Histórico: Papa Francisco besa los pies de líderes rogando la paz
Un retiro para estar juntos ante Dios y discernir su voluntad
“Aquí no se trata de una habitual y común reunión bilateral o diplomática entre el Papa y los Jefes de Estado; tampoco de una iniciativa ecuménica entre los representantes de las diferentes comunidades cristianas: se trata de un retiro espiritual” ha subrayado el Papa ante las autoridades de Sudán del Sur y ha señalado además, los propósitos de este retiro: “El propósito de este retiro es estar juntos ante Dios y discernir su voluntad; también es reflexionar en la vida de uno y en la misión común que nos confía; es tomar conciencia de la enorme corresponsabilidad por el presente y el futuro del pueblo de Sudán del Sur; es un compromiso, revitalizado y reconciliado, para la construcción de su nación”.
Jesucristo, Príncipe de la paz y modelo a seguir
Continuando su alocución, el Papa ha afirmado que “la paz” es el primer regalo que el Señor nos ha dado y es también “la primera tarea que los líderes de las Naciones deben realizar”: “es la condición fundamental para el respeto de los derechos de cada hombre y para el desarrollo integral de todo el pueblo”. Además, ha puntualizado que Jesucristo, a quien Dios Padre envió al mundo como el Príncipe de la Paz, “nos dio el modelo a seguir”.
La mirada de Dios
Francisco también ha hablado a cerca de «los ojos de Dios», es decir, la “mirada del Señor Jesús”, la cual – ha expresado – “es benévola y misericordiosa” y “nos anima a abandonar el camino que conduce al pecado y la muerte y nos apoya para continuar el camino de la paz y el bien”. En este sentido, ha recordado el gemido de los pobres que tienen hambre y sed de justicia; un gemido que “nos obliga en conciencia y nos compromete a nuestro servicio”. Ellos, “son pequeños a los ojos del mundo pero son preciosos a los ojos de Dios”.
También ha asegurado que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una misión en nuestro pueblo: “nosotros mismos somos miembros del pueblo y tenemos una responsabilidad y una misión particulares: servirlo” y además, nos ha elegido – puntualiza – “para ser sus colaboradores en la construcción de un mundo más justo”.
La mirada del pueblo
Frente a esta mirada de Jesús, el Papa habla de otra mirada más que está puesta en ellos, la de “su pueblo”: “es una mirada que expresa el ardiente deseo de justicia, reconciliación y paz”. Y al igual que Noé esperó a que la paloma le trajera la rama de olivo para mostrar el final del diluvio y el comienzo de una nueva era de paz entre Dios y los hombres, “su pueblo – ha dicho – espera su regreso a la patria, la reconciliación de todos sus miembros y una nueva era de paz y prosperidad para todos”.
En su alocución, el Santo Padre ha afirmado que piensa incesantemente en las almas que sufren e implora que el fuego de la guerra se apague de una vez por todas y que puedan regresar a sus hogares y vivir en serenidad: “Mis pensamientos se dirigen principalmente a las personas que han perdido a sus seres queridos y sus hogares, a las familias que se han separado y nunca se han vuelto a encontrar, a todos los niños y ancianos, a las mujeres y hombres que sufren terriblemente debido a conflictos y la violencia que siembra muerte, hambre, dolor y lágrimas”.
La paz es posible
¡Nunca me cansaré de repetir que la paz es posible! Ha exclamado el Santo Padre al final de su discurso y ha expresado su deseo de que todos “sepan acoger la más alta vocación de ser artesanos de la paz, en un espíritu de fraternidad y solidaridad con cada miembro de nuestro pueblo, un espíritu noble, recto, firme y valiente en la búsqueda de la paz, a través del diálogo, la negociación y el perdón”. Por último, les ha exhortado a “buscar lo que les une, a partir de la pertenencia al mismo pueblo, y superar todo lo que les divide”, pues – ha puntualizado – “la gente está cansada y agotada por las guerras pasadas: ¡recuerden que con la guerra se pierde todo! Su gente hoy anhela un futuro mejor, que pasa por la reconciliación y la paz”.
El Papa expresa su deseo de ir a Sudán del Sur
Tras pronunciar el discurso, el Santo Padre ha hecho una oración junto a los líderes de Sudán del Sur y ha expresado su deseo y esperanza “de poder ir pronto a su amada nación” y ha recordado el reciente encuentro que tuvo con la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur en el Vaticano, con motivo de la visita ad limina Apostolorum, en la cual – ha dicho – le impresionó su optimismo, “basado en la fe viva y expresado en sus esfuerzos incansables, así como por sus preocupaciones en medio de numerosas dificultades políticas y sociales”. Vaticano.

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