientras se extendía en el Perú la Infancia Misionera en las últimas décadas del siglo diecinueve y los primeros del siglo veinte las obras se hacen pontificias en el 1922. Así en el Perú las Obras Misionales Pontificias están presente desde el 1932 en que fue instalado el Consejo Nacional de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe. Según los archivos que se encuentran en la Santa Sede la Congregación para la Evangelización de los Pueblos nombró el 7 de Junio de 1932 al Padre Francisco Cheeseman, O.F.M. como el primer responsable de la Obra de la Propagación de la Fe en el Perú (en aquel tiempo se llamaba Presidente y no Director Nacional). En el 1937 se establecieron las Obras Misionales Pontificias de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena y la de la Santa Infancia o Infancia Misionera.

El Primer Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias fue nombrado en el 1940 en la persona de Mons. Pablo Chávez Aguilar que estuvo como director hasta 1945. La primera oficina de la OMP fue en la Oficina de la Propagación de la fe en el Palacio Arzobispal, Calle Arzobispo 257, of. 9 Cercado. En esta época, exactamente el 25 de Noviembre del 1944 se efectuó la primera colecta pública en Lima, Callao y Balnearios con la colaboración de la Junta Auxiliar de Damas de la Propagación de la Fe y de los grupos de colectores organizados con elementos de las parroquias. Así fue el inicio de la Colecta Pública que hoy se llama colecta

El 28 de Junio del 1945 fue nombrado director el P Manuel Noriega Sotomayor s.j. que dirigió esta institución hasta el 11 de mayo del 1952. En su periodo se resalta la presencia de un taller apostólico de las misiones iniciado y dirigido por la Sra. Laura Correa Olavegoya que elaboraba a través de señoras y señoritas voluntarias ornamentos litúrgicas y los vendían entregando toda la ganancia a las misiones. Con el P Manuel Noriega s.j. se inició la época de crecimiento vertical de las Obras Misionales Pontificias debido a su extraordinario entusiasmo y dinamismo y total decisión a este fin.

Desde mayo 1952 hasta mayo de 1955 las Obras Misionales Pontificias tenían como director ejecutivo transitorio al P. Martin Urrutia Baraibar s.j. hasta que el 21 de mayo del 1955 fue nombrado el P. Ricardo Durand Flores s.j. quien permaneció hasta el 31 de diciembre del 1973; dio gran realce al Gran día Universal de las Misiones (Domund) y el 1 abril de 1974 pudo presentar el primer número de la revista “Esquila Misional”, órgano de las Obras Misionales Pontificias.

Le sucedió el P Felipe Maria Zalba Elizalde O.P. de 1 de enero del 1974 a mayo del 1981 iniciando en el Perú el movimiento Jóvenes Sin Fronteras.

El siguiente director nacional fue el comboniano P. Mario Mazzoni Guzmeroli mccj desde junio del 1981 hasta diciembre del 2000. Cabe mencionar que en este periodo en el año 1991 se celebró en Lima Perú el gran Congreso Misionero Latinoamericano COMLA IV del 2 al 5 de febrero. Su sucesor fue el P. Gianfranco Iacopi Ghirlardi de 26 de febrero 2001 hasta enero del 2011. Posteriormente, el 26 de febrero del 2011 fue nombrado el P. Víctor Livori, mssp,  quien sigue hasta la fecha al pie del cañón rescatando la historia de las OMP en los mismos archivos del Vaticano, celebrando el 7 de junio como fecha central de la fundación institucional e impulsando la misión por todas las jurisdicciones eclesiásticas del Perú. En el 1 de octubre del presente año, inauguró el mes misionero en el Santuario de las Nazarenas encomendándose en su festividad de a la patrona de las misiones, Santa Teresita del Niño Jesús y al Señor de los Milagros y alentando a vivirlo al calor del Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones, titulado «Para que sean mis Testigos», señalando que Jesús no sólo envía a sus discípulos a “realizar” la misión, sino a “vivir” la “misión” que Él les ha confiado; es decir, no sólo a dar testimonio, sino a ser testigos de Él.

¡Qué gran tarea sería poner en valor los archivos, bibliotecas y hemerotecas de los vicariatos misioneros, prelaturas, oficinas diocesanas, la propia central nacional! Sin olvidar los de las congregaciones, asociaciones laicales, empeñadas en la tarea de evangelizar.


[1] https://omp-peru.org/2022/06/07/aniversario-de-las-obras-misionales-pontificias-omp-peru-7-de-junio/

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/