Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

José Bernardo de Tagle y Portocarrero (Lima21 de marzo de 1779 – Callao26 de septiembre de 1825), IV marqués de Torre Tagle, fue un militar y político comprometido que ejerció el gobierno de la República del Perú en cuatro períodos, entre 1822 y 1824, en momentos nada fáciles, fue un modelo de proyecto, desafío y entrega, gestando un liderazgo pionero en Trujillo, al servicio del prójimo y del bien común.

Como dijo de él J. de la Puente Candamo es en un primer momento el “hombre que conserva una fidelidad esencial a la Corona, pero que tiene una también una clara conciencia de su ser peruano, y cuya vida no es ajena al fenómeno precursor”.  Los movimientos independentistas y los sentimientos patriotas en el norte peruano, estuvieron desde mucho antes de la llegada de San Martín al Perú, como se puede ver en el prócer Juan Manuel Iturregui y Aguilarte, alumno del Convictorio de San Carlos. Por tal razón, al llegar la Expedición Libertadora a Pisco, la relación entre los patriotas del norte y el general José de San Martín se hizo mucho más fluida.

Para entonces, Torre Tagle ya había decidido tomar partido por la Patria, convocando el Cabildo Abierto del 24 de diciembre de 1820, en el que pronunció un enérgico y sentido discurso. El 27 de diciembre del mismo año, el pueblo trujillano se reunió en la plaza y dio un gran grito que infundió temor entre los realistas, el grito libertario. El Acta de la Independencia de la Intendencia de Trujillo fue firmada en la Capilla del Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, el 29 de diciembre de 1820, cuando en la noche previa flameó la primera bandera nacional. La ceremonia solemne de declaración de la independencia se efectuó en la galería del Ayuntamiento y Torre Tagle exclamó: “Felices moradores de esta provincia, ya sois libres, ya sois independientes. Prorrumpid pues, a imitación de vuestro gobernador y general, en tonos modulares de gozoso entusiasmo, en festivas aclamaciones de ¡Viva la Patria!, ¡Viva la Independencia!, ¡Viva la Unión y Libertad!”.

Su participación fue central en el proceso emancipador, pues no sólo declara la independencia de Trujillo, sino que impulsa las de las intendencias de Piura, Cajamarca y Moyobamba. En el caso de Pirua, nos rescata la historiadora Elizabeth Hernández que el 3 de enero de 1821 llegó desde Trujillo una misiva al cabildo de Piura en la que Torre Tagle dio un ultimátum: de no proclamarse la independencia, tropas armadas desembarcarían en el puerto de Paita para conquistar la ciudad. Esta carta movió los ánimos de la vecindad piurana. Esa misma noche, mientras que un grupo de patriotas jóvenes se movilizaba intentando ganar adeptos, se reunieron autoridades y notables, quienes decidieron convocar un cabildo abierto para el día siguiente, 4 de enero. Llegado el día, luego de consultar varias veces el estado de la tropa de la ciudad, así como su postura política, el cabildo piurano proclamó la independencia. También se ordenó declararla en Sechura, Tumbes, Querecotillo, Paita, Amotape y Huancabamba. De esta manera se consiguió, sin derramamiento de sangre, la proclamación y posterior jura de la independencia del partido piurano.

San Martín consideró a Torre Tagle como un patriota en todo momento, responsabilizándolo del mando supremo en su ausencia y brindándole su amistad personal, como avalan sus cartas y un gesto personal como fue el llevarse consigo el valioso retrato que José Gil de Castro hiciese al marqués. Tras la salida de San Martín, quiso irse del país, pero el Congreso Constituyente le negó esa posibilidad. En febrero de 1823 la Junta Gubernativa del país cesó en sus funciones y el 16 de agosto de 1823 fue elegido Presidente de la República por el Primer Congreso del Perú, reunido en Lima, presidido por Francisco Javier de Luna Pizarro. Su misión principal era velar por el orden interno especialmente contra los levantamientos militares como el de Riva Agüero. Torre Tagle culminó su mandato en febrero de 1824, ya que el Congreso proclamó como jefe a Bolívar.

Como advierte el historiador De la Puente Candamo “existe en el alma de algunos peruanos [como Tagle] una angustiosa y dramática contradicción. Por un lado, es necesaria la autoridad en manos fuertes que domine el desorden y se cerquen a la victoria; pero, por otra parte, hay temor a esa autoridad, al maltrato que sufra lo peruano y a una posible hegemonía siguiente a la victoria”. En tan angustiosa situación, Torre Tagle se retiró a un monasterio, pues temía ser arrestado por Bolívar, en momentos en que los españoles ocuparon la ciudad. Buscó asilo con el gobierno de Chile, escribiendo una carta al contralmirante Manuel Blanco Encalada para que lo acogiera en uno de los buques de la escuadra; sin embargo Blanco Encalada se limitó a remitir la carta a Bolívar.

Entones, el marqués decidió presentarse como prisionero de guerra ante el general realista Monet, pero éste le reconoció el grado que tuvo en el Ejército español y le ofreció una guardia personal además del mando de la ciudad. Torre Tagle no aceptó y se retiró con su familia a los Castillos del Callao, donde vivió recluido, siendo sitiado por las tropas independentistas. Le acompañaban su esposa y sus hijos menores. Allí, en medio de las condiciones más espantosas, agotado moral y físicamente, víctima del escorbuto, murió la madrugada del 23 de setiembre de 1825 en el Callao, a los 46 años de edad. Su esposa Doña Mariana Echevarría y uno de sus hijos tuvieron el mismo trágico fin

La cancillería del Perú lleva su nombre, pues el Gobierno decidió comprar en 1916 la casa que entonces era propiedad de los señores Ortiz de Zevallos y Vidaurre. De él dijo José de la Riva Agüero y Osma, nieto del presidente Riva Agüero, que “por las extraordinarias y azarosísimas circunstancias en que se encontró, es más para comparecido que para execrado” (en Chirinos, 1991, p. 44). Jorge Luis Castro en su documentado estudio[1] deja bien clara su participación central en el proceso emancipador así como su trayectoria coherente y leal hasta el final de su vida.

Nos unimos al deseo de Monseñor Miguel Cabrejos, quien, en la ceremonia de inhumación de sus restos en la Catedral de Trujillo en el 2021, manifestó cómo don José Bernardo Torre Tagle y Doña Mariana Echevarría de Tagle “soñaron con un país libre y unido, descansen en Paz y que el Dios de la Vida y la Santísima Virgen de la Puerta nos iluminen en la gesta de un Perú renovado en que todos especialmente los más pobres y marginados, puedan vivir con dignidad”.


[1] “El Marqués Bernardo de Torre Tagle: ¿Patriota o traidor? Torre Tagle y la independencia de Lambayeque”. Revista del Archivo General de la Nación 2017, N° 32, 243-270).

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

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