Cusco: Apertura del Año Jubilar por los 350 años de Fundación del Monasterio de Madres Carmelitas Descalzas de San José – Santa teresa

El día sábado 22 de octubre, por la apertura del Año Jubilar con motivo de los 350 años de fundación del Monasterio de Madres Carmelitas Descalzas de San José, Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, presidió la Santa Misa en dicho Monasterio. Esta importante ceremonia estuvo concelebrada por Mons. Ángel Zapata Bances, Obispo de Chimbote, Mons. Gilbert Gómez Gonzáles Obispo de Abancay, Mons. Ciro Quispe López Obispo Prelado de Juli y Mons. Lizardo Estrada Herrera OSA, Obispo Auxiliar del Cusco. Eucaristía que contó con la presencia de autoridades del Cusco, instituciones educativas, así como la feligresía.

La celebración inició con la procesión de la Virgen del Carmen por la plaza Regocijo; de retorno al templo de Santa Teresa, Mons. Richard Daniel realizó la apertura de la Puerta Santa por el Año Jubilar, signo de Cristo que con los brazos abiertos invita y convoca a sus hijos para darles el abrazo del perdón, la reconciliación y la paz.

Mons. Richard Daniel inició su homilía agradeciéndole a Dios por el carisma carmelitano para el crecimiento y madurez de nuestra Iglesia del Cusco, así mismo recordó que hace casi 350 años atrás llegaron al Cusco un pequeño grupo de monjas, como una nubecilla pequeña que a través de todos estos años ha provocado una lluvia torrencial de Gracia para toda la labor misionera y evangelizadora de nuestra Iglesia cusqueña y continuarán elevando sus plegarias por cada uno de nosotros.

Así mismo informó que se ha concedido la Indulgencia Plenaria por el Papa Francisco, para todas las actividades realizadas en el templo de Santa Teresa durante este año jubilar, Gracia de Dios tan necesaria. Se tiene la seguridad que este será un espacio para poder conseguir de parte de Dios consuelo, fortaleza, ánimo para poder sobrellevar estos tiempos difíciles y encontrar el corazón misericordioso de nuestra Madre, ella estará atenta a todas nuestras necesidades e invocará a su hijo la Gracia que necesitamos. Miremos este templo jubilar durante todo este año como un gran hospital de campaña, donde Cristo quiere curar heridas y devolvernos sanos a nuestra vida ordinaria. Témenos un año para poder reconocer y agradecer el carisma de las madres carmelitas, hermanas que han recibido la educación de Dios para consagrar sus vidas para el bien de todo el pueblo cristiano de una manera silenciosa pero cargada de amor.