Hace 89 años Jesús le reveló a Faustina Kowalska la Coronilla de la Divina Misericordia
Hace 89 años, el viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a Santa Faustina un poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo. Ella lo escribe así: En la noche, cuando estaba en mi celda, vi un Ángel que era el ejecutor de la justicia de Dios.
Estaba vestido con una túnica brillante, su cara gloriosamente iluminada y una nube bajo sus pies. En sus manos tenía truenos y relámpagos. Cuando vi las señales de la ira divina, con las cuales cierto país de la tierra sería castigado de una manera particular, imploraba al Ángel, pero noté enseguida que mis plegarias eran impotentes contra la ira de Dios… En el mismo momento vi a la “Santísima Trinidad”, que irradiaba Majestad y Santidad incomparables.
Al mismo tiempo oí interiormente palabras, con las cuales empecé a implorar fervorosamente por la salvación del mundo. Y ¡Oh milagro! el Ángel era impotente contra esta oración y no podía ejecutar el justo castigo. Las palabras con las que imploraba la misericordia de Dios eran las siguientes: “Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo por nuestros pecados y los pecados del mundo entero. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
A la mañana siguiente (14 de septiembre) cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces entres en la capilla reza en seguida esta oración que te enseñé ayer. Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras: Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero (D. 476).
Por lo tanto, la Coronilla de la Divina Misericordia es una oración de súplica para apaciguar la ira de Dios; para desestimar la sentencia que se dicta justamente al hombre. La revelación de la Coronilla muestra claramente cuánto Dios ama al hombre y no quiere castigar a la humanidad dolorida, sino que desea sanarla. Esta Coronilla es una expresión del amor infinito de Dios por nosotros y de Su preocupación por nuestra salvación.
Esta es la coronilla que Jesús le pidió a santa Faustina introducir a su comunidad y al mundo entero. En 1936, el Padre Miguel Sopocko hizo imprimir esta corona (en la Editorial Cebolski en Cracovia) en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina Misericordia que Eugenio Kasimierwsko pintó. JESÚS, EN TI CONFÍO.
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