El Adviento empezó, la preparación por excelencia para dar la bienvenida al niño Jesús junto a sus padres José y María, quienes buscan una posada para traer al mundo al Emmanuel (Dios con nosotros). Sin embargo, este gran acontecimiento se empaña por el “feeling” que sobreabunda en un ambiente también marcado por el comercio.

Ya se observaba centros comerciales, edificios y casas con sus fachadas vestidas con árboles, esferas y renos adaptados al tiempo navideño, pero falta el nombre o rostro del cumpleañero o de la Sagrada Familia, tal cual sucede cuando se prepara un Baby Shower.

“El Adviento es el tiempo para hacer memoria de la cercanía de Dios, que ha descendido hasta nosotros”, lo dijo el Santo Padre en una reflexión de Adviento. Motivo para ahondar y compartir en los diferentes ambientes la razón por lo que, en el mundo, en su gran mayoría, surge en los corazones el amor por el prójimo, el deseo de la unidad familiar, que tiene su raíz en el nacimiento del Niño Dios, el dedo oculto de la esperanza poco perceptible, pero es Él que busca nuestra mirada.

En este Adviento, para no desviarnos del verdadero significado de la Navidad, Perú Católico les invita a leer un capítulo por día el Evangelio para vivir una Navidad diferente.