Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Es una de las instituciones surgidas al calor del creativo y convulso acontecimiento de la Independencia. Se fundó el 10 de octubre de 1821 a instancias de la solicitud cursada por Evaristo Gómez Sánchez, Síndico Procurador, y con el apoyo del Ayuntamiento Constitucional. Estaba ubicada en el Claustro Mayor de San Agustín, felizmente restaurado bajo la dirección del arquitecto Jesús Carpio Zegarra y entregado a la Universidad el 28 de agosto de 1996 para actividades culturales.

El fin fundamental era proporcionar un perfeccionamiento cultural, con sus cátedras correspondientes, sus académicos natos, sus socios natos, de número y honorarios, sus alumnos. Su nombre le viene de la advocación de Nuestra Señora de Loreto, cuya lámina había sido enviada por san Francisco de Borja y presidía la Sala Consistorial. Entre los socios fundadores figuran Evaristo Gómez Sánchez, José Manaut, Mateo de Cossío, José María Corvacho, Fray Bernabé Lacumberri, Juan Manuel Vargas, Fernando Arce y Fierro, Juan de Dios Salazar, Andrés Martínez, José María Rey de Castro, además del célebre Deán Juan Gualberto Valdivia. Parece que en la Academia se enseñaban cursos prohibidos, debatiéndose aspectos culturales de carácter liberal progresista: la soberanía popular, la representatividad de los gobiernos…

El primer presidente fue el coronel intendente D. Juan Bautista de Lavalle y la ceremonia tuvo lugar en la sala del cabildo.  El Dr. Gómez Sánchez escribió las constituciones y el Virrey José de la Serna aprobó la Academia el 13 de septiembre de 1822.

Por los primeros libros de actas y hasta 1826 sabemos que se reunían semanalmente, siendo su presidente Amat y León y el vicepresidente J.G. Valdivia. En 1830 figura como Presidente el Dr. Evaristo Gómez Sánchez -su verdadero mentor y gestor-, y como directivos el Dr. Valdivia, Amat y León, Rey de Castro. Las reuniones se celebraban el primer día hábil de cada mes, consignándose en el libro de actas tanto la actividad como las disertaciones más destacadas. Según el propio Valdivia todos los lunes disertaba un socio de número sobre la materia que el escogía, resultando los debates y los concursos “lucidísimos”. Contaba con una buena biblioteca fruto de la aportación de los socios. El Cabildo Municipal le asignó una renta de cuatro mil pesos. Pero debido a la influencia repentina adquirida entre los jóvenes, el rumbo asignado a las ciencias, la unión trabada entre los socios y la orientación liberal, fue denunciada ante las autoridades que le retiraron la renta. Fiel a sus principios progresistas de independencia y libertad será una de las pocas instituciones arequipeñas que se oponen a Simón Bolívar, por ver en él al político ambicioso y autoritario.

Debía constar de 50 socios y varios catedráticos. Contaba con varios socios natos como los jefes políticos, prefecto del Departamento, Obispo de la Diócesis, Deán de la Iglesia Catedral, jueces de Derecho, provisor y vicario, padres prelados de las comunidades religiosas, rector del Seminario, decano de los protomédicos. Se cuentan entre los más célebres:

Amat y León, Manuel. Presidente

Benito Lazo, José

Corbacho, José María

Córdoba, Manuel (obispo de La Paz)

Dávalos, Manuel

Espinosa, Sebastián

Gutiérrez de la Fuente, Antonio

Lavalle, Juan Bautista

Luna Pizarro, F. Javier (obispo)

Paredes, Mariano

Paz Soldán, José Gregorio

Rivero, José Mariano

Sánchez Gómez, Evaristo

Somocurcio, Juan Manuel

Valdivia, Juan Gualberto

Vidauure, Manuel (correspond.)

Vigil, Francisco

El 18 de octubre de 1824 tiene disertación sobre un nuevo sistema del mundo o su conflagración final; se siguió en la sesión del 25 de octubre. Una de las sesiones más célebres, sin duda, fue aquella en la que disertó Valdivia contra el celibato, como recoge el Acta N° 223 de la Sesión ordinaria del lunes 14 de mayo de 1827.  Como se indica en nota, la “disertación fue condenada por Roma por decreto de 5 de marzo de 1837 y su autor la reprobó posteriormente y se sometió a la Santa Sede”.

El 9 de mayo del mismo año las disertaciones fueron sobre el Misterio de la Santísima Trinidad y las Peticiones del Padrenuestro, por los alumnos de Derecho José Mariano Bejarano, Miguel Goyzueta. Meses después, el 23 de julio de 1827, se menciona el discurso sobre el celibato pronunciado por el Presidente de la Academia, Dr. Amat y León. Tres meses después, el 18 de octubre, se consigna una acerca del “nuevo sistema del mundo o su conflagración final”.

Pero pronto fue acusada de revolucionaria y hasta de herética y el cabildo le suprimió la pensión de 4.000 pesos que le había concedido. Su situación precaria continuó, permaneciendo cerrada entre 1834 y 1839 y se extinguió en 1856. El Ilustre Colegio de Abogados de Arequipa se considera su sucesor. En 1831 fue elegido Presidente el Deán Juan Gualberto Valdivia. En 1832 lo fue D. Francisco Javier de Luna Pizarro, reemplazado en el mismo año por el coronel Manuel Amat y León quien fue reelegido en 1833. En 1832 los miembros de la Academia doctores Valdivia, Paz Soldan y Vargas organizaron la cátedra de Práctica Forense. Entre 1834 y 1839, años de los que no existen actas, Amat y León mantuvo la dirección de la academia y fundó el periódico “El Restaurador” que combatió a Santa Cruz.

En enero de 1846, tras el paréntesis de las revoluciones, vuelve a reunirse. Su presidente, Valdivia, plantea la necesidad de unirla a la Universidad con el fin de cumplir la función social que con el público arequipeño había contraído. Así se acuerda en la sesión de un 16 de marzo de 1846.

El último presidente fue J.G. Paz Soldán, elegido el 19 de enero de 1856, que la gobernó hasta su clausura el 31 de octubre de ese mismo año.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/