137. Las Hijas de San Pablo en Perú. 62 años de presencia evangelizadora en los medios de comunicación

Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

De los 200 años del Perú, 62 cuentan con la compañía de las Paulinas si consideramos la llegada de las primeras paulinas al Perú el 22 de octubre de 1960, o 61 si tomamos la fecha del 30 de marzo de 1961 -inauguración de la primera librería. Lo que está claro es que gracias a sus librerías y sus populares publicaciones como “Palabra y Eucaristía” se han ganado un espacio en el corazón de los peruanos.

Pero la cuenta de años debe ir más atrás si recordamos a sus santos fundadores: Beato Santiago Alberione (1884 – 1971) y Venerable Tecla Merlo (1894 – 1964) cuando dan vida el 15 de junio de 1915 en Alba (Italia) a la Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo. Sus religiosas fueron conocidas como paulinas, cuya finalidad es la evangelización a través de los medios de comunicación social. El carisma fundacional está expresado claramente en las Constituciones del Instituto: “Siguiendo la inspiración y el ejemplo del Fundador, ponemos al servicio de la evangelización los instrumentos de la comunicación social: prensa, cine, radio, televisión, discos, mini-media, audiovisuales, y todos los inventos que el progreso ofrece al hombre para la comunicación”. Claro que el manantial de su apostolado como les inculcó su fundador será la adoración eucarística diaria.

El salto a Lima lo darán desde Argentina, donde llegaron en 1931. Desde Buenos Aires vinieron a Lima las hermanas Inés Tibaldo y María Luisa Manceñido, argentinas, un 22 de octubre de 1960, siendo acogidas en el Colegio Sophianum por las Hermanas del Sagrado Corazón.

Esa misma semana, el día de la fiesta del Señor de los Milagros, 28 de octubre de 1960, iniciaron su trabajo de propaganda a domicilio. Monseñor Carlos Pezzagno y el padre Fernández, en un curso que dieron sobre las Ejercitaciones del Mundo Mejor en el Colegio Sophianum, las presentaron y pidieron a los participantes que les demostraran su caridad afectiva y efectiva. Al cabo de pocos días la casa estaba ya amueblada y provista de camas, vajillas, víveres, un escritorio y una máquina de escribir. En diciembre se les unió la hermana Norma Sanabria. Las Paulinas se dieron a conocer en el Encuentro Nacional de Religiosas celebrado en Lima del 8 al 15 de enero de 1961. Tuvieron a su cargo la publicidad del encuentro y la exposición de libros de formación religiosa y de catequesis. Dieron charlas todos los días sobre los medios modernos de apostolado. Mientras realizaban sus visitas a las familias, encontraron un local apto para abrir la librería en el edificio de las religiosas Concepcionistas, al lado de la imprenta “Lumen”.

Se inauguró la Librería San Pabloen un pequeño local del Jirón Carabaya Nº 133 y Pescadería. El padre Felipe McGregor, provincial de los Jesuitas, les propuso venderles su librería, situada en el Jirón Pescadería, con el acuerdo de hacer el pago en cómodas cuotas. El 1º de agosto de 1961 se trasladó la librería a ese local, también pequeño, y llegó la nueva superiora, María Julia Toschi. Después de seis meses de vivir en el chalet prestado, las hermanas paulinas consiguieron una casa en alquiler en el distrito de Jesús María. El 20 de agosto, fiesta de San Bernardo, inauguraron la capilla de la comunidad, que fue la mayor alegría para las religiosas. La hermana Julia Toschi atendía la librería y las hermanas Norma Sanabria e Inés Tibaldo hacían la propaganda a domicilio. En enero de 1962, las hermanas visitaron parroquias y colegios con exposiciones de libros. En varias parroquias contaron con la colaboración de laicos de diferentes asociaciones, quienes difundieron los libros de las Paulinas. Ese mismo año llegaron a la comunidad dos hermanas más: María Cielo, de España, y María de los Ángeles, de Argentina. Ingresaron las primeras vocaciones peruanas Elizabeth Nicoli, Blanca Torres y Estela Linares.

Desde 1963, las Hijas de San Pablo, en la persona de la hna. Francisca Baxiu, se hicieran cargo de la administración del semanario “Actualidad”, órgano oficial del Arzobispado de Lima, así como del Centro de Orientación y Difusión Catequística. Ese mismo año, la hermana María de los Ángeles inició el apostolado del cine, con películas de 16 mm. Iniciativa que fue muy acogida por los sacerdotes y el pueblo peruano. De igual manera comenzaron las Semanas Bíblicas y las Jornadas del Evangelio. Como fruto de esta Semana Bíblica, nació el Cursillo Bíblico, que perduró hasta el año 1965. Alentadas por el éxito de esa iniciativa, las paulinas organizaron la segunda Semana Bíblica, especialmente orientada a maestros, que tuvo lugar del 19 al 24 de noviembre de 1963 en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Posteriormente se repitió la experiencia en diferentes zonas de Lima y en otros lugares del país, como Tarma, como preparación al VII Congreso Eucarístico Nacional de Huancayo. Más adelante, las Hermanas compraron una pequeña imprenta e imprimieron los evangelios y los documentos del Concilio Vaticano II. El año 1967, las hermanas compraron un terreno de 1.000 metros cuadrados en el centro de Lima, en el Jirón Callao esquina con Camaná, para construir su amplia y funcional librería que ha venido prestando un gran servicio a todos los peruanos.

En la década del 70, las jóvenes peruanas recibían su formación en Colombia, mientras que en Lima trabajaban ocho hermanas (cuatro italianas, dos colombianas, una francesa y dos japonesas). Todas ellas colaboran activamente en la Misión de Lima, tanto en la preparación como parte del Equipo de Reflexión y en su realización (1970-1971). En ese tiempo la comunidad se vio enriquecida con la llegada de la hermana Raffaella Zanolli, quien antes de partir a Lima había recibido la bendición de su fundador el padre Santiago Alberione. Con su presencia se impulsó el apostolado del cine, con películas de 16 mm que se esparcieron por los lugares más recónditos del Perú.

En el Capítulo Especial de las Hijas de San Pablo de 1971, se decidió reestructurar las provincias, por lo que el 18 de diciembre unieron los territorios del Perú y Bolivia en una sola delegación. En 1972 llegó a la delegación la Hna. Epifania Bassi ex provincial de Colombia y la Hna. María Gabriela Santón que se encargaron de la redacción y preparación de los textos para el ciclo básico y de las guías para los profesores. La Hna. Gabriela, junto con el personal del Ministerio de Educación y de la ODEC, viajó por todo el país para capacitar a los maestros en la nueva metodología, para promocionar los textos de religión y catequesis, y el Nuevo Testamento Latinoamericano.

En 1973, las hermanas Raffaella Zanolli y Yamile Méndez visitaron la Escuela de Cadetes de Lima, donde organizaron conferencias y una exposición de libros, actividades que se repitieron en varias poblaciones del interior. Por otra parte también, las hermanas Yamile Méndez y Luisa González formaron parte del Equipo de Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis y a petición de Monseñor Hugo Garaycoa, colaboraron por espacio de cinco años. 

En 1974, la primera edición de la agenda Juventud Nueva” para jóvenes tuvo una notable aceptación, y su publicación anual no se ha interrumpido hasta la actualidad. Junto a esas dos iniciativas editoriales, destacan el Nuevo Testamento y una serie de libros y folletos.

El siguiente año, 1976, las paulinas marcaron nueva orientación al Centro Catequístico para responder a la apremiante necesidad de la gente ante la imposibilidad de los agentes de pastoral para adquirir material didáctico, y ante la falta de preparación para el uso de los medios grupales de evangelización. Así, con el alquiler de material audiovisual didáctico (cassettes y dispositivas) sentaron el pilar fundamental en el cumplimiento de la tarea pastoral. La hermana Noemí Bergamín, que llegó a la comunidad paulina en febrero de ese año, recuerda: “Mi colaboración fue a la hermana Epifanía Bassi, que trabajaba en el Centro Catequístico. Esa presencia nos facilitó mucho, porque atendíamos a los sacerdotes y a todas las personas que llegaban a la curia episcopal para hacer trámites”.[1] 

Venciendo grandes dificultades, dos años después, el 20 de agosto de 1977, se pudo inaugurar la Librería San Pablo en el Jirón Callao 198, esquina con Camaná. Monseñor Germán Schmitz bendijo el edificio en presencia de la superiora general, Ignacia Balla y la Vicaria general hermana Nazarena Morando, de la comunidad peruana, y algunas hermanas representantes de las Paulinas de La Paz y Cochabamba, así como el padre Benito Spoletini, quien había llegado de Colombia.

La grabación de discos se inició en 1978, por iniciativa de la hermana Raffaella Zanolli, conuna serie de siete títulos, cuatro long play (Suena el Manguaré; Somos traviesos; Grito en la noche; Canciones en mi camino), y tres compactos del cantante colombiano Lucas. En el transcurso de ese año, las Paulinas fueron invitadas por el Servicio Radiofónico para América Latina (SERPAL) a dictar cursos sobre la metodología grupal y el uso de los medios de comunicación en las jurisdicciones eclesiásticas e instituciones provinciales.

También en 1978 se abrieron algunos centros permanentes de difusión mientras el servicio de la librería se amplió gracias a la colaboración de los laicos

La Comisión de Catequesis del Arzobispado de Lima, donde trabajaba la hermana María Gabriela Santón, importó la Biblia Latinoamericana desde España con la colaboración del padre paulino Francisco Anta. Monseñor Quibor, de la Conferencia Episcopal, apoyó la iniciativa, y así el primer lote fue de cinco mil ejemplares de la Biblia completa y tres mil del Nuevo Testamento; arribó al puerto del Callao, Lima, en el barco “Buqui”, donde viajaban los cadetes. El Nuevo Testamento fue impreso posteriormente en la editorial paulina del Perú.

Para el año 1979, la Arquidiócesis de Lima confió a las hermanas paulinas la redacción y publicación de su Calendario Litúrgico.A los pocos años de abrir la librería en Lima, su salón fue empleado como auditorio en los cursos de lectura crítica sobre los medios de comunicación. Posteriormente se dio inicio al Cine Club. Al cabo de una semana se inició la publicación de la agenda‘Vivir es ayudar a vivir’”, que continúa hasta hoy. Al regreso de Italia, a mediados de 1983, a la Hermana Raffaella Zanolli le confían la responsabilidad del Centro Audiovisual; con la intensa ansia apostólica que tiene, comenzó a impulsar y a dar mayor dinamismo al sector.

En el 1980 la zona de Mangomarca empezó a poblarse. Surgieron las primeras casas y colaboraron con la Parroquia de Zarate en la catequesis para la Primer Comunión y Confirmación. Los encuentros se realizaron en su jardín. Cuando se logró construir el templo, en el 1985, con la colaboración de todos, Mangomarca era ya una comunidad cristiana viva.

En 1985, el Papa Juan Pablo II visita el Perú y toda la población se prepara a recibirlo. Esta visita ofrece a las paulinas la ocasión para iniciar el trabajo apostólico de la producción, el alquiler y la venta de los videos. La primera reproducción fue El Papa se hacePeruano”.Con los cantos para recibir al Papa se hizo el primer cassette, y desde 1985 se grabaron muchos otros (Carnavalito de Nochebuena, Suena el Manguaré, El nacimiento de cartón), con el objetivo también de promover a los cantautores peruanos y difundir la música nacional.

La vida sigue creciendo, igual que las obras, cuando son obras de Dios. A dos años de aquellos acontecimientos, el 1ºde mayo de 1988, San Pablo Films de España, representada por Don José María de la Hera Martínez, y San Pablo Films del Perú, representada por la hermana Raffaella Zanolli firman un “acuerdo-contrato” para la reproducción y venta de los vídeos de producción española. Después del VII Capítulo General llegó al Perú la hermana Mariarosa Piensi, quien sustituyó en la Editorial de la Delegación a la hermana María Gabriela Santón.

Al ritmo de la Iglesia Latinoamericana. 1990 – 2000

            En los últimos años del siglo todas sus iniciativas van al ritmo de la Iglesia latinoamericana que celebra el V Centenario de la evangelización como plasmó en bello documento el CELAM de Santo Domingo en 1992. En esta década se abre el Cine Club San Pablo en la librería de Lima, con la finalidad de proveer materiales y medios de apoyo para facilitar el trabajo de los agentes de pastoral. En Arequipa se abre una nueva casa que cuenta el apoyo fraternal de los Dominicos, con el padre Arnulfo Salinas a la cabeza. En septiembre de 1993 se pone en marcha el programa de computarización en la librería de Lima y se lanza la marca “Paulinas” identitaria de su misión. La Marca unificada para todas las librería y actividades apostólicas PAULINAS renovó la imagen a todas las actividades. Se empezó a participar a diferente feria del Libro internacionales y nacionales con una presencia significativa. En 1997, abrieron la librería en San Isidro, Lima

 Con la bendición de un nuevo local de apostolado, el año 1999 la hermana Mariarosa Piensi reorganizó la Editorial Paulinas de la Delegación con una renovada orientación hacia la informatización y la incorporación de profesionales en el área. Al año de la nueva imagen tecnológica de las Librerías Paulinas, el mes de junio de 2000, incursionan en la Radio María con el programa “Siguiendo las huellas de Dios”.

Luego de ser designada como representante de la Editorial Paulinas el año 2002, la hermana Raffaella Zanolli se dedicó a la tarea de recorrer varias provincias del Perú para promover el material que producía la congregación. En abril del 2003 con motivo de la beatificación de su fundador P. Santiago Alberione asistieron desde el Perú las hermanas Raffaella Zanolli y Luisa Adriana González , la hermana María Paz Hoyos, de Bolivia, así como dos laicos empleados de la librería de Arequipa.  Ese mismo año, el 29 de junio, abren librerías en Puno y en Tacna. Al año siguiente, 2004, el Callao cuenta con una librería paulina, en el Centro Comercial MINKA. Ese mismo año, se inició una estrecha colaboración que perdura hasta hoy con la Comisión Episcopal de Liturgia para la edición de los Leccionarios Litúrgicos para el Perú.

En el 2005 el sector administrativo e informático de la librería de Lima pasa a Mangomarca. Desde entonces, todos los sectores de apostolado (editorial, preprensa, videos, CD, música, marketing, sistemas, Internet y administración) están centralizados en el mismo edificio y responden a una organización apostólica ordenada y cohesionada.  Este mismo año, tendrán una expansión misionera por Bolivia, creando una nueva librería el 24 de mayo de 2005 en Santa Cruz de la Sierra.

Desde el momento de la fundación de su comunidad tanto en Perú como en Bolivia, las Hijas de San Pablo sintieron la necesidad de trabajar por las vocaciones del lugar. De este modo han ido suscitándose diversos llamados entre las jóvenes del Perú y de Bolivia, que conviven como entrañable familia con 6 de Italia, 2 de la India, 1 de Puerto Rico. ¡Que el Señor las multiplique en número y santidad!


[1]  Entrevista a la Hermana Noemí Bergamín, Doc. 7.4.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

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