Homilía del VII Domingo de Pascua: Jesús ascendió, y ¿qué pasó?

La ascensión de Jesús nos la cuenta San Marcos en su Evangelio y San Lucas en el Evangelio y los Hechos de los apóstoles.

Sin duda fue algo maravilloso en aquel momento y las consecuencias inimaginables.

Admiremos: Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios Padre.

¿Y qué fue de los apóstoles?

  • Hechos de los apóstoles

El relato más importante sobre la ascensión es el de San Lucas en los Hechos.

Los apóstoles rodearon a Jesús y su actitud es totalmente distinta de la que tenía el Señor en estos momentos.

Mientras Jesús piensa en despedirse, ellos viven en la ceguera de su visión muy humana:

«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

Jesús los bendijo y, sin más, empezó a ascender hacia el cielo hasta que una nube, símbolo del Espíritu Santo, lo ocultó:

«Dos hombres vestidos de blanco les dijeron: “Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá” …»

  • Salmo 46

Este es un bello salmo sobre el triunfo del Mesías:

«Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas».

Ante el triunfo del Señor, el salmista nos invita a celebrarlo:

«Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo… Tocad para Dios tocad. Tocad para nuestro rey, tocad, porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones».

  • San Pablo

A su manera, San Pablo nos descubre la ascensión de Jesús por los regalos que hizo:

«Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres».

A cambio de ello, Pablo nos pide: «sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz».

Mantengamos la unidad que trajo Jesús:

«Un solo Señor, una fe, un bautismo. Un Dios padre de todos, que trasciende todo y lo penetra todo y lo invade todo».

  • Verso aleluyático

El gran pedido del Señor:

«Id y haced discípulos de todos los pueblos. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

  • Evangelio

Jesús se apareció a los once y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

El efecto de esta predicación será: «El que cree y se bautice se salvará…»

A continuación, Jesús promete unos signos especiales con los que Él mismo «cooperará confirmando la palabra con las señales que los acompañarán».

«Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios».

Añade el evangelista que ellos fueron a pregonar el Evangelio por todas partes.

Entre estos dos últimos acontecimientos, sabemos que Jesús cumplió su promesa enviando el Espíritu Santo para fortalecerlos y meterles en el pecho el fuego apostólico que los llevó a evangelizar hasta el martirio.

Jesús se fue y la Iglesia creció a un ritmo imparable, impulsada por el Espíritu Santo.

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FELIZ DÍA DE LA MADRE y que cada una de ustedes sean felices y agradecidas con Dios por la vida que les han dado a sus hijos. Dios las bendiga.

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José Ignacio Alemany Grau, obispo