Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Nació un 13 de agosto 1755 en Arica, de padre guipuzcoano Miguel Antonio de Unanue y madre ariqueña Manuela Pavón; y falleció en Cañete el 15 de julio de 1833, casi doce años después de la proclamación de la independencia, un mes antes de cumplir la avanzada edad de setenta y ocho años.

Hace su primaria en Arica, luego se trasladó a Arequipa e ingresó al Seminario de San Jerónimo. En 1777 fijó su residencia en Lima y cursa estudios de Medicina en la Universidad de San Marcos quizás gracias a su tío el sacerdote Pedro Pavón, que enseñaba anatomía; allí llega a doctorarse en 1786 y gana la Cátedra de Anatomía en 1789.

Este mismo año contrae matrimonio con Manuela de la Cuba, con la que no tuvo hijos. Al fallecer ésta, contrajo segundas nupcias en 1805 en Lima con Josefa de la Cuba, sobrina de la fallecida, con la que tuvo cinco hijos: Jesús, Francisca, Germán, Rosa y José. Participó en varias tertulias literarias como la Academia Filarmónica. En 1790 conformó la Sociedad de Amantes del País junto con José Rossi y Rubí y José Baquíjano y Carrillo, fungiendo como secretario.

Bajo el seudónimo de Aristio publicó en “Mercurio Peruano” numerosos trabajos relacionados con la medicina, las ciencias naturales y la historia. Entre 1793 y 1795 el virrey Gil de Taboada y Lemus le comisionó la redacción de la Guía política, eclesiástica y militar del virreinato.

Sus investigaciones en el campo de la medicina le valieron ser adscrito a la Real Academia Médica de Madrid en 1808. En 1816 fue nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias de Múnich. La Sociedad Linneana de París le incorporó en calidad de socio honorario en 1822. En 1806 publicó las Observaciones sobre el clima de Lima, su obra de medicina más emblemática e importante, en el que estudia la acción del clima de Lima sobre los limeños la humedad, el frío, el calor, distintas manifestaciones de nuestro ambiente y diversos aspectos de la vida cotidiana.

Acerca de su religiosidad, sabemos que fue Hermano 24 de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de la iglesia de Santo Domingo, de Lima, por lo que rezaba diariamente el rosario; mantuvo desde joven contacto con órdenes religiosas; fue médico de la Congregación de San Felipe Neri y del Convento de San Francisco. Tuvo amistad con clérigos como Toribio Rodríguez de Mendoza, ya mencionado, y Francisco Javier de Luna Pizarro, quien fuera primer Presidente del Congreso Constituyente. Llegó también a obtener, del arzobispado de Lima, licencia para que se celebre Misa en su capilla privada.

Desempeñó un papel central en la transición del Perú virreinal al Perú republicano: colaboró con los últimos virreyes del Perú y con los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar. Como resalta V. Peralta en “un periodo histórico marcado por las contradicciones, el desgarramiento interno y la mutua oposición entre un sector de la élite criolla reformista y los verdaderos miembros de la clase propietaria, Hipólito Unanue se destacó como fundador y constructor de la República del Perú”.

Foto del autor de esta sección y de este artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

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