Santuario de la Virgen Madre del Amor Hermoso, fervor mariano del pueblo de Cañete

El último domingo de mayo de cada año se celebra la fiesta de la Virgen Santa María del Amor Hermoso. Advocación mariana propia del Perú que se ubica en San Vicente de Cañete. Piedad religiosa para orar por la pureza y castidad de solteros y casados, y por las familias para que conserven un amor íntegro. El Amor Hermoso es el Niño Jesús esculpido en los brazos de María.

Por motivo de la fiesta, personas del lugar y peregrinos de Lima asistieron al Santuario de la Virgen Madre del Amor Hermoso para participar de la celebración eucarística que lo presidió el obispo – prelado de Yauyos – Cañete, el monseñor Ricardo García García.

En su homilía el monseñor señaló que la fiesta del santuario coincidió con la solemnidad de la Ascensión de Jesús y en alusión a la festividad del lugar explicó, de manera breve, el origen de la advocación que es una devoción mariana para fortalecer el amor hermoso entre los jóvenes, novios, esposos, así como en las familias para que “con el corazón limpio se cumpla la Voluntad de Dios”, añadió que el sentido de la piedad a la Santísima Madre es fortalecerlo en toda la prelatura como en Yauyos y Huarochirí, y también en otros lugares. Recalcó que ese amor hermoso es amor a Dios, que se manifiesta en el amor al prójimo, a la humanidad.

La imagen de la virgen María tiene los rasgos característicos de la mujer peruana como el color de la piel, las trenzas. Lo mismo en las características físicas de los niños apreciados en la imagen que hoy se conoce. El bulto lo esculpió el español Manuel Caballero, que se valió de diversas fotografías y postales para tal fin y siempre con la asesoría de San Josemaría Escrivá de Balaguer, quien puso todo su cariño y atención al Perú con esta obra.

La hermosa iniciativa surgió en el año 1962, que fue un regalo de San Josemaría (fundador del Opus Dei) a la prelatura de Yauyos, siendo el monseñor Ignacio María de Orbegozo, el primer prelado de la jurisdicción eclesial, quien participaba en las sesiones del Concilio Vaticano II.

En la historia de la piedad mariana se menciona que la imagen llegó al Perú en 1965 a la ermita del Seminario Menor “Nuestra Señora del Valle” de Nuevo Imperial (Cañete), donde estuvo por 26 años. En 1985 en la primera visita de San Juan Pablo II la imagen acompañó al Santo Padre en el oratorio de la Nunciatura Apostólica (Lima), en la cual el Papa rezaba todos los días y la bendijo en presencia de los obispos.

Por el inmenso cariño surgido se construyó al ingreso de San Vicente de Cañete y junto al Seminario Mayor un santuario al aire libre que puede albergar a miles de creyentes, originalmente era un anfiteatro de uso exclusivo para la escenificación de la Pasión de Cristo, y ahora también es un espacio de fervor para venerar a la Santísima Madre que está rodeada de un hermoso retablo de madera tallada de estilo colonial.

El 31 de mayo de 1991 el nuncio apostólico en el Perú, el monseñor Luigi Dossena, bendijo el Santuario y celebró la primera misa y hoy, 31 de mayo, se cumple 31 años. El santuario es un lugar de oración, celebraciones eucarísticas, actividades espirituales y religiosas.