La pequeña Roma de América espera su pastor: Monseñor Ciro Quispe López

Perú Católico, líder en noticias.- Monseñor Ciro Quispe López tomará será ordenado obispo y tomará posesión canónica este sábado 15 de Diciembre

Estos acontecimientos no son frecuentes. Por un lado tenemos la inmensa alegría de recibir a nuestro nuevo obispo en la Prelatura de Juli. Por otra parte, sentimos una tristeza porque nuestro actual pastor, Monseñor José María Ortega se retira de su servicio episcopal en el pastoreo de nuestra querida Iglesia Particular de Juli pues tiene la salud física muy resquebrajada. Es lógico que haya estos sentimientos encontrados pues somos humanos; el Señor nos ha dado un corazón para amar. Por eso, a todos nos sucede esto. Es por eso que en este momento debemos decir: “hágase, cúmplase la santa voluntad de Dios”.

LA IGLESIA DE JESUCRISTO

El Señor está siempre con nosotros, en especial en su Iglesia. La Iglesia fue fundada por Jesucristo Dios y Hombre verdadero después de una larga noche de oración. Escogió a los 12 discípulos para que fueran las columnas donde se apoyaría el edificio espiritual del cuerpo místico de Cristo. Jesús escogió a Pedro para que sea la roca sobre la cual iba a edificar su Iglesia; escogió a Pedro para que confirme la fe de los demás apóstoles y de todos a través de todos los tiempos. Por eso, En Señor antes de subir al cielo dijo estas palabras a sus discípulos: “sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20).

La Iglesia católica por la acción de los apóstoles y de todos los fieles cristianos a los largo de la historia se fue expandiendo a todo el mundo.

Así la Iglesia por voluntad de su fundador es una, única. Mas esa Iglesia Universal está presente, toda ella, en cada Iglesia Particular. Esto es, está presente en nuestra Iglesia Local de Juli.

La Iglesia por voluntad de su fundador es Apostólica. Está enraizada en su apostolicidad. Es como un árbol que tiene un solo tronco pero muchas ramas y hojas; diversidad y pluralidad solo tiene sentido en la unidad. Y para seguir con el símil, diremos que ese árbol tiene raíces que alimentan el tronco y las ramas. Las ramas para tener vida tienen que estar unido al tronco. Y lógicamente, el árbol para tener vida tiene que estar unido a las raíces. Ese árbol de la Iglesia está enraizada en la nota característica de la apostolicidad por designio de Cristo.

En estos días, previos a la ordenación de Monseñor Ciro, estamos precisamente viviendo esta realidad de la presencia de Cristo en su Iglesia Particular de Juli.

FIDELIDAD EN LA CONTINUIDAD

Somos conscientes que en la Iglesia hay continuidad en el gobierno. Estamos esperando a nuestro próximo pastor en un ambiente de oración. Queremos, en estos días, traer a nuestra mente y a nuestro corazón las palabras de Cristo para pensarlas, meditarlas y para seguir poniendo en práctica: “Ánimo, soy yo, no tengan miedo”. Vendrá otro pastor, pero es Cristo que vendrá en él; es el Señor nuestro pastor.

HÁGASE TU VOLUNTAD

Rezamos todos los días en el padre nuestro. Y la voluntad de Dios se cumple en el cielo y en la tierra. Y nosotros con nuestra libertad debemos decir hágase tu voluntad en mi vida, en mi corazón; hágase tu voluntad en la obediencia de tus hijos y de todos los que somos de la Prelatura de Juli, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos.

LOS CAMINOS DE DIOS

Monseñor Ciro, un brillante intelectual, estuvo trabajando en el seminario mayor del Cusco, su tierra natal. Seguramente tendría muchos planes buenos para su labor académica y pastoral. Empero, así como un día Jesús se cruzó en su camino y le dijo “Ven y Sígueme”, ahora, ese mismo Jesús le dice: “Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas” de mi pequeña grey en el sur del altiplano peruano. Los hombres tenemos nuestros caminos y planes, pero Dios tiene uno camino y un plan para cada uno de nosotros. La santidad está allí, en decir: “hágase, cúmplase la santísima y amabilísima voluntad de Dios”.

El Señor es exigente cuando dice: “si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego ven y sígueme” (Mt 19, 22). Ahora el Señor quiere que Monseñor Ciro le siga siendo un pastor ejemplar según el corazón de Cristo en nuestra pequeña porción del pueblo de Dios.

UNA ESPERA CONFIADA

Todos los fieles de nuestra Prelatura de Juli esperamos a nuestro próximo futuro pastor con una alegría, llena de esperanza en el Señor.

Sus ovejas esperamos que con confirme en la fe católica que nació en el alma de todos nosotros desde la llegada de los misioneros hace ya varios siglos atrás; esa Fe como el evangelio siempre vieja y siempre nueva, que la Iglesia la recibió de Cristo, y la mantiene incólume e integra; esa fe que se alimenta de la fuente constitutiva de la revelación, cual es, la sagrada escritura y la tradición, y que a su vez, es custodiada y trasmitida íntegramente por la fuente interpretativa de la revelación, o sea, por el magisterio de la Iglesia.

Agrademos a Dios que nos ha enviado un pastor que alimentará nuestra vida cristiana con los sacramentos que el Señor dejó a su Iglesia, en especial siendo el que presidirá la comunión en la Eucaristía, que para nosotros es la fuente y el culmen de la vida cristiana.

Agradecemos a Dios porque nos guiará como el buen pastor, dando su vida por sus ovejas, teniendo un corazón grande –corazón de padre y madre- donde todos quepan.

Estamos seguros que también vendrán a aprender de nuestro pueblo sencillo y fiel. Siendo pastor, será oveja que se deje querer por un pueblo dispuesto a seguir a Cristo, a pesar que el camino que recorren en esta vida es angosto y difícil.

PASTOR QUE CUIDA A SUS OVEJAS

Estamos seguros que será un pastor que cuida a sus ovejas, que les dará el alimento oportuno, que proveerá los pastos verdes y nutritivos del pan de la palabra y el pan de la eucaristía.

Como todo en la vida, el camino del pastor, no siempre es llano y carretero. A veces, el sendero se hace estrecho y difícil. A veces, los lobos intentarán arrebatarles sus ovejas. Allí estaremos sus hijos espirituales para ayudarle con la oración, con el sacrificio y con la acción apostólica.

QUEREMOS UN PADRE

Los sacerdotes queremos recibirle con la alegría de unos hijos que reciben a su padre. Queremos tener el espíritu despierto y la voluntad con la plena disponibilidad para trabajar en esta viña del Señor.

Estamos seguros que Monseñor Ciro será para nosotros un padre, un amigo, un maestro que nos ayudará con sus palabras, con su ejemplo, con su pastoreo a seguir siendo sacerdotes fieles, piadosos, entregados totalmente a la causa de Cristo.

Pedido al Espíritu Santo que nuestra actitud ante nuestro nuevo pastor sea de acogida cálida. Estamos seguros que como buenos hijos de la Iglesia, los sacerdotes, seremos para monseñor Ciro, como los cirineos que le ayudaremos a llevar la santa cruz, esta bendita carga que es gobernar a este pueblo de Dios, peregrino de Juli.

¡Juli, “la pequeña Roma de América” , llamada así por sus templos, te espera!. Y con ella, también todos los demás pueblos.

La Prelatura de Juli está compuesta por las provincias civiles de Chucuito-Juli, Yunguyo, El Collao-Ilave, Huancané, Moho, Puno (con sus 4 distritos: Ácora, Platería, Chucuito y Pichacani-Laraqueri) y Putina (con su distrito de Quilcapunco).

Todos los feligreses, que son más de 500 mil personas esperan a su pastor con los brazos abiertos. ¡Monseñor Ciro ya está usted en nuestro corazón!

Quiero terminar diciendo: gracias Señor por nuestro pastor Monseñor Ciro. Gracias Señor porque nos has dado una visión sobrenatural para ver, sentir, palpar y experimentar en nuestra vida la presencia de Cristo en su Iglesia, aquí y ahora.

Nos toca ahora, como instrumentos del Señor, con nuestro obispo a la cabeza, a seguir siendo protagonistas de la nueva evangelización: no nueva en la doctrina, porque el evangelio no cambia, como no cambia Dios; nueva, más bien, en el método, en el ardor y la expresión.

Bienvenido Monseñor Ciro Quispe López. La Prelatura de Juli, es su Prelatura, es su nuevo hogar; aquí entregará su vida por sus fieles como Cristo dio su vida por todos y cada uno de nosotros.

Fernando Samaniego Orellana

Vicario General de la Prelatura