Homilía del Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario: Jesucristo Rey del Universo

En este último domingo del año litúrgico, la Iglesia hace una recapitulación de todo cuanto existe recordándonos que Jesucristo es el único Señor, Señor Dios y Rey, por derecho, porque es el único hombre que es Dios, y, por conquista, porque dio la vida para salvarnos a todos.

En este ciclo C la liturgia nos invita a honrar a Jesús bajo la imagen bíblica del rey David, teniendo en cuenta lo que dijo el ángel a María en la anunciación:

«Será grande, se llamará hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Israel y su reino no tendrá fin».

A la luz de este texto entenderemos mejor las lecturas de este día.

  • 2 libro de Samuel

Nos recuerda la reunión de todas las tribus de Israel en Hebrón para declarar rey a David:

«Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel».

Con estas palabras todos los ancianos de Israel escogieron al rey David que los gobernó durante treinta años.

La unción del rey David es símbolo de la unción de Jesucristo y hoy nos invita a tomar en serio a Jesús como único Rey que en su misericordia nos ha salvado.

  • Salmo 121

Nos lleva a la ciudad de Jerusalén y a su rey David, figura de Cristo.

Pensemos en la Iglesia que avanza cantando: «Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales Jerusalén», la ciudad santa.

  • San Pablo

En el hermoso himno de la carta a los colosenses encontramos un canto precioso a Jesucristo Rey del Universo. Les invito a meditarlo y ojalá puedan hacerlo juntos en familia en este día grande:

«Demos gracias a Dios Padre» porque nos ha permitido compartir todos los dones que nos ha merecido nuestro Salvador.

Y una vez más, entre nosotros, recordemos que Él es «la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos y así es el primero en todo».

Con este lema, que nosotros repetimos con frecuencia, hagamos realidad la realeza de Cristo sobre nuestra vida.

  • Verso aleluyático

Continúa la hermosa comparación de este día recordando las palabras que, según San Marcos, repetía el pueblo aclamando a Jesucristo:

«Bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David».

  • Evangelio

Hoy San Lucas, que ya se despide de nosotros en el ciclo C, nos lleva al Calvario donde los soldados, ofreciendo vinagre a Jesús se burlaban de Él diciendo:

«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Y, aunque protestaron los sacerdotes, quedó grabado en una tablilla el título del crucificado, según el mandato de Pilato:

«Este es el rey de los judíos».

De esta manera Dios conduce los sentimientos humanos por encima de todo: Jesucristo, aunque crucificado por los hombres sigue siendo su rey.

El párrafo del Evangelio de hoy termina recordando que Jesús se despide del buen ladrón regalándole su reino:

«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Amigos, que nunca nada ni nadie nos separe de este Dios y hombre verdadero que nos ha introducido en el reino de Dios.

José Ignacio Alemany Grau, obispo