Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Este simpático e inquieto personaje cobra vida gracias a nuestro maestro Raúl Porras en el Conversatorio Universitario de 1919, organizado por la Federación de estudiantes del Perú, que publicó el folleto titulado Don José Joaquín de Larriva:

“Representativo del peruano de su época, acaso no muy desemejante del actual…Encarnación de ese espíritu nacional, analista y destructor, incapaz de grandes obras, pero certero en críticas menudas, descontento mordaz e irrespetuoso. Tipo del criollo hábil para la intriga e inútil para la acción, lleno de audacia moral y de irresistible cobardía física (…) Representativo étnico, del criollo en el que se fundieron la apatía indiana con el gracejo andaluz.”

Hijo de Vicente Larriva e Ignacia Ruiz, cursó estudios en el Convictorio de San Carlos, Allí fungió como maestro de Filosofía (1798-1802) y Artes (1801-1804). Al mismo tiempo ingresó al Seminario Conciliar de Santo Toribio, donde se recibió de presbítero. Aunque ofició una primera misa, es fama que luego se abstuvo de hacerlo y reiteradamente alegó que su solemnidad requería una devota disposición. Según parece, nunca tuvo una verdadera vocación religiosa. En San Marcos se graduó de Bachiller en Cánones (1809), ejerciendo en el estudio de Francisco Valdivieso y la docencia en las cátedras de Prima de Escritura (1812), Artes (1813-1815), y Filosofía Moral y Prima de Psicología (1815-1821); convirtiéndose en consiliario mayor de la Universidad.

Con el virrey José Fernando de Abascal fue Capellán del Regimiento de la Concordia (1812). En 1819 el virrey Pezuela, le nombra editor de la Gaceta Oficial, cuyos editoriales combatían la causa libertadora. Ello no obstante, algún tiempo después, Larriva se adhirió a la independencia. Al llegar la proclamación de la Independencia se mantiene indeciso y fue en 1824, ya definida la victoria de ésta, cuando en Huamanga, pronuncia un sermón en homenaje a los caídos en la batalla de Junín. Oportunista, en 1826, pronunció el elogio de Bolívar en la ceremonia con que le recibió la Universidad de San Marcos. Larriva explicó su conducta veleidosa diciendo que, en los primeros días de la guerra emancipadora, no encontraba diferencia entre el absolutismo virreinal y la naciente autocracia republicana. Al parecer, Bolívar le habría revelado el noble trasfondo de la causa emancipadora; sin embargo, Larriva le dedicó dos mordaces composiciones:

El tal don Simón nunca ha sido santo de mi devoción.

Cuando de España, las trabas

en Ayacucho rompimos,

otra cosa más no hicimos

que cambiar mocos por babas.

Nuestras provincias esclavas quedaron de otra Nación. Mudamos de condición, pero sólo fue pasando del poder de Don Fernando al poder de Don Simón.

Por entonces colaboró en los diarios El Telégrafo (1827) y el nuevo Mercurio Peruano (1827-1832). Su “duelo de improvisaciones” con el canónigo Echegaray sería inmortalizado tiempo después por don Ricardo Palma en una de sus más recordadas Tradiciones (“De gallo a gallo”)

Destacó en el arte oratorio. Pronunció oraciones fúnebres o laudatorias que en su tiempo fueron muy celebradas: María Antonia de Borbón (1807), Virrey Abascal (1807), Recibimiento del virrey Joaquín de la Pezuela (1816), Oración fúnebre por los valientes de la patria en la batalla de Junín (1824) Elogio del Excmo. Sr. Simón Bolívar (1826).

Dirigió y editó el diario El Investigador (Lima, 1813-1814), auténtico espejo del costumbrismo limeño. Cultivó la prosa y el verso, insertando siempre dichos humorísticos criollos. Algunas de sus composiciones son: La Angulada (1821), El fusilico del general Flores (1828), La ridiculez andando o La medalla de López, gracioso entremés. La araña, fábula El mono y los gatos, fábula. Más tarde, en 1828, empezó a satirizar la tendencia anticriolla, y en 1830, desde el Mercurio Peruano atacó duramente a don Felipe Pardo y Aliaga, quien, recién llegado de Europa, estrenaba su comedia Frutos de la educación. La polémica dio campo a Larriva para lucir el esplendor de su ingenio. Murió el 21 de febrero de 1832.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/