El filósofo, uruguayo, Alberto Methol Ferre afirma que “La mayor belleza es el amor. La primera encíclica de Benedicto XVI, Deus Caritas est, no es una casualidad que tenga el amor como centro. Y el amor es la unidad perfecta de verdad, bien y belleza. Es una atracción incesante, e incesantemente amenazada por su contrario. La vida es así

Tomás de Aquino (1225-1274) introducirá en la filosofía de Aristóteles el mensaje evangélico del amor que Dios manifestó en su Hijo como el sentido de la vida. Él considera que el amor es la forma de todas las virtudes, las cuales sin el amor no son perfectas. La palabra “forma” significa lo decisivo, lo que constituye la característica de algo. Solo quien tiene una buena voluntad la utilizará para el bien de todos sus recursos. Solo el hombre que ama se preocupa en cumplir con todas las virtudes porque busca el bien de todos. Un hombre sin amor buscará solo las virtudes cuando le conviene. La justicia sin amor es una crueldad, decía Tomás de Aquino.

¿Qué significa el amor? Después de siglos de silencio durante la modernidad sobre el valor del amor que entró en la historia humana por medio de la revelación de Dios en la persona de Cristo, el filósofo, ateo, Luc Ferry redescubre su importancia fundamental. Comprueba que, gracias a la deconstrucción de la razón realizada por Nietzsche, hemos descubierto el sentido del amor que trasciende la razón y los derechos.

Luc Ferry afirma que una buena vida es una vida en la cual hay amor, en la cual el amor ha transfigurado la cotidianidad y le ha dado un sentido a la existencia.  Trasciende al republicanismo de la razón y de los derechos, y a la deconstrucción, porque abre un horizonte a las generaciones futuras y por primera vez no exige sacrificios mortales colectivos. El amor pide solo sacrificios por las generaciones que vendrán, ya no por las grandes causas (nación, revolución) que siempre han llevado a exterminar masas humanas. Ferry afirma que los valores son alcanzados intuitivamente por los sentimientos espirituales, especialmente por el amor. El amor constituye el fundamento de la ética.  Para entender este nuevo humanismo, Ferry considera que es necesario un enfoque nuevo y ampliado sobre el conocimiento. La problemática del sentido es una secularización de la equivalencia entre conocer y amar que encontramos en la Biblia. Si amar y conocer son lo mismo, estamos entonces hablando del pensamiento ampliado.

Leemos lo mismo en la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI: “El saber es insuficiente y las conclusiones de las ciencias no podrán indicar por sí solas la vía hacia el desarrollo integral del hombre. Siempre hay que lanzarse más allá: lo exige la caridad en la verdad. No existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor”.

Marta Nussbaum escribe: “El amor y la preocupación moral no están exactamente en equilibrio, pero se sostienen y el uno guía al otro; y cada uno es menos bueno, menos completo, si el otro le falla”.

Josef Pieper describe “el amor como el original y más auténtico contenido de todo querer, lo que penetra las reacciones de la voluntad de la flor a la raíz. Por su misma naturaleza, el amor no es solo lo primero que la voluntad produce cuando actúa, y no solo saca de él todos los demás momentos característicos de su impulso, sino que el amor alienta también, como principio; es decir, como inagotable fuente creadora, toda decisión concreta, y la sustenta dándole vida”