“El cristiano no basa su fe en videntes ni ‘cartas’ de la Virgen, dijo el Papa

El Papa Francisco habló acerca de las apariciones en Medjugorje, luego de su gran viaje a Sarajevo, en donde compartió su testimonio como Pontífice y pidió paz y unión  a los pueblos.

Dato: la comisión nombrada por Benedicto XVI para estudiar las supuestas apariciones marianas ha hecho un trabajo después de cuatro años de investigaciones y que se está en la etapa de toma de decisiones.

“Hay algunos que siempre necesitan novedades en la identidad cristiana y olvidan que han sido elegidos, ungidos”, que “tienen la garantía del Espíritu” y que “buscan: ¿dónde están los videntes, qué nos dice hoy la carta que la Virgen les enviará a las cuatro de la tarde? – Por ejemplo ¿no? Y viven de esto. Ésta no es identidad cristiana. La última palabra de Dios se llama ‘Jesús’ y nada más”, declaró.

“El pecado nos hace caer, pero tenemos la fuerza del Señor para levantarnos y seguir adelante con nuestra identidad. Diría que también el pecado es parte de nuestra identidad: somos pecadores, pero pecadores con la fe en Jesucristo”.

“No es sólo una fe de conocimiento, no. Es una fe que es un don de Dios y que ha entrado en nosotros gracias a Dios. Es Dios mismo el que nos confirma en Cristo. Y nos ha ungido, el que nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu. Es Dios el que nos da este don de la identidad”, dijo.

“Es una bella identidad, que se ve en el testimonio. Por ello Jesús nos habla del testimonio como del lenguaje de nuestra identidad cristiana”, dijo el Papa, subrayando que ello se verifica aun “cuando la misma identidad cristiana – puesto que somos pecadores – es tentada; las tentaciones llegan siempre”, por lo que la identidad “puede debilitarse y perderse”.

“Primero, pasar del testimonio a las ideas, diluir el testimonio. ‘Sí, soy cristiano… el cristianismo es esto, una bella idea. Yo le rezo a Dios…’ Y así, del Cristo concreto, porque la identidad cristiana es concreta – lo leemos en la Bienaventuranzas; concreción que está también en Mateo 25: la identidad cristiana es concreta – pasamos a esta religión un poco blanda, con el aire y el camino de los gnósticos. Detrás está el escándalo. Esta identidad cristiana es escandalosa. Y la tentación es: ‘No, no, sin escándalo’”.

“La cruz es un escándalo”, reiteró. Por ello, exhortó a no buscar a Dios “con esas espiritualidades cristianas un poco etéreas”.

“Ampliar tanto la conciencia para que entre todo. ‘Sí, somos cristianos, pero esto sí…’ No sólo moralmente, sino también humanamente. La mundanidad es humana. Y así la sal pierde su sabor. Y vemos a comunidades cristianas, también a cristianos, que dicen que son cristianos, pero no pueden y no saben dar testimonio de Jesucristo. Y así la identidad retrocede, retrocede y se pierde”.

“Este nominalismo mundano lo vemos todos los días. En la historia de salvación de Dios, con su paciencia de Padre, nos ha llevado de la ambigüedad a la certeza, a lo concreto de la encarnación y la muerte redentora de su Hijo. ¡Ésta es nuestra identidad!”.

Fuente: aicrensa