Mira las reliquias de San Juan María Vianney, el cura de Ars

Perú Católico, líder en noticias.– 1. Lo echaron del seminario porque su intelecto era tardo y duro, y no lograba aprender nada. Los profesores exclamaban: «Es muy buena persona, pero no sirve para estudiante. No se le queda nada». Sin embargo este joven que parecía tener menos inteligencia de la necesaria para este oficio luego llegó a ser el más famoso párroco de su siglo.

2. Por un período de 35 años el santo Cura de Ars fue asaltado y molestado, de una manera física y tangible, como pocos santos, por el demonio. El diablo no podía ocultar su canalla rabia al ver cuántas almas le quitaba este curita tan sencillo. Y lo atacaba sin compasión. Lo derribaba de la cama. Y hasta trató de prenderle fuego a su habitación. La constancia de nuestro santo ante estas pruebas fue recompensada por el Señor con un poder extraordinario que le concedió de expulsar demonios de las personas poseídas.

3. Cuando concedieron el permiso para que lo ordenaran sacerdote, escribieron: «Que sea sacerdote, pero que no lo pongan a confesar, porque no tiene ciencia para ese oficio». Pues bien: ese fue su oficio durante toda la vida, y lo hizo mejor que los que sí tenían mucha ciencia e inteligencia. Tenía que pasar 12 horas diarias en el confesionario durante el invierno y 16 durante el verano. Para confesarse con él había que apartar turno con tres días de anticipación. Y en el confesionario conseguía conversiones impresionantes.

4. Fue enviado a un pequeño y aislado pueblo donde se pensó que sus limitaciones intelectuales no podrían hacer mucho daño, un  pueblito de apenas 340 habitantes: Ars. Allí pasó 41 años. Cuando llegó solamente iba un hombre a misa y el pueblo estaba lleno de tabernas y bailaderos. Cuando murió solamente había un hombre en Ars que no iba a misa. Se cerraron muchas tabernas y bailaderos.

5. Es el patrono de los párrocos y de todos los sacerdotes del mundo. Su cuerpo se conserva incorrupto en la Basílica de Ars, en Italia.