Vivimos tiempos difíciles, tiempos de oscuridad, tiempos de conciencia laxa. Se ha normalizado todo pecado, se ha disminuido el amor a un simple deseo carnal, se ha puesto de moda la relativización de la moral. Podríamos decir como el profeta Isaías: ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de malvados, hijos corrompidos! Han abandonado al SEÑOR, han despreciado al Santo de Israel, se han apartado de El. Is 1:4

En el yo confieso enumeramos cuatro tipos de pecado: Pensamiento, palabra, obra y omisión. No solo las malas obras nos aseguran un lugar en el infierno, sino también el pensar, desear u omitir. Como cuando sabemos que alguien está por abortar y no le aconsejamos no hacerlo, o cuando un vecino tiene una conducta impropia y por no ganarnos problemas nos quedamos callados, o cuando apoyamos a un político que abiertamente está a favor de la ideología de género. Son muchos ejemplos en la vida diaria. Son muchas las oportunidades que tenemos para ser ejemplo de buenos Cristianos.

San Benito Abad decía: Ora Et Labora “reza y trabaja”. Un buen cristiano no solamente debe orar constantemente sino también debe ser un obrero del reino de los cielos, no solo en las parroquias ayudando en los quehaceres, o en los asilos apoyando a los ancianitos. También en la comunidad a la que pertenece. Debe abrir sus fronteras de acción. Debe ser un dirigente de la moral cristiana, un defensor de la iglesia y su cabeza. Muchos hermanos se conforman con rezar un rosario diario e ir a misa dominical y con eso tener una vida tranquila. No está mal, pero recuerden que la lucha está en el ámbito político y es ahí donde tenemos que insistir.

Ya nos lo advirtió San Pablo: “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas”. Ef 6,12. Nuestra nación está siendo atacada por esas potestades, los medios de comunicación son los principales instrumentos del demonio para corromper al pueblo, poco a poco quieren hacernos perder nuestra identidad cristiana, no es casualidad que todos los canales de señal abierta pasen novelas turcas, no es casualidad que cuando vayan a tratar un tema como el aborto, empiecen a pasar casos de niñas violadas y que esperan un bebe. Ya estamos avisados. Sigamos orando y trabajando por el reino de los cielos.

Por José Andrés Alvarado Morveli