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El tiempo de Cuaresma, en el que nos preparamos para vivir los misterios centrales de la fe (Pasión, Muerte y Resurrección del Señor), es propicio para trabajar en nuestra conversión personal y obtener una indulgencia plenaria.⁣

El Catecismo de la Iglesia Católica indica que la indulgencia es “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa». ⁣

Puede ser parcial o plenaria (total), y se obtiene por mediación de la Iglesia cuando «un fiel dispuesto» cumple con las condiciones habituales de Confesión, Comunión Eucarística y oración por las intenciones del Papa, y alguna de estas cuatro prácticas:⁣

1. Medita el Vía Crucis o «Camino de la Cruz»: El Manual de Indulgencias del Vaticano dice que «de acuerdo con la costumbre común, el ejercicio piadoso consiste en 14 lecturas devocionales, a las que se agregan algunas oraciones vocales».⁣

Precisa que para hacer el Vía Crucis «es suficiente meditar con devoción la Pasión y Muerte del Señor, y por lo tanto, la reflexión sobre los misterios particulares de las estaciones individuales no es necesaria”.⁣

Añade que «los impedidos legítimamente pueden adquirir la misma indulgencia, si pasan algún tiempo, por ejemplo, al menos un cuarto de hora, leyendo y meditando sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor».⁣

2. Reza el Rosario: Hazlo con devoción en una iglesia, oratorio, en familia o comunidad. El manual indica que basta que varios de los fieles se reúnan con «algún propósito honesto”.⁣

3. Acude a Adoración Eucarística: Al visitar al Santísimo, respondemos al amor que Dios tiene por nosotros y reconocemos nuestras debilidades frente a Él.⁣

4. Lee o escucha la Biblia: Hazlo al menos 30 minutos y puedes empezar por el Evangelio del día.⁣

Recuerda que solo puedes ganar una indulgencia plenaria por día, ya sea para ti mismo o por el alma de un difunto, pero nunca por alguien vivo.