117. El aporte de los Capuchinos al Perú
Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.
A pesar de llevar menos de 75 años en el Perú, los sentimos tan nuestros como si llevasen varios siglos. Quién no conoce a capuchinos como el Padre Pío o el P. R. Cantalamesa o I. Larrañaga. Y si vamos con los obispos, cabe resaltar los dos prelados capuchinos, uno del siglo XVIII, cuando todavía no había llegado la Orden, Monseñor Miguel de Pamplona (1719-1792), quien fue obispo de Arequipa, después de haber servido al ejército español del rey Carlos III; en la actualidad, Monseñor Lino Panizza, obispo de Carabayllo por más de 25 años, quien ha desplegado y continúa desarrollando una ejemplar misión pastoral en Lima Norte.
Pronto cumplirán los 75 años, exactamente el 25 de setiembre de 1948, cuando seis hermanos de la Provincia de Génova, Italia, vinieron al Perú para sentar las bases de una presencia sólida de los Capuchinos, echando raíces en la cultura y en el corazón del pueblo peruano. cinco hermanos: Casimiro Cánepa, Emerico Reppeto, dos ex capellanes militares; además los jóvenes Domingo Capponi, Donato Gabella, y Juan Benito Morosini, procedentes de la Provincia de Génova llegaron a Lima y fueron recibidos por nuestro Hno. León Benavides. Los seis tenían una misión: irradiar nuestro carisma franciscano capuchino en tierras peruanas.
Así comienza esta historia, la historia de la Orden en el Perú, que hasta la actualidad ha alegrado con la Buena Noticia del Evangelio, el corazón de muchos peruanos y desde hace más de diez años ha irradiado a los hermanos de Bolivia.
En su itinerancia, según su carisma, han llevado y llevan el mensaje de salvación a las diferentes ciudades, pueblos, asentamientos humanos y parroquias. También llevan este mensaje a nuestras obras sociales (colegios, clínica y a la Ciudad de los Niños).
Damos gracias a Dios porque nos permite contemplar sus maravillas en cada momento de su consagración, de ser partícipes de esta aventura de la que se hace memoria de lo más importante.
Chorrillos fue la primera casa de los hermanos pioneros. Se trata de un período de siembra en el que se desarrolló un trabajo pastoral enfatizado en la catequesis de niños y jóvenes que se preparaban para recibir los sacramentos y que proponía nuevos e ingeniosos métodos para captar almas para Cristo: juegos, cantos, deportes, etc. Se trata de algo peculiar del carisma capuchino: la cercanía al pueblo, que en el Perú se expresó en algunos acontecimientos como:
La fundación de Ciudad de los Niños en 1955, por el P. Iluminato de Rivera Ligure; la creación de cooperativas de ahorro y crédito en las décadas de los 50 y 60; la construcción de capillas en los barrios más pobres de Lima y los hermanos establecen una atención constante en algunas «barriadas» de Lima: Buenos Aires de Villa, Cocharcas y Vista Alegre. Además en 1960 se crea el colegio parroquial «Cristo Rey», como una opción nueva en la formación humana y cristiana de los niños y jóvenes chorrillanos.
Durante 22 años se tuvo una presencia en Paramonga (1948-1970), un complejo industrial circundado por las casas de obreros y empleados, y grandes plantaciones de caña de azúcar. Otro centro misionero fue La Mejorada, pueblo situado en la sierra central del Perú, en el departamento más pobre del Perú, Huancavelica (1950-1955).
El 10 de diciembre del 2004, se erige la Provincia del Perú, cuyo primer Ministro Provincial fue nuestro Hno. José Alarcón Gómez. Actualmente en la Provincia del Perú y en Delegación de Bolivia, son cerca de 70 hermanos profesos perpetuos (incluyendo a cuatro hermanos italianos, uno de los cuales es obispo de Carabayllo), 13 hermanos postnovicios, 3 novicios y unos 10 postulantes. Tenemos nueve Fraternidades: Cuatro en Lima: San Pedro en Chorrillos, que atiende a tres parroquias, el colegio Cristo Rey y la Clínica San Francisco; María Inmaculada de la Ciudad de los Niños, que alberga a más de 200 niños, dándoles una formación integral, además del Colegio Padre Iluminato; Cristo Salvador, sede de la Curia que atiende también una importante parroquia y el Colegio del mismo nombre; Padre Santo en Ñaña, donde se encuentra actualmente la etapa formativa del Estudiantado, también cuenta con el Centro de Espiritualidad Padre Pío y atiende pastoralmente a dos comunidades parroquiales.
En Arequipa comenzaron las primeras vocaciones. La formación no tuvo el sesgo del intelectualismo, sino de Pascua: antes de saber muchas cosas, era necesaria una experiencia de fe, minoridad y obediencia. Inicio del camino formativo.
Mientras tanto el trabajo apostólico continuó creciendo y perfeccionándose; se consolidó un estilo pastoral en nuestras parroquias caracterizado por la apertura a grupos de diferentes carismas. Naturalmente se intentó favorecer la rica espiritualidad franciscana. Asimismo, se optó por atender los grupos de jóvenes; de hecho, alrededor de un 50% de las vocaciones proceden de sus parroquias, en la catequesis o en algún grupo. Después de la experiencia de incursión en la educación con el colegio «Cristo Rey» de Chorrillos (1968), el trabajo educativo se vio fortalecido con el Colegio «Cristo Salvador» (1979) en Chama.
De igual manera, se retoma el impulso misionero con el trabajo en las serranías de Arequipa y Palpa. Una experiencia muy franciscana fue la misión en la selva: «El Estrecho», pueblo en la frontera con Colombia que se atendió por 12 años, de 1971 a 1983.
Se palpa el fervor de los fieles, en las Eucaristías dominicales que llenan sus templos, con el decoro y cuidado de las Iglesias y del esmero en la Liturgia, la predicación sencilla y bíblica, la permanente presencia del confesor.
A partir de 1990 la Viceprovincia tiene unas características claras: consolidación de la vida fraterna, aumento de vocaciones y el progresivo desempeño de los hermanos peruanos en los servicios de párrocos y guardianes, en el consejo viceprovincial y en los equipos formativos.
Las fraternidades nuevas en este tercer período han sido: la Ciudad de los Niños, la casa del Noviciado en Caraz y el segundo año de Postulantado (Prenoviciado) en Huánuco. Además, la Casa de acogida «San Félix», anexa a la Fraternidad «Madre de Misericordia» de Arequipa con el singular «Mes de experiencia» (enero-febrero), tiempo en el cual se ofrece a los jóvenes una experiencia de confrontación fuerte para discernir su vocación.
Además, cuatro en el interior del país: San Cristóbal en Palpa – Ica, parroquia rural que atiende toda la provincia de Palpa y los distritos de El Ingenio y Changuillo de Nazca; Madre de Misericordia en Arequipa, casa del Postulantado y Prenoviciado que atiende, además, la parroquia del mismo nombre y la Casa de Oración «San Felix»; Santa María de los Ángeles en Caraz – Ancash, Casa del Noviciado que atiende una parroquia rural; y, San Bernardino de Siena, en Huánuco, que atiende una parroquia en la ciudad y otra en la sierra.
Damos gracias por su fecunda labor y pedimos al Señor que les siga aumentando en número y santidad.
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Doctor en Historia de América. Profesor en facultades de Teología y Filosofía. Escritor de libros y artículos.