PIURA: Arzobispo celebra Misa con la Hermandad del Señor de los Milagros

Perú Católico, líder en noticias.– En el XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, el Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., presidió la Santa Misa en la Basílica Catedral de Piura, ante una gran cantidad de fieles y con la presencia de los nuevos 39 miembros de la Hermandad Infantil del Señor de los Milagros, así como de 37 nuevos miembros adultos que realizaron su juramentación ante la sagrada imagen del Cristo Moreno.

Tenemos un Padre rico en misericordia

Al iniciar su homilía, y reflexionando en el mensaje del evangelio, el Pastor dijo: “Del Evangelio de hoy (Ver Lc 15, 1-32), sin lugar a dudas la parábola del «Hijo Pródigo» es la que más atrae nuestra atención. El eje de la parábola es la persona del padre. Jesús nos revela que tenemos un Padre clemente y compasivo que nos salva con su amor, que se muestra siempre dispuesto al perdón y a darnos el abrazo de la misericordia que nos devuelve a la vida. El centro del mensaje del Evangelio de hoy, es el infinito amor de Dios por nosotros, especialmente por los pecadores a quienes busca con predilección. Un amor que siempre va a nuestro encuentro, que siempre nos espera, que no se resigna a perdernos. Basta de nuestra parte un gesto de arrepentimiento, un pequeño movimiento de querer volver a Él, para que Él nos perdone y nos devuelva nuestra dignidad de hijos, perdida por culpa de nuestro pecado”.

Todos tenemos algo del hijo pródigo y del hijo o hermano mayor

Monseñor Eguren destacó además que: “Los otros dos protagonistas de la parábola, son el hijo menor, también llamado pródigo, y el hijo o hermano mayor. Todos nosotros tenemos algo de ambos. Veamos. Como el hijo pródigo en algún momento de nuestra vida hemos hecho mal uso de nuestra libertad y con autosuficiencia hemos abandonado la casa paterna creyendo ilusamente que lejos del Señor podemos ser felices. Como el hijo pródigo después hemos experimentado la trágica consecuencia de esta mala decisión: soledad y miseria, esclavitud y vergüenza. Pero también como el hijo pródigo, en algún momento de nuestra vida, hemos tenido la hermosa experiencia del arrepentimiento y del encuentro con la misericordia de Dios, en el sacramento de la confesión, y como fruto de ello hemos experimentado cómo el Señor volcaba su amor en nuestro corazón haciendo de él un corazón nuevo, devolviéndonos la dignidad de hijos que habíamos por culpa de nuestro pecado. De esta manera el Señor hace renacer en nosotros la esperanza y la alegría”.

“Pero todos tenemos también algo del hijo o hermano mayor. Como él, nos negamos a perdonar a aquel que nos ha ofendido. Mantenemos rencores y odios, albergamos en nuestro corazón deseos de venganza y le tenemos a los demás cuentas por cobrar. Como el hijo o hermano mayor, nos sentimos superiores a los demás y somos incapaces de amar, de perdonar, de buscar a los pecadores y de comer con ellos, como Jesús lo hacía. Somos incapaces de comprender que Dios es amor misericordioso. El hijo o hermano mayor de la parábola también está necesitado de reconciliación. Y nosotros, lamentablemente, hay veces nos parecemos a él”, acotó el Arzobispo.

La hermosa misión de cargar sobre sus hombros a la Misericordia encarnada

Finalmente, dirigiéndose a los hermanos adultos de la Hermandad, Monseñor Eguren les dijo: “Queridos hermanos de la Hermandad: Prepárense bien para el mes morado de octubre que cada vez está más cerca. A quien llevarán sobre sus hombros y pasearán por nuestras calles y plazas es a Jesús crucificado, la misericordia encarnada, y así harán posible muchos encuentros de amor de Jesús con la gente, muchas historias bellas de perdón y misericordia, muchas vidas salvadas del pecado. Como Hermandad, siempre den un franco testimonio de fraternidad y anuncien a todos que en el Señor Jesús, Dios Padre nos ofrece su amor que todo lo hace nuevo. Que no importa cuán lejos nos hayamos ido o cuán hondo hayamos caído, el amor de Dios, manifestado en Cristo crucificado, vence nuestro pecado y todo lo sana, todo lo reconcilia. A los pequeños miembros de la Hermandad Infantil que hoy se incorporan, enséñenles a ser misericordiosos como misericordioso es el Señor de los Milagros”.

Terminada la Eucaristía los nuevos miembros sacaron en hombros la sagrada imagen del Cristo de Pachacamilla y recorrieron en procesión las calles de nuestra ciudad hasta el local de la Hermandad que se encuentra al costado de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, los pequeños de la Hermandad Infantil también cargaron a nuestro Señor durante varios tramos del recorrido.