
Perú Católico, líder en noticias.- Una reflexión corta y fantástica: san Alfonso María de Ligorio va directo a nuestro corazón.
Tercero: sin preferencias para trabajos, acepta de buena voluntad lo que la obediencia le pide.
Cuarto: teniendo cumplido su deber, no espera alabanzas ni aprobaciones de los demás. Por eso no se pone triste o critica si lo desaprueban, alegrándose sólo contentando a Dios. Si acaso recibe algún elogio del mundo, no se envanece, sino que aleja la vanagloria, diciéndole: sigue tu camino, llegaste tarde porque mi trabajo ya está todo dado a Dios.
Por san Afonso María de Ligório, en el libro Práctica del amor a Jesucristo
Facebook
Instagram
YouTube
RSS