Hoy se cumplen de manera especial las palabras que la Virgen dijo al llegar a la casa de santa Isabel:

“Me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”.

Lo que celebramos es, como nos dice el prefacio de esta solemnidad, que:

“Hoy ha sido llevada en cuerpo y alma al cielo la Virgen, la Madre de Dios”.

Hoy ha sido glorificada como Madre de la Iglesia, es decir, de todo el pueblo de Dios que vivimos peregrinando por este mundo. Y hoy nos alegramos porque el Señor no quiso que conociera la corrupción del sepulcro la mujer santa en cuyo seno permaneció nueve meses el Verbo de Dios encarnado.

¡Bendita y alabada seas, Santa María!

  1. Apocalipsis

Nos habla de una doble aparición.

Por un lado, el arca de la alianza que es precisamente una de las imágenes bíblicas más importantes de la Madre de Jesús.

Por otro lado, “apareció una figura portentosa en el cielo”  que se refiere a la Iglesia y la Iglesia a su vez la aplica a la Virgen María:

“Una mujer vestida del sol, la luna por pedestal y coronada por doce estrellas”.

Sabemos que, en distintas apariciones, la Virgen se ha presentado como una mujer semejante a esta descripción del Apocalipsis.

Para nosotros gran motivo de gozo en este día santo de la Asunción de María, cuando celebramos como una verdad de fe que la Virgen María fue llevada en cuerpo y alma al cielo.

  • Salmo responsorial

En el salmo 44 la Iglesia ve descrita a la Virgen María junto al Mesías y que está “enjoyada con oro de Ofir” y de la que el Señor está profundamente enamorado.

  • San Pablo a los corintios

Es una aplicación de lo que ha previsto el plan de Dios para la humanidad, es decir, la resurrección de todos por Cristo.

Jesús tiene que reinar sobre la humanidad entera y al final de los tiempos el Redentor aniquilará la muerte y someterá a toda la humanidad a su poder, que le corresponde como Dios y como Redentor.

  • Verso aleluyático

Aclama la alegría de la Iglesia en el día de hoy que alegra al cielo y a la tierra:

“María ha sido llevada al cielo: se alegra el ejército de los ángeles”.

  • Evangelio

Es el párrafo tan conocido de San Lucas que nos cuenta la prontitud con que, tras el anuncio del ángel, la Virgen se puso en servicio de su prima santa Isabel.

En aquel momento hubo una presencia especialísima del Espíritu Santo que iluminó a las dos santas mujeres.

A santa Isabel, que pudo profetizar cómo la Virgen María llevaba en su seno al Mesías  (“dijo el Señor a mi Señor”) y, por otra parte, a María, que al verse descubierta, proclamó la grandeza del Señor en el cántico que la Iglesia nos pide repetir todas las tardes en el rezo de vísperas y que nos vendrá bien a nosotros repetir con Santa María en el día de hoy, ese mismo himno de alabanza al Creador por la grandeza de nuestra Madre:

“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es Santo…”.

Como hijos de la Iglesia de Jesucristo alegrémonos de una manera especial en este día. Felicitemos a nuestra Santa Madre y pidámosle que nos ayude a vivir siempre en la esperanza de la salvación que nos llevará, tras la muerte, a una resurrección gloriosa, que nos permitirá contemplar en el cielo a Jesucristo y a nuestra Madre Santa en el seno de Dios Padre.

José Ignacio Alemany Grau, obispo