La entrevista concedida por Francisco en 2019 para un ensayo de Nelson Castro fue anticipada hoy por el cotidiano argentino La Nación. La operación de su pulmón, las angustias en la época de la dictadura cuando escondía a los perseguidos, contadas al psiquiatra que le ayudaba con las pruebas para novicios. Y sobre la muerte: no me asusta, me la imagino en Roma, en el cargo o como emérito

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No tengo miedo a la muerte y me la imagino en Roma: es lo que afirma el Papa Francisco en una entrevista anticipada por el diario argentino La Nación. Se trata de una entrevista realizada hace dos años, el 16 de febrero de 2019, al periodista y médico Nelson Castro para un libro suyo sobre la salud de los Papas.

Francisco afirma sentirse bien y lleno de energía, gracias a Dios. Recuerda el “momento difícil” en 1957, a los 21 años, cuando le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho a causa de tres quistes. “Cuando me recuperé de la anestesia, el dolor que sentía era muy intenso”, dice. “No es que no estuviera preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me recuperaría”.

Destaca que la recuperación fue completa: “Nunca sentí ninguna limitación en mis actividades”. Incluso en los distintos viajes internacionales -explica- “nunca he tenido que limitar o cancelar” ninguna de las actividades previstas: “Nunca he sentido fatiga ni falta de aire (disnea). Como me explicaron los médicos, el pulmón derecho se ha expandido y ha cubierto todo el hemitórax ipsilateral”.

El periodista le pregunta al Papa si se ha sometido alguna vez a un psicoanálisis: “Te diré cómo fueron las cosas. Nunca he sido psicoanalizado. Cuando fui provincial de los jesuitas, en los días terribles de la dictadura, cuando tuve que llevar a personas a la clandestinidad para sacarla del país y salvar sus vidas, tuve que enfrentarme a situaciones que no sabía cómo afrontar. Fui a ver a una señora -una gran mujer- que me había ayudado a leer unos test psicológicos para novatos. Así que, durante seis meses, la consulté una vez a la semana”.

Era una psiquiatra: “Durante esos seis meses, me ayudó a orientarme sobre cómo afrontar los miedos de aquella época. Imagínense lo que fue transportar a una persona oculta en el coche -sólo por una manta- y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme”.

Destaca que la entrevista con el psiquiatra también le ayudó a aprender a gestionar su ansiedad y a evitar tomar decisiones precipitadas. Habla de la importancia de estudiar psicología para un sacerdote: “Estoy convencido de que todo sacerdote debe conocer la psicología humana”.

Luego habló de las neurosis: “Las neurosis deben prepararse para el mate. No sólo eso, sino que también debemos acariciarlas. Son los compañeros de una persona durante toda su vida”. Francisco, como ya había dicho una vez, recuerda haber leído un libro que le interesó mucho y le hizo reír a carcajadas: “Rejoice in Being Neurotic”, (Alégrate de ser neurótico) del psiquiatra estadounidense Louis E. Bisch: “Es muy importante poder saber dónde crujen los huesos. Dónde están y cuáles son nuestros males espirituales. Con el tiempo, uno aprende a conocer sus propias neurosis”.

Francisco habla de la ansiedad de querer hacerlo todo de inmediato. Cita el famoso proverbio atribuido a Napoleón Bonaparte: “Vísteme despacio, que tengo prisa”. Habla de la necesidad de saber frenar. Uno de sus métodos es escuchar a Bach: “Me calma y me ayuda a analizar mejor los problemas”.

Al final de la entrevista, el periodista le preguntó si pensaba en la muerte: “Sí”, respondió el Papa. Si tiene miedo: “No, en absoluto”. Y cómo imagina su muerte: “Como Papa, en funciones o emérito. Y en Roma. No volveré a Argentina”. Vaticano.