Arzobispo celebró la tradicional Santa Misa y Te Deum por 198° Aniversario del Grito Libertario de Piura

Perú Católico, líder en noticias.- Ayer, en el Convento de San Francisco de nuestra ciudad, se celebró la tradicional Santa Misa y Te Deum con ocasión del 198° Aniversario del Grito Libertario de Piura. La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V. Fieles a la tradición de nuestros antepasados, nuestra ciudad recuerda este día, una de sus fechas más gloriosas, un acontecimiento histórico que perenniza el heroico gesto patrio de los piuranos, cuando el 4 de enero de 1821, hombres y mujeres pronunciaron el grito libertario a favor de la causa emancipadora. Participaron de la Santa Misa con profundo recogimiento las nuevas autoridades políticas, civiles y militares de nuestra Región, así como los miembros de las Asociaciones Cívico Patrióticas de nuestra ciudad.

Durante su homilía el Arzobispo hizo un urgente llamado a trabajar unidos por la reconstrucción, a promover la familia y a desechar los vicios de la política para vivirla como expresión de la caridad cristiana:

“Queridas autoridades piuranas: Hago votos para que cada uno de ustedes se esfuerce según el máximo de sus posibilidades y capacidades por hacer una gran gestión en beneficio de todos, con una especial atención y solicitud por los más pobres, los vulnerables y los que más sufren, a los que se suman en estos tiempos nuestros hermanos migrantes venezolanos que en gran número se han visto obligados a dejar su país en búsqueda de libertad y de mejores condiciones de vida para sus familias. Les pido que sean conscientes, que hoy se hace urgente acoger, proteger, promover e integrar al migrante. Los piuranos somos hospitalarios, generosos y cordiales por naturaleza. Que animados por la caridad de Cristo sepamos acoger con ternura a estos hermanos nuestros. La misericordia nos alienta a confiar en lo sano y bueno que late en cada uno de sus corazones. La crisis que vive Venezuela, ciertamente se puede medir en cifras de migrantes, pero nosotros debemos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que dejan su tierra, su cultura y muchos a sus familias, obligados por la pobreza, el hambre, la enfermedad, la violencia, y la falta de libertad. Veamos su presencia entre nosotros no como una amenaza sino como una riqueza para nuestra sociedad ya que ellos pueden aportar muchísimo para nuestro desarrollo integral”.

“De otro lado hago un llamado a todos los piuranos a que colaboremos con nuestras nuevas autoridades. Dejemos de lado los egoísmos y los intereses de grupo ya que todos somos piuranos y Piura es nuestra casa y tarea común. Quiero pedirles a todos los piuranos mucha unidad. Es doloroso constatar en algunas circunstancias nuestra desunión, conformismo y hasta indiferencia en la defensa y promoción de ciertos proyectos absolutamente necesarios para el desarrollo integral de nuestra Región que todos conocemos y que año tras año nos son prometidos y no se realizan. El próximo 27 de marzo de cumplirán dos años de las devastadoras inundaciones del 2017, y la ansiada y ofrecida reconstrucción se siente muy poco y avanza con pies de plomo. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar, sobre todo los pobres y los que menos tienen? Sepamos exigir con serenidad y paz, pero con firmeza y unidad, lo que Piura en justicia necesita y se merece”.

“Entre los vicios de la política que ponen en peligro la paz social y que son una verdadera vergüenza y que por tanto hay que combatir y desterrar radicalmente, encontramos la corrupción, en sus múltiples formas, como son la apropiación de los bienes públicos, el enriquecimiento ilícito, el aprovechamiento de las personas, y el uso de las influencias para torcer la justicia hacia el propio interés personal o de grupo. Son también vicios de la política la negación del derecho, el incumplimiento de las leyes, el abuso del poder mediante la fuerza y la imposición, la manipulación de la información, los odios y venganzas, la adulación, el racismo, la xenofobia, el descuido, y el maltrato de la creación.

Estos vicios restan credibilidad al sistema democrático de vida, así como a las decisiones y a las acciones de aquellos que se dedican a la vida política. Más bien entre las virtudes y valores que hay que practicar en la vida social y política están el servicio, la veracidad, la honradez, la sencillez, el respeto fundamental a la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la promoción y defensa de la familia basada en el matrimonio entre un varón y una mujer, el respeto del derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, el reconocimiento y defensa de la dignidad de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios, el respeto a la libertad religiosa, la promoción de la justicia y la paz, el fomento de la igualdad entre varones y mujeres, la lucha contra la violencia hacia la mujer y contra el abuso de los niños y adolescentes, la promoción de la participación de los jóvenes en la vida social, el fomento del diálogo inter generacional, y finalmente la protección de los más débiles, pobres y de los ancianos. Todo ello favorece al bien común y crea las condiciones para un futuro digno y justo para todos. Cuando se viven estas virtudes y valores, la vida política y social se convierte en una forma eminente de la caridad”. Arzobispado de Piura.