La Cruz de Motupe un lugar de referencia en el mapa religioso peruano, por Cathy Calderón

Visitar a la Santísima Cruz de Motupe, ubicada en el norte de Chiclayo, es identificar el gran fervor religioso de los lugareños y de los feligreses que vienen de otros puntos del país para agradecer o pedir favores a la Cruz de Chalpón, que es el nombre del cerro donde se encontró.

El 5 de agosto, es la fiesta central en la que Motupe se viste de gala para recibir a innumerables peregrinos que se dirigen a la Santa Cruz. El devoto está predispuesto para la extensa caminata que le depara y en sintonía a su fe se prepara para emprender con espíritu de penitencia y porque no acompañar un Vía Crucis para llegar al objetivo religioso. Mientras se avanza observarán cactus, áreas desérticas, animales del lugar, un cielo azul y un hermoso panorama del pueblo de Motupe bajo el infaltable sol lambayecano.

Antes del 2017, se tenía que recorrer una larga distancia para llegar a la gruta original, lugar donde se encontró el sagrado madero, sin embargo, a raíz del huaico la ruta es inaccesible y hoy el punto de llegada es una capilla provisional, que permite visualizar a lo lejos el sitio religioso antes indicado, ello no resta que la cuesta del cerro, sea algo dura y empinada, con 2650 escalones como refieren algunos pobladores, escenario conveniente para quienes desean que su peregrinación tenga aún más sentido de sacrificio.

Hay tres lugares que suele instalarse a la Cruz de Motupe; en las dos capillas provisionales en el cerro Chalpón y otra en la parroquia San Julián de Motupe.

Y ¿cómo surgió esta devoción? resulta que en 1860 el religioso franciscano Juan Agustín Abad llevó una vida de penitencia que se aisló en el cerró Chalpón. El fraile solía celebrar misas, bautizos y predicar el Evangelio, además en conversaciones con pobladores de la zona, la historia cuenta que se enteraron que el religioso había tallado tres cruces en madera del árbol guaycón y ubicados en los cerros: Chalpón, Penachi y el Rajado.

Más adelante, el padre Abad contrajo la peste de la uta y se marchó a Lima donde falleció en 1866. El 5 de agosto de 1868 un poblador de nombre José Anteparra encontró la cruz incrustada sobre una gruta en el cerro Chalpón, con el hallazgo y el haberlos librado de un posible cataclismo que destruiría a la humanidad, la devoción a la santa cruz se convirtió de manera ascendente en una peregrinación multitudinaria.

Según una tradición, se cuenta que el padre Abad solicitó que la cruz permaneciera en la cueva y solo en algunos días del año descendiera para un culto mayor, como ocurre actualmente.

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