PIURA: Arzobispo celebra Santa Misa y visita a enfermos del Hospital Cayetano Heredia

Perú Católico, líder en noticias.– Con ocasión de la Jornada Mundial del Enfermo, nuestro Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., visitó a los pacientes del Hospital Regional III “José Cayetano Heredia” en el distrito de Castilla, llevándoles un mensaje de fe, esperanza y amor que los reconforte tanto a ellos como a sus familiares. A su llegada, fue recibido por el Dr. José Céspedes Medrano, Gerente de la Red Asistencial Piura, la Dra. Milagritos Sánchez, Directora del Hospital y el R.P. Juan Félix Rebolledo Herrera, Capellán del nosocomio. Nuestro Pastor celebró la Santa Misa en la Capilla del Hospital, con la presencia de médicos, enfermeras, técnicos, pacientes y sus familiares.

Durante su homilía, nuestro Arzobispo dijo: “El evangelio de hoy nos presenta a Jesús, no solo curando endemoniados sino también perdonando pecados y sanando a todos los afligidos en el cuerpo. Pedro ha invitado a Jesús a su casa y lo primero que se entera el Señor es que la suegra de Pedro está con fiebre. Cristo no se queda sentado en la sala esperado ser atendido, Él que es el invitado, va y la visita, la coge de la mano y la sana. Ella, en signo de gratitud, se levanta de la cama y se pone a servirles. Tengamos mucha fe en el Señor. Pidámosle que visite a todos y cada uno de nuestros enfermos, pidámosle que se acerque a su dolor, que los tome de la mano y los sane, para que recuperados y en agradecimiento a su bondad y a su gracia, puedan servirlo y en su nombre a los demás. Le pedimos a Jesús que desde el cielo les imponga su mano sanadora, llena de amor y de ternura, que les de consuelo, los conforte y los sane”.

Prodiguémosle a todos los enfermos un tiempo de nuestro amor cristiano

En otro momento, Monseñor Eguren destacó que: “Estamos ofreciendo esta Eucaristía por todos los enfermos de nuestra Región, pero especialmente los que se encuentran en este hospital. Estamos pidiendo por aquellos hermanos nuestros, miembros del cuerpo místico de Cristo, que llevan las señales de la pasión de Jesús a través de sus enfermedades. Este es un deber de caridad cristiana que debemos hacer siempre en nuestra vida, rezar por aquellos que más sufren y entre ellos por los enfermos, pero además de la oración debemos visitarlos. Queridos hermanos, que cuando vengamos aquí al hospital no solo visitemos a nuestros familiares o amigos, dilatemos un poco más el corazón y visitemos también a alguien a quien no conocemos. Démonos una vuelta por ese cuarto de al lado, volteemos la mirada hacia aquel que se encuentra en la cama del costado, acompañemos y démosle atención a quien está solo y no ha recibido visita. Preguntemos por él, brindémosle una sonrisa, interesémonos por cómo se siente, recémos con él un momento, preguntémosle si tiene alguna necesidad. Prodiguémosle a todos los enfermos un tiempo de nuestro amor cristiano. Y el Señor, que ve en lo escondido tu buena acción, sabrá premiarte por ese momento de compañía, de oración o de caridad en el asistir en su necesidad concreta a ese hermano que se encuentra llevando su cruz. No olvidemos que como nos dice el Papa Francisco: cuando uno pone esa gotita de caridad y de misericordia, el mundo se hace un lugar mucho más agradable para vivir. La misericordia siempre hace que haya un poquito más de luz, esperanza y calor en la vida humana”.

El mayor poder de un enfermo es el ofrecer su sufrimiento

“El enfermo es una persona muy poderosa, incluso aún más de lo que él mismo se puede imaginar. Recordemos como nos salvó Dios, lo hizo a través del misterio de la Cruz, del dolor y del sufrimiento de Jesús. Cuando un enfermo une su sufrimiento al de la Cruz de Jesús y lo ofrece por ejemplo: por la paz del mundo, por la conversión de los pecadores, para que hayan vocaciones sacerdotales y religiosas en la vida de la Iglesia, por el perdón de sus propios pecados o por alguna necesidad de su propia familia, o quizás ahora por que las lluvias que han comenzado no sean devastadoras ni destructoras, hace que ese sufrimiento además de tener sentido, se convierta en un medio a través del cual el Señor derrama sus gracias y bendiciones sobre él mismo y sobre los demás. Pero también al ofrecerlo, ese dolor y esa enfermedad se vuelven más llevaderos. Enseñémosles a nuestros enfermos este gran valor”, concluyó nuestro Pastor.

Bautizos en el pabellón Neonatal

Culminada la Eucaristía, Monseñor Eguren recorrió los ambientes del Hospital y llegó hasta el pabellón de la Unidad de Cuidados Intensivos Prenatales donde se encuentran recibiendo atención especial los bebes prematuros o aquellos que han tenido complicaciones durante el parto. Allí pudo dialogar con las madres y padres de los 26 pequeños que ahora se encuentran ahí internados, y les obsequió unos hermosos rosarios, así como unas estampas de “Nuestra Señora de las Mercedes” indicándoles que, como nos lo recuerda siempre el Papa Francisco, con el rezo de esta poderosa oración y bajo la protección de nuestra santa patrona se puede alcanzar la salud tanto del alma como del cuerpo. Además, y a pedido de sus padres, nuestro Arzobispo bautizó a 5 pequeños. Finalmente, gracias a nuestra Cáritas Arquidiocesana, se pudo hacer entrega de una importante donación consistente en pañales, pañitos húmedos y útiles de limpieza para todos pacientes de ésta área. Fuente: Arzobispado de Piura.