TUMBES: Arzobispo Mons. José Antonio Eguren se reúne con jóvenes

Perú Católico, líder en noticias.– Como parte de su visita pastoral a Tumbes, el  Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., se reunió en el auditorio del Proyecto Especial Binacional Puyango – Tumbes con cientos de jóvenes de los programas de Confirmación provenientes de las parroquias de Zarumilla, Corrales, Zorritos y Tumbes. Con ellos tuvo un ameno conversatorio durante el cual pudieron dialogar y resolver diversas inquietudes propias de los jóvenes de su edad.

Busquen el plan de Dios en sus vidas

Consultado acerca de la vocación y sobre cómo darse cuenta a qué nos llama el Señor, nuestro Arzobispo les dijo: “Además de habernos dado la vida y el don de la fe en Cristo, Dios tiene para cada uno de nosotros un plan particular. Nuestra felicidad depende de descubrirlo y acogerlo generosamente. Para ello, mi concejo a ustedes es que lleven una vida cristiana seria y responsable: sean hombres y mujeres de oración, de vida sacramental, de vida eclesial, de apostolado y de caridad. De esta manera estarán en sintonía con el Señor, escucharán su voz, descubrirán los signos que Él les envía y podrán saber si los llama, en el caso de los varones, al sacerdocio, a la vida consagrada o al matrimonio. Para descubrir el llamado de Dios en la propia vida, busquen también el consejo de sus padres, de sus sacerdotes, de sus religiosas y de aquellos laicos que como sus catequistas, los guían en la maduración de su vida cristiana. Récenle mucho al Señor y sobre todo a Santa María pidiéndoles que les muestren el plan que Dios tiene pensado para cada uno de ustedes desde toda la eternidad. Vivan en el mundo pero no sean del mundo, y cuando descubran el llamado del Señor en sus vidas, no tengan miedo de darle un Sí generoso, como se lo dio María y se lo han dado los Santos, que son los mejores amigos de Jesús. Yo creo firmemente que no hay crisis de vocaciones sino más bien de respuesta a la vocación. El problema no está en el amor de Dios que es fiel y perseverante, sino en la persona humana que no escucha y se muestra reticente al llamado del Señor en su vida”.

No hay mejor apóstol de un joven que otro joven y vivan el amor hermoso

En otro momento del fraterno dialogo que Monseñor Eguren tuvo con los jóvenes tumbesinos les dijo: “Quisiera pedirles que tengan el coraje de ir contracorriente, como se los pide el Papa Francisco, pero también que les muestre a otros jóvenes como ustedes el don de su fe, es decir a Jesús. No hay mejor apóstol de un joven que otro joven, hoy en día hay muchos jóvenes como ustedes que están anhelando descubrir a Aquel que pueda llenar sus vidas de sentido y felicidad, de libertad y plenitud. Nadie mejor que ustedes que creen, esperan y aman a Jesucristo, para decirles a esos jóvenes que Jesús es la respuesta que están buscando”.

Finalmente el Arzobispo les dijo: “Queridos jóvenes, vivan el amor hermoso, es decir la pureza. La pureza cuida el corazón y la capacidad de éste para amar de verdad, y solo cuando amamos de verdad, según el modelo de Jesús, es que nuestra vida se llena de felicidad y hace felices a los demás. Cuídense por tanto de toda impureza”.

Santa Misa en las vísperas de la Fiesta de San Nicolás de Tolentino

El Pastor celebró también la Santa Misa en la Parroquia San Nicolás de Tolentino, con ocasión de las vísperas de la Fiesta de su Santo Patrono. Concelebró la Eucaristía Monseñor Rafael Egüez Beltrán, Vicario General de Tumbes y Párroco del lugar, junto al R.P. Carlos Ezequiel Rosillo Julca, Vicario Parroquial. Estuvieron también presentes gran cantidad de fieles, los miembros del Consejo Parroquial y de Asuntos Económicos, así como los integrantes de los grupos parroquiales y de las diferentes hermandades y cofradías.

En su homilía y reflexionando en el Evangelio del domingo (Lc 14, 25-33) el Arzobispo dijo: “Lo que Jesús nos pide en el evangelio de hoy es que lo pongamos a Él en el centro de nuestro corazón. Cuando se pone al Señor en el centro del corazón, todos los demás amores se ordenan: El amor de los esposos, el amor de los padres a los hijos y de los hijos a los padres, y el amor al prójimo. Asimismo, se hace un correcto uso de los bienes y uno está dispuesto a compartirlos con los más pobres y necesitados. En la imagen de San Nicolás de Tolentino que ustedes veneran, él sostiene en una mano el crucifijo y en la otra unos panes. De esta manera el santo nos enseña, con el ejemplo de su vida, que el amor a Dios y el amor al prójimo son las dos caras de la una misma moneda. El amor al Señor es lo que garantiza un correcto amor de servicio y entrega a los demás, es decir un verdadero amor a los hermanos”.